⋆.✿TWELVE✿°

177 19 1
                                    

Finn siguió corriendo mientras las lágrimas descendían por sus mejillas, mezclándose con la lluvia que venía del cielo. Corrió tan rápido y tan lejos como sus piernas se lo permitieron, sin importarle adónde estuviera yendo, antes de caer finalmente de rodillas en medio de un parque. El
pensamiento de haber perdido a Adrien jamás abandonó su mente, e iba a ser eternamente perseguido por los recuerdos de haber hecho que su esposa firmara los papeles de divorcio y haber desaparecido al segundo siguiente.

Jamás pudo superarlo y continuar.
La culpa de no haber estado ahí para Adrien y haber priorizado todo lo demás por sobre ella, y la culpa de no haber pasado más tiempo con su esposa, invadieron el alma de Finn y
reemplazaron a quien una vez fue un hombre feliz por el inútil miserable que era ahora.

Habían pasado varios meses y aun así los sentimientos seguían igual de fuertes, impidiéndole ir a trabajar
sin ser castigado con el dolor que su trabajo había originado. También causó tensión en su relación con Iris, a quien no podía mirar sin pensar en el dolor plasmado en el rostro de Adrien que envolvía su mente. Tras varios minutos, Finn se levantó de la posición arrodillada en la que se encontraba y contempló los alrededores. Todo lo que veía le recordaba a Adrien, y no pudo evitar llorar y llorar hasta quedarse sin lágrimas y no tener más opción que regresar a su «hogar».

El día siguiente llegó, y por primera vez en un tiempo, Finn no fue perseguido por las pesadillas de sus recuerdos. Al abrir los ojos recordó que había dormido en el sofá como varias veces antes, incapaz de dormir en la misma cama que Iris sin sentir una oleada de culpa y arrepentimiento bañando su ser. Cuando se sentó, vio la hora y se dio cuenta de que Iris ya se había marchado a trabajar. Fue hasta la habitación y vio el libro de Adrien roto por la mitad y
lanzado al suelo. Lo recogió, mientras las lágrimas comenzaban a caer por sus mejillas, y releyó la nota del autor, riendo porque estaba haciendo exactamente lo que le había dicho durante tantos años a su esposa que no hiciera. Entonces fue cuando Finn se dio cuenta de que eso no era una película; era la vida real, y no podía hacer que terminara como él quería. Como ambos querían que terminara.

Hurgó en su armario, se lavó y se cambió, y antes de irse de su apartamento por última vez, apagó
su teléfono y lo dejó en la mesada de la cocina, junto con una nota para Iris y su alianza de compromiso. Echó una última mirada al apartamento que había causado que todo eso pasara antes de colocarse el anillo de bodas que pertenecía a él y a Adrien, asintiendo para sí y tomando luego su chaqueta. Cerró la puerta y abandonó la ciudad.

«Ya no puedo hacer esto, Iris. Para ser honesto, cancelé el divorcio ese día. Lo siento. Adiós.»

❁✎100/80♡➫FINN WOLFHARDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora