Revelaciones inesperadas (parte II)

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 Jiang YanLi…

 La música que dice su nombre se desliza de forma amable por la madera y los nenúfares, la brisa incluso ha comenzado a menguar y los árboles han dejado de mecerse. Parece que este lugar reconoce el alma de la que fue su antigua maestra.

 ¿Debería llamar a Jiang Cheng? ¿Debería volver al comedor para traerlo, pedirle que busque a Jin Ling?

 Las cuerdas de WangJi comienzan a vibrar. Ella está… tocando. Está tocando y es una melodía suave y risueña que habla de días cálidos y alegres.

 Que mujer tan extraña fue ésta. Nunca había encontrado un espíritu que pudiera tocar las cuerdas del guqin solo por tocar, se supone que no pueden hacer más que responder.

 Me quedo inmóvil, escuchando con atención la melodía que ella toca, que se mezcla de forma armoniosa y pacífica con el ligero movimiento del agua, con el susurro de los árboles que han decidido acompañar a su ama. No perjudicara a nadie que me quedé aquí a platicar con ella un momento.

 La melodía continua por un momento más hasta que las cuerdas dejan de moverse y los árboles regresa a su quietud de antes, aguantando la respiración para escuchar más de su ama. Nunca habría imaginado que ella, tan simple como lucia, supiera tocar el guqin tan bien.

 « ¿Cómo es ser un espíritu?» le pregunto, después de un momento. Eso es algo que me ha intrigado por mucho tiempo pero, nunca me había armado de valor para preguntar a un espíritu.

 « Es extraño — responde, con una música suave y melodiosa que invita a cerrar los ojos para prestar atención —. Un alma no tiene cuerpo físico únicamente es: estamos, pensamos y somos conscientes de eso.  Hay lapsos en que, al menos yo, siento que estoy en todas partes y en ninguna al mismo tiempo porque solo puedo estar: sé que estoy en un lugar, lo recuerdo pero, no puedo moverme, no puedo hacer nada más que perderme en mis recuerdos y en mis sueños. Esos lapsos son los más extraños y los que aborrezco pero, hay otros en que puedo sentirme casi viva. Es como si el aire conjurara un cuerpo para mí y me permitiera caminar sobre el musgo verde, sentir la frialdad del agua sobre mis pies y escuchar las pláticas de los demás que pasan a mí alrededor. Adoro encontrarme así aunque un cristal, el cristal de mi condición, me impida disfrutar por completo de estar aquí».

 Las últimas notas resuenan en el quisco y me sorprenden sobremanera. Ella no solo está dándome las respuestas más largas que he escuchado de un alma, sino que también está divagando. Jiang YanLi está hablando de lo que le gusta y lo que no; lo que piensa y lo que siente; está dando opiniones personales y nunca había encontrado un alma que hiciera eso. Sin duda fue una mujer especial.

 « ¿Cuánto tiempo lleva aquí?»

 «Tal vez unos dos años. No sé calcular el tiempo en esta forma».

 «Ha dicho que usted tuvo una pelea con su esposo pero ¿es esa toda la razón de que usted viniera aquí?». Tal vez no debería preguntar cosas tan personales pero, algo me dice que ella desea hablar.

 La penúltima cuerda del guqin vibra por un momento, como si ella riera, antes de que la brisa continúe tocando su canción.

 «Volví por mi hijo, por mi hermano. Ellos sufrían mucho, lo sé, mi niño me lo dijo a través del incienso que me ofrecía. Vine con la esperanza de aligerar la pena que cargan sus corazones, de hacerles sentir mejor y llevarme el tormento que llevan».

 « ¿A tratado de hablar con ellos?» Dijo que no podía comunicarse pero, tal vez ella ha intentado.

 «No. Mi objetivo es aligerar su carga no atormentarlos más. A menudo vienen aquí a pensar, sobretodo Jin Ling y lo máximo que he hecho es pedirle al viento que me deje usarlo, que me deje acariciar los cabellos de mi hijo a través de él, y pedirle a los árboles que con sus susurros le lleven los besos que yo no puedo darle a él y a mi hermano»

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