Cuando la mente de Finn finalmente estuvo lúcida, reevaluó la propuesta de Adrien de la noche anterior. Admitió su culpa por no haberle permitido presentar su argumento, pero más que nada culpó a la falta de sueño por haberle generado un humor ácido y desagradable esa noche. Dispuesto finalmente a escuchar a su esposa, Finn llamó a la puerta cerrada y trabada de la oficina de Adrien.
–Adrien, sé que estás ahí. Abre. –Al pasar un minuto, Finn golpeó de nuevo. –Adrien, abre la puerta. Tenemos que hablar y si me dejas aquí parado solo estaremos desperdiciando el tiempo.
No pasó mucho hasta que escuchó a Adrien destrabar la puerta. Permitiéndose pasar, Finn observó detalladamente todo mientras su esposa se volteaba y se sentaba nuevamente en su escritorio. No le entretenía la idea de que Adrien le diera la espalda, pero razonó que probablemente se lo merecía. Ninguno habló durante un largo rato hasta que Finn puso sus manos en la silla de Adrien, inclinándose hacia él.
–Adrien... –dijo suavemente–. Sabes que no me gusta cuando me ignoras...
Volteando la cabeza, Adrien le dio una mirada triste pero enfadada.
–Pero cuando realmente me preocupo estoy sobreactuando, ¿no?.
En ese momento Finn lamentó el no haberse mordido la lengua la noche anterior. Sabía que eran diferentes. A Adrien le gustaba hacerse oír, ya fuera gesticulando con las manos o tensionando la voz, mientras que a él le gustaba mantener las cosas decididas. Pero a veces se le olvidaba que los hábitos de Adrien hacían a Adrien en sí; insultar aquellos detalles intrincados significaba básicamente herir a su esposa.
Con una mirada solemne en el rostro, Finn giró la silla de Adrien y la levantó. Cuando ella se resistió, jaló un poco más fuerte hasta que Adrien se puso de pie a regañadientes. Lo envolvió con sus brazos y posó su rostro en la cabeza de Adrien.
–No quise decir eso. –Moviendo sus cuerpos de un lado a otro ligeramente, Finn continuó: –Lo siento, Adrien.
Pareció una eternidad hasta que Adrien finalmente movió sus brazos, tocando lentamente el pecho de Finn con la punta de sus dedos antes de rodearle la cintura con sus brazos.
–Has estado de malhumor últimamente, Finnie...
Él frunció sus labios. Sabía que su humor había estado por los suelos últimamente; de hecho, por semanas. La falta de sueño y la sobrecarga horaria habían hecho mella. Estaba claro, sin embargo, que ese daño no sólo había sido para él y su cuerpo, sino para su relación con su esposa también.
–Lo sé. Lo siento.
Para Finn no había mucho más que pudiera decir además de unas disculpas. No podía hacer promesas. No podía prometerle que volvería a casa más temprano, o que acortaría su trabajo, o que dormiría más. Las promesas como esas no eran prácticas porque no sabía si podría mantenerlas. Era mejor no prometer nada a una promesa vacía.
Si no hubiera estado escuchando o si la habitación no hubiera estado tan silenciosa como estaba, Finn nunca habría oído a Adrien sollozar. Cuando intentó mirar su rostro, Adrien simplemente lo abrazó más fuerte, presionando su cara contra el pecho de Finn, impidiéndole verla. Él permaneció quieto por un rato y sólo se movió para plantar un beso suave en la cabeza de Adrien.
–No debí haberte callado –admitió–. Solamente querías ayudar.
Un instante silencioso pasó antes de que Adrien levantara su rostro.
–Estoy preocupada por ti. Sabes eso, ¿no? –Finn asintió. –A veces pienso que el haber comprado esta casa tan apartada de la ciudad fue un error. Me siento tan culpable por la noche, Finn. –musitó con la voz quebrada–. Has hecho todo esto por mí y ahora estás así. Yo lo siento....
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❁✎100/80♡➫FINN WOLFHARD
Proză scurtăJóvenes enamorados..... solo eso enamorados. ✿Historia Corta✿ [Portada] @trshmouth