⋆.✿FOURTEEN✿°

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A la mañana siguiente Finn se despertó con el sonido de la lluvia golpeteando contra las ventanas. Llovía con fuerza, y el cielo estaba coloreado de un tono gris pálido. Mientras se levantaba de la cama, sus sentidos lo alertaron de un aroma agradable proveniente del piso de
abajo. Se cambió mientras bajaba las escaleras y escuchó pasos viniendo de la sala. Quienquiera que estuviera allí parecía haber escuchado también a Finn, ya que las pisadas se oían más fuertes. Cuando se vieron a los ojos, Finn murmuró un avergonzado «hola» mientras que la otra persona sólo lo miró antes de resoplar y tomar abruptamente sus pertenencias, yendo hacia la puerta para irse tras dar media vuelta.

―Hay comida en la cocina. Por favor limpia todo cuando termines.

―¡Jack, espera!

Entonces fue cuando todo encajó. Era Jack quien había hecho el santuario para Adrien. Era quien había cocinado el desayuno para ofrecérselo a su esposa, y quien había mantenido limpia y ordenada toda la casa por Adrien. Se había quedado con ella incluso después de muerta, y nunca se fue de su lado, al contrario del pobre remedo de esposo que era él, pensó Finn. La realidad de la situación lo golpeó más duro que un camión y se vio reducido a un manojo de
lágrimas, sintiéndose culpable y avergonzado por todo el dolor que le había causado a la persona
que amaba. Le había tomado demasiado tiempo el darse cuenta de que sólo quería realmente a Adrien, y cuando lo Había hecho, ya era demasiado tarde. Se fue, tal como Jack se había ido recién, abruptamente y sin decir palabra.
Finn pasó el resto de la mañana desayunando con Adrien antes de limpiar. Le dijo a su mujer que jamás volvería a dejarla y que sería el esposo que debió haber sido desde el comienzo.

Iba a volver a ser el Finn del que Adrien se había enamorado, e iba a rogar por que lo perdonara hasta que finalmente lo consiguiera.

Era de tarde cuando Finn había decidido que invitaría a
Adrien a cenar a un restaurant
que había descubierto, y que siempre la había querido llevar desde que se había mudado a la ciudad. Había tomado un autobús de vuelta a la ciudad, con una foto de Adrien enmarcada en su bolso y una de su boda también. El viaje de vuelta a la ciudad fue largo gracias al tráfico, y ya estaba por anochecer cuando llegaron. Finn decidió que iría de compras para ambos mientras
esperaba por la reserva de su hotel.

Caminando por las calles citadinas, miró el dedo donde tenía su anillo de bodas y cerró sus ojos, recordando luego el día de su boda y cuán felices estaban por estar juntos como una pareja casada, bajo los rayos del sol, mientras intercambiaban sus votos. Finn sintió una gota de humedad en su rostro cuando abrió los ojos, y no supo si eran sus lágrimas o la lluvia que había empezado a caer. Echó otro vistazo a su anillo antes de murmurar otra disculpa hacia su esposa y
pedirle perdón. Cerró los ojos, conteniendo las lágrimas que querían salir. Estaba muy ocupado con su disculpa para darse cuenta de que estaba parado en la mitad de un cruce de trenes y las barreras habían bajado. Una luz brillante, un silbido fuerte y los gritos de los transeúntes lo devolvieron a la realidad, pero ya era demasiado tarde. Mientras Finn levantaba la vista hacia la luz brillante que iba hacia él, vio a Adrien, tal como lucía cuando habían contraído matrimonio,
con una sonrisa en el rostro y los brazos extendidos. Notó que Adrien le estaba diciendo algo, y cuando se dio cuenta de qué era, supo que le había dado una segunda oportunidad para comenzar de nuevo. Un nuevo comienzo donde podría volver a pasar tiempo con la única persona que amaba, que nunca había dejado de amar y que amaría por siempre.

―Te amo, Adrien.

Al decir esas palabras que sabía que significaban mucho más que antes, Finn extendió los brazos hacia su esposa, cerrando los ojos, y sonrió.

❁✎100/80♡➫FINN WOLFHARDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora