CAPÍTULO 4: Decepción Y Muchos Putos Insultos

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¿Debería detenerse? Seguramente ¿Qué estaba haciendo? No tenía idea ¿Lo estaba disfrutando? Como no se imaginan.

Seguía acariciando aquella pierna, se encontraba en el limbo de lo prohibido y lo excitante, su boca devoraba cada centímetro de piel del cuello de Ochako. Incapaz de defenderse, era un pequeño conejo siendo devorado por el aterrador lobo feroz, uno que le estaba proporcionando muchas sensaciones nuevas.

- De-Detente

- Guarda silencio – ordenó, hablando contra sus labios para luego dar un corto beso

La caliente mano de Katsuki por fin decidió subir, estaba al borde de encontrarse con la intimidad de la chica. Su lengua trazo un viaje desde la clavícula hasta el nacimiento de los pechos, el dulce aroma le provocaba una extraña nostalgia y demasiada excitación.

Cada nueva parte que saboreaba era exquisita, aun manteniendo el agarre en las muñecas de la chica, se acomodó mejor entre sus piernas. Se apartó unos centímetros y observó su obra, Ochako totalmente sonrojada, agitada y con la respiración entre cortada.

Lucia apetecible y su cerebro ordenó a su cuerpo continuar con aquello. Los sentidos de ambos nublados, su mano comenzó a tirar de la cinta que sujetaba el frente de la camisa de la muchacha.

- Katsuki....

Su cordura volvió a tomar el control – Aquel llamado – no logró reconocer si se trataba de la chica bajo él o de la voz que siempre lo atormentaba en sus sueños. La soltó y se levantó de la alfombra dándole la espalda.

- Más te vale haber aprendido la lección estúpida – esta vez estaba frente a ella

- ¿Le-Lección?

- Dejas entrar a cualquier hombre – comentó - Tarde o temprano se aprovecharán de tú estupidez ¿Acaso eres una...?

El sonido hizo eco en toda la habitación, llevó su mano hasta la mejilla y volteó su mirada confusa enfocándola en los orbes chocolate, brillantes, húmedos, inundados en lágrimas. Era primera vez que una chica lo golpeaba.

- Vete

El rubio no dijo nada y se marchó. La pequeña hechicera cayó al suelo de rodillas ¿Qué diablos fue eso? Cuando por fin creyó haber sido recordada, Katsuki decidió soltar ese montón de estupideces, estaba claro, él jamás volvería a recordar su promesa, esas palabras serían olvidadas al igual que ella.

Un sentimiento, una promesa y un beso, cada uno de ellos sello en su corazón la esperanza de volver a ver a quien fue su primer amor, pero todo acababa de desvanecerse con la maldita actitud de Bakugō.

Acomodó su ropa e intento limpiar las lágrimas restantes en su rostro, no podía seguir ahí. Subió hasta el segundo piso, cambio sus ropas y tomó su báculo para ir a refugiarse con la única persona que podría darle consuelo.

Estaba a punto de anochecer y estaba preparando algo caliente para beber, pescar en el rió lo dejo con el cuerpo bastante congelado, sobre todo cuando cayó y terminó todo empapado. Un olor familiar se instauro tras su puerta principal.

Fue abrirla esbozando una gran sonrisa, pero la borró de inmediato. Kirishima se preocupó, la última vez que la vio así de triste al día siguiente desapareció.

- ¿Qué sucedió? – preguntó mientras la hacía entrar

- Kiri-chan.... ¿Puedo quedarme contigo hoy?

- No hay problema

Le instó a que se sentara, fue hasta la cocina y le preparó un té caliente, cuanto más miraba a su pequeña amiga, sentía que si no le proporcionaba calor se extinguiría ¿Raro no?

Compromiso Mágico - Bakugō x Uraraka #BNHAwards20Donde viven las historias. Descúbrelo ahora