Estaba en los estantes de los jugos en aquel mini super, observando diligentemente a aquel cajero que le robaba los suspiros y varias noches en vela por los pensamientos lujuriosos.
Traía puesta una gorra negra, no decía nada en particular, una chaqueta gris y unos pantalones pasados de moda con unas sandalias para verse algo "natural".
Ya había pasado unos 25 minutos desde que había entrado, pero no sabía que poder llevarse, la verdad que no necesitaba nada, tal parece que solo llevaría unos jugos de naranja ya que estaba ahí y unos cigarros, al menos lo último si lo consumiria. Esperaba pacientemente en que momento acabaría su turno esta noche, ya era hora de saber donde vivía su amado, pero ya esperaría afuera.Agarró lo anterior, pero los cigarrillo los tendría que pedir al cajero.
Caminó hacia allá, pero el hombre viejo de enfrente lo estaban atendiendo, pero claramente se veía como quería alargar la conversación con su chico, era "igual" que el, sólo llevaba dos artículos, pero su chico ya se comenzaba a incomodar.-¿me podrías dar tu número? Quisiera seguir platicando contigo y tal vez algo más.
El joven solo hizo una cara de asco disimulada, pero no pasó desapercibida por Alex, que solo se rió en su mente.
-disculpe señor, pero no puedo dar mi número personal a los clientes.
Respondió con una voz tranquila.
-¡anda! ¡Vengo a comprar a este super solo por ti! Al menos merezco conocer tu número.
El hombre le agarro de la mano y el joven la aparto rápidamente, pero el hombre se la volvió agarrar fuertemente, esto enfado a Alex, que rápidamente le agarro de los brazos al hombre ya molesto.-oiga viejo, el chico ya dijo que no se lo va a dar, no siga molestando o llamo a la policía.
El hombre al escuchar "policía" sólo se fue dejando lo que iba. "comprar".
-gracias señor por eso.
Le dijo Émil sobandose las manos.
-no es nada chico.
Le contestó como si no se hubiese dado cuenta que no lo había visto.Émil al verlo más de cerca se sorprendió
-¡eres aquel chico del camión!
-¡cierto! Tu eres el chico de las lágrimas.
Contestó con presunta sorpresa Alex.
-oye, no digas eso, tal parece que me sigues salvando de las situaciones incómodas.
-no es nada, debo de ayudar a los jóvenes en apuros jajaja.
Émil rio al escuchar la risa de Alex.
-¿solo el jugo llevará?
-no, de hecho también dame una cajetilla de cigarrillos.
Contestó Alex señalando con el dedo cual quería.
El chico lo atendió y le entregó su cambio, mientras Alex no podía despegar su mirada de él.
Le entregó sus cosas en una bolsa.-gracias chico.
Dijo sin más Alex y se retiró, ya en la puerta lo pensó mejor y regresó, Émil se desconcertó.
-pensándolo bien ¿porque no lo acompaño a su casa? El tipo extraño que acaba de irse puede ser peligroso.
Émil solo sonrió mostrando sus blancos dientes.
"que lindo, quisiera comermelo a besos"
-que amable de tu parte, si no te molesta o te atraso esta bien, mi turno acaba en unos 15 minutos.
ESTÁS LEYENDO
Bajo tu mirada
Novela JuvenilAlejandro Blackesley, mejor conocido como Alex, es un hombre guapo, los fines de semana va al gimnasio, tiene una vida social muy animada. Pero todo eso cambia cuando lo miro por primera vez. No le interesa nadie ni nada, excepto aquel chico reserv...