CAPÍTULO 10: Promesa Color Carmín

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Como era costumbre el torpe de Deku y él se reunían cerca del pueblo, los demás niños no se acercaban demasiado – bueno a excepción del pelo de mierda y el bastardo mitad-mitad – y las niñas le miraban con odio. A lo lejos divisó la cabellera verde y rizada, lo golpearía por tardar, más al lado de él – o mejor dicho detrás – venia una pequeña niña de ojos marrón.

- ¡Olvídalo! ¡No vendrá con nosotros!

- Kacchan, solo por esta ocasión

No hubiese cedido si aquellos grandes y brillantes ojos chocolates no lo mirasen tan insistentemente – ¿Qué mierda miras? – fueron las primeras palabras que le dedicó. Al principio creyó que solo sería por esa ves, pero la presencia de la chica era cada vez más frecuente.

- ¡Anda! ¡Más rápido cara redonda! – le gritó

- Caminas muy rápido Bakugō

- Katsuki – esta lo miró confundido – Tienes permiso de llamarme por mi nombre, estúpida – y avanzó más veloz y avergonzado, era la primera que permitía a una chica llamarlo así

- ¡Espérame Katsuki!

Con el pasar del tiempo comenzaron a reunirse sin la necesidad de que Deku estuviese presente, Bakugō terminó por acostumbrarse a ella y de cierta forma la apreciaba, jamás espero que eso fuese algo más. Un día la pequeña llegó con una pequeña corona de flores adornando su cabello, lucía más linda de lo habitual.

- ¿No es linda? Deku la hizo para mi

- Es una estupidez – estaba molesto por verla tan feliz por algo que le dio el bastardo de Midoriya

- ¿Un tatuaje? – dijo viendo el brazo del muchacho, eso era nuevo – ¡Realmente te queda bien Katsuki!

- Tsk, cállate – se ruborizo por aquel halago – Quítate esa mierda y vayámonos

- Jejejeje

Rieron y muchas veces discutieron, eran dos seres totalmente opuestos, pero que luego de conocerse descubrieron que la presencia del otro en sus vidas era indispensable, aunque no eran realmente consientes de este hecho.

La pequeña y frágil semilla del amor comenzó a crecer en sus inocentes corazones.

Bakugō era cada vez más aprensivo con la chiquilla, de vez en cuando la llevaba a su aldea y cuando otros niños intentaban jugar con ella se la llevaba de inmediato, Ochako era su "amiga" y sin su permiso los otros niños tenían prohibido jugar con la castaña.

Uno de tantos días, jugaban cerca de la aldea del rubio, Ochako llevaba unos días actuando extraño, como si le ocultara algo y eso le molestaba, bueno, aunque él también le escondía un enorme secreto, algo que jamás le podría revelar debido a su enorme orgullo.

- ¿Volverás mañana idiota?

- ¡Claro! – se alejaba de la aldea – ¡Nos vemos!

La mañana siguiente se reunieron nuevamente, esta vez algo más alejados del pueblo y la aldea. Bakugō observaba los nuevos trucos que la pequeña había aprendido de sus padres, era increíble la potencia mágica, él también trataba de impresionarla con sus poderosas explosiones, sonreía orgulloso al ver la cara de felicidad e impresión de la castaña.

Detuvo su espectáculo de explosiones y miró por los alrededores – ¿Habrá sido mi imaginación? – no, ahí estaba de nuevo, eran voces de adultos.

Compromiso Mágico - Bakugō x Uraraka #BNHAwards20Donde viven las historias. Descúbrelo ahora