Capítulo cuatro. Hades Athens.¿Que era lo mejor después de haber conseguido un trabajo? Ir a comer helado para pasar la amargura.
No me malinterpreten, estaba satisfecha, pero nadie está feliz de trabajar para un idiota. A no ser que haya diversión en el camino.
Me di una escapada a la heladería más cercana, gracias a Damien quien sabia de los mejores lugares para pasar el rato.
—Estás haciendo un desastre.—limpio mi boca con una servilleta mientras reía.
A pesar de que Damien es mi guardaespaldas o algo parecido a eso, yo lo consideraba un amigo.
—Pero justo ayer te gustaba mi desastre, ¿no?
Reí al ver sus mejillas sonrojadas.
—Si dices esas cosas frente a tu padre lo puede malinterpretar, y yo terminaré muerto.
Frente a mi se encontraban unos chicos de mi edad, mire al chico fijamente, y pude notar que era bien parecido. Tenía tatuajes y en la forma que la ropa le quedaba, podía asegurar que ese cuerpo era trabajado en el gimnasio.
Como no fui una buena persona disimulando, los ojos del chico se encontraron con los míos. Tenía unos iris de un color hermoso. Cuando me sonrió, no pude evitar devolverle la sonrisa.
—No deberías hacer eso.—comentó casualmente Damien ganándose mi atención.
—¿Qué hice?
—Coquetear con chicos que tienen novia.—no pude evitar reír.
—¿Desde cuando sonreírle a alguien es coquetear?—me burle.—Además, el me sonrió primero.
Reí sin poder evitarlo, las estupideces que dicen los hombres es increíble. Decidí molestarlo dándole un rápido beso.
—No tienes porque ponerte celoso, solo tengo ojos para ti.—bromee.
Volví a reír.
¿En serio? Esta actitud era natural, mala suerte de él y de los que piensas que estoy coqueteando.
—¿Que hay de Odin?—cambio de tema, ayudándome a terminar con mi helado.
Tenía semanas sin ver a Odin, ya que el se encontraba ocupado con su trabajo. El era abogado, y gracias a su padre encontró un puesto dentro de la firma familiar.
—Tengo tiempo sin verlo, ¿me puedes llevar a visitarlo?
—Solo si eres una buena chica.
—Siempre soy una buena chica.—no lo era.
—No lo eres.—dijo mirando su teléfono sin prestarme mucha atención.
Por la cara que puso, pude adivinar que no sería algo de mi agrado.
—¿Tengo ir a algún almuerzo?—pregunté terminando mi helado, incluido el cono azucarado.
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Dulce Veneno
RomanceGian Caccini es un hombre que tiene una gran lista detrás de él de mujeres, controlador y además compulsivo. Uno de los solteros más codiciados del mundo. Hades Athens Es una chica que los problemas siempre están detrás de ella, extrovertida, provoc...