Durante una de las épocas más complicadas en la semana de exámenes de Finn, Adrien convenció al compañero de cuarto de éste, Kris, de dejarlo entrar a su habitación una mañana de examen, temprano. Dejó tres de los dulces favoritos de Finn junto a sus libros de texto antes de ponerse en puntas de pie y poner gentilmente una nota adhesiva en su cabeza. Con una sonrisa, Adrien rió en voz baja antes de volver sobre sus pasos y abandonar en silencio la habitación.
Cuando Finn se despertó treinta minutos más tarde con su alarma, la primera cosa que notó fue el papel pegado a su frente, previniendo que se frotara los ojos. Removiéndolo, entrecerró sus ojos y miró con detenimiento las letras. Cuando sus ojos se enfocaron, notó que lo que estaba escrito no eran letras, sino ceros y unos.
"01000010 01110101 01100101 01101110 01100001 00100000 01110011 01110101 01100101 01110010 01110100 01100101 00100000 01100011 01101111 01101110 00100000 01110100 01110101 01110011 00100000 01100101 01111000 01100001 01101101 01100101 01101110 01100101 01110011 00101100 00100000 01100111 01101001 01100111 01100001 01101110 01110100 01100101 00100001"
Los ojos de Finn se dirigieron hacia la parte de abajo del mensaje.
"01010100 01100101 00100000 01100001 01101101 01101111 00100001."
A pesar de haberse recién despertado, Finn se tomó el tiempo de descifrar la nota. Mientras caminaba hacia su clase esa mañana, rápida y eficientemente copió los números en su teléfono. Usando un traductor, leyó lo que Adrien le había escrito.
"¡Buena suerte con tus exámenes, Finnie!"
Finalmente, Finn tradujo el mensaje más corto del final.
"¡Te amo!"
La navidad pasó y todo lo que hubo fue una tarjeta, enviada por Adrien. Un regalo sencillo también. Adrien no sabía qué enviar, así que envió tres dulces.
Debió haberse sentido mal, y tal vez lo hizo, pero mientras el tiempo pasó, la atracción en la oficina creció. Lo que había comenzado como miradas inocentes eventualmente se convirtió en algo más físico, empezando cuando Iris tomó la iniciativa y fundió sus labios con los de Finn.
Y cuando Finn posó a Iris en su cama, lo hizo con una voz dentro de su cabeza que le decía que ella no pertenecía allí. La voz se mantuvo diciéndole que era la cama de Adrien y suya, pero nunca de Iris. A eso, Finn le respondía a su conciencia razonando que Adrien ya no estaba allí, que estaban separados y necesitaba algo, algo que Iris podía darle y Adrien no.
Antes de que Iris descendiera en el cuerpo de Finn, tomó el anillo del dedo anular de su mano y lo quitó, tirándolo a un lado, al suelo, donde cayó silenciosamente.
Fue bien entrada la primavera cuando Adrien sufrió un dolor. Empezó a notarlo cuando las migrañas que tenía con frecuencia no desaparecían. También se dio cuenta de que su cuerpo estaba más fatigado. Después de dos semanas intentando soportarlo con el uso de píldoras, cedió. No había mucho más en su mente sobre qué estaba mal con ella excepto que pensaba que eran sólo migrañas que desaparecerían pronto, con una de las píldoras mágicas del doctor.
Fue sin esperar nada y salió sintiendo el peso del mundo sobre sus hombros, y sobre su corazón también.
Le dijeron que tenía programada una tomografía al día siguiente, y por primera vez, Adrien realmente no quería hacerlo sola. La primera persona que le vino a la mente fue Finn, su esposo y su apoyo. Viajando rápidamente en subterráneo, Adrien se dirigió al apartamento de Finn, reprimiendo las lágrimas y tratando de mantener un semblante fuerte.
Después se subió a un taxi, sólo para quedarse congelada cuando el taxista le preguntó la dirección. Se dio cuenta de que no la sabía. No estaba segura, Intentó recordarla, pero no pudo acordarse de la dirección que había conocido antes como la palma de su mano. Nerviosa y molesta, incapaz de explicar esa repentina y temporal pérdida de memoria, Adrien descendió del vehículo y optó por correr, porque al contrario de la dirección, Adrien recordaba con memoria desteñida las calles y las esquinas donde sus viajes en el pasado habían doblado.
Tenía la esperanza de que tal vez se reconciliaran y que tomaría una noche el compensar aquel año tan descaradamente perdido. Adrien había imaginado y esperado, pero mientras veía a Finn salir de su apartamento tomado de la mano con otra persona y una sonrisa en sus rostros, se detuvo y los miró mientras todas esas esperanzas se derrumbaban.
Y, como el dolor que había estado sintiendo esas semanas, sus ojos se llenaron lentamente de lágrimas, antes de gotear hasta que no pudo soportarlo más. Con rodillas temblorosas y sus ojos cegados, dio media vuelta y se fue en la dirección opuesta. Sola.
A mitad de año, al comienzo del verano, Iris se sentó en la cama de Finn, esperando a que saliera de la ducha. En su mano estaba la alianza de Finn, la cual Iris giraba y giraba, inspeccionando cada aspecto y detalle. Pasó el tiempo suficiente como para que Iris estuviera entretenida cuando Finn regresó al dormitorio.
–¿Qué haces ahí, Iris? –preguntó con una diminuta sonrisa.
Encogiéndose de hombros, la expresión estoica de Iris se mantuvo.
–Sólo estaba pensando. De hecho, estuve pensando en esto desde hace ya un tiempo.
Subiéndose los pantalones y tomando una camiseta, Finn la miró.
–¿En qué piensas? –Cuando vio el anillo en sus manos, suspiró. –Iris.
–Finn, ¿por qué no te divorcias de ella y ya? –soltó.
–Iris, ella es...
–Han estado separados por tanto tiempo –dijo–. Su relación ya estaba más que muerta cuando te conocí. ¿Para qué alargas esto cuando ya ninguno de ustedes siente nada por el otro?
–No puedo tan solo ir y llevarle los papeles de divorcio de pronto –respondió Finn–. Necesita algo de aviso, al menos.
–Entonces dale aviso –dijo Iris, cerrando el puño con el anillo–. De hecho, envíale a uno de esos abogados para que le de los papeles. Eso es suficiente aviso, ¿no crees?
–Eso es...
–Finn. –Iris le echó una mirada. –Es mejor terminar las cosas ahora, sabes. Así podremos tener un comienzo nuevo tú y yo. Y luego podremos casarnos y ambos podrán seguir con sus vidas. Estás conmigo ahora, y enfrentémoslo, ella probablemente tenga a alguien también.
La garganta de Finn se tensó con el pensamiento de Adrien teniendo a otro hombre. Era difícil imaginársela, y tocó una fibra sensible en su interior.
–Iris...
–Te amo, Finn, y sé que me amas también –musitó Iris–. Así que hazlo, por favor. Por ti y por mí. Por ella. Por todos nosotros.
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❁✎100/80♡➫FINN WOLFHARD
Short StoryJóvenes enamorados..... solo eso enamorados. ✿Historia Corta✿ [Portada] @trshmouth