CAPÍTULO EXTRA: Papá

5.4K 440 97
                                    

Pequeños pies se escuchaban cerca. Los dos adultos aún dormían, era de madrugada. La cálida manta que los cubría se removió. Una brisa suave del frío invierno le hizo temblar.

Se rindió y abrió sus ojos buscando al pequeño culpable.

Claro.

No podría ser otro.

El pequeño enano dormía plácidamente entre ellos acurrucado en el pecho de su madre. Su pequeño hijo Makoto. Ya tenía dos años y tenía la costumbre de levantarse antes del amanecer e ir a infiltrarse en su cama.

Ambos castaños dormidos eran idénticos, a excepción del cabello revoltoso de su hijo. Sus lindos ojos cerrados – Él duerme mientras yo me desveló – era la rutina de cada día desde que nació.

Katsuki amaba a su hijo.

Pero una enorme preocupación se alojaba en el pecho del rubio. Su hijo lógicamente amaba a su madre – eran muy unidos – sin embargo, Bakugō dudaba que ese fuese su caso.

Katsuki era un hombre preocupado por no saber si su hijo lo amaba o si quiera lo apreciaba.

Makoto era enérgico y constantemente se metía en problemas aun siendo tan pequeño. El niño no pronunciaba todavía sus primeras palabras – eso también le tenía preocupado – aunque no era de extrañar.

Su hijo era un niño inquieto, pero con un carácter bastante peculiar. Si era alegre – a diferencia de su gruñón padre – pero también calmado en sus reacciones y bastante serio, y como no hablaba, silencioso.

Su pequeña mano sujetada a la ropa de Ochako, la otra rebuscando algo dentro de las prendas.

- Olvídalo enano – lo levantó rápido

- Katsuki... Déjalo... Debe tener hambre – habló una somnolienta Ochako

- Y yo quiero jugar un poco, pero no puedo

Su esposa le golpeó en la cabeza.

- No digas cosas sucias con Makoto presente

- Mmmm... – fue el quejido de su hijo cuando al fin consiguió su alimento

- Maldito suertudo

Siguieron en la cama un par de horas más. Bakugō esa mañana tendría una junta con los viejos sabios, necesitaba viajar pronto para visitar a las tribus cercanas y convivir para mantener los tratados de paz.

La maldita hora del suplicio llegó.

- Deberá partir mañana mismo – declaró uno de los ancianos, es más molesto de todos – ¡Es su deber!

Los demás en la junta lo vieron con horror. Si, su líder no era el ser más paciente o amable, pero sabía perfectamente cumplir con su trabajo, sin error o demora.

Decirle que hacer era mala idea.

Bakugō mantenía sus brazos cruzados sobre su pecho y alzó la mirada al anciano de baja estatura. Se levantó de su asiento y se dirigió a él.

- Viajare mañana temprano – confirmó – Pero como vuelvas atreverte a alzar la voz contra tu líder maldito viejo, serás despojado de tu puesto

- ¡No puede!

- ¡Puedo! – invocó el lado malvado del rubio – ¡Soy tu puto líder te guste o no anciano!

- Pero...

- Cállate y largo de aquí – regresó a su asiento – Y si nadie más tiene nada que decir este tema queda cerrado

Compromiso Mágico - Bakugō x Uraraka #BNHAwards20Donde viven las historias. Descúbrelo ahora