Accidentes complicados (parte II)

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Nota: Les sugiero que relean al menos el final del capítulo anterior para no perder el hilo. En sí, este capítulo y el anterior eran uno solo.

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Sinceramente, el que su rechazo a tocarme y que su cautela alrededor de mí me moleste es una tontería. Si yo estuviera en su lugar también me enojaría que un hombre me sostuviera tan cerca de él. Además, nuestras ropas no son muy gruesas que digamos y, a pesar de que tenemos la cubierta de ambos pantalones y las cuatro túnicas, estando tan cerca, Mo XuanYu probablemente sintió la reacción de mi cuerpo.

 Si algo así me sucediera, también guardaría distancia con el imbécil. Aunque, tal vez, no actuaria tan tranquilo como Mo XuanYu.

 Bueno… no tal vez. Estoy seguro que si alguien se atrevía a hacerme eso, habría golpeado al osado y me habría largado.
 
 Definitivamente no caminaría tan campante a su lado, como lo está haciendo Mo XuanYu conmigo ¿Eso significa que debo estar  agradecido con él?

 Tal vez sí. Debería agradecerle a mi único amigo que esté aquí a pesar de mis estupideces.

 Pero... ¿no es normal que los amigos continúen a tu lado a pesar de todo?

 …Joder. Estoy teniendo un dolor de cabeza.

 — Mo Xuan…

 — HanGua…

 Ambos hemos comenzado a hablar al mismo tiempo.

 Ambos nos hemos detenido al mismo tiempo.

 Volteo a ver a Mo XuanYu justo en el momento en que él hace lo mismo. Nos quedamos por un momento así, viéndonos con rostro serio y congelados a medio paso.

 — Lo siento — decimos ambos, al mismo tiempo, bajando la cabeza y mirando nuestros pies.

 De alguna forma, esto se siente como la vez que manche de tinta uno de los libros de mi hermano y mi tío me mando disculparme. En aquel entonces tenía alrededor de seis años.

 — Deberíamos olvidar lo que paso recién ¿no crees? — pregunta Mo XuanYu, mirándome de nuevo y con una media sonrisa de disculpa —. Fue un accidente. No importa más.

 — Claro. Solo fue un accidente — le respondo, devolviendo la media sonrisa y agradeciendo que nos dé una salida sencilla para un momento tan incómodo.

 — Bueno, entonces… platícame algo —pide alegremente, después de pensarlo un rato y reanudar la marcha.

 — ¿Cómo qué? — le pregunto, caminando a su lado y devolviendo la mirada al frente.

 — No lo sé, lo que tú quieras.

 —… El bosque no es muy amplio, caminaremos alrededor de una hora o dos para llegar a la aldea.

 —… ¿De verdad esa es tu forma de buscar platica?

 — No soy muy bueno conversando y tú lo sabes — traté de no sonar a la defensiva pero, por la sonrisita socarrona de Mo XuanYu, creo que fracasé.

 — Bien, bien. No tienes por qué enojarte.

 — No me enojé.

 De verdad, no me enojé.

 — Bien. Entonces platícame de… tu niñez.

 — ¿Mi niñez?

 — Sí, me encantaría saber de las grandes travesuras del pequeño y jovencísimo maestro Lan.

 Aunque puedo escuchar la esperanza y la ligera burla en el tono de Mo XuanYu, no creo que sea un buen tema de conversación.

 — Mi niñez no fue la mejor, y nunca hice “travesuras” exactamente así que… ¿por qué no me cuentas de la tuya mejor?

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