Capitulo Veintiseis

14.6K 824 166
                                    

Capitulo Veintiséis.
Gian Caccini.

Mire a Nicoletta quien solo estaba bebiendo vino sin decir cual era el favor que quería. De comer habíamos pedido spaghetti a la carbonara con un delicioso vino que ella estaba acabado en pocos minutos.

—¿Me puedes decir que necesitas? Y dejar de acabarte el vino, no quiero andar de niñero.—dije quitándole la copa de sus manos.

—Como sabes, tengo abiertas preferencias al tratarse de mis relaciones.—asentí queriendo que siguiera costando.

Nadie sabía sobre sus preferencias, ya que su padre se lo tenía prohibido, porque según el no quería pasar vergüenza.

—No es un secreto para mi, pero no sé a donde quieres llegar con eso.

—Tengo una cena familiar, vienen todas las víboras a ver cómo está nuestra vida y que pueden criticar.—bebió un poco de vino—Mi padre sigue tratando de esconder mi situación, aún cuando estoy viendo a una persona.

Ya estaba entiendo por dónde iba todo y me parecía un plan estupido.

—¿Quieres que finja ser tu pareja?—asintio con una sonrisa.

—Por favor, le agradas a mi padre y se que si eres tú, me dará más libertades.

Me parecía mal que siento mayor de edad, si padre todavía la seguía manipulando a su antojo. Pero era un asunto familiar en el que no me iba a meter.

—No me agrada esto, pero lo prometido es deuda, así que te voy ayudar.

Aún cuando esta ayuda me cueste mis pocos  avance con Hades.

—Gracias, en serio.—acercó su rostro al mío y dejó un suave beso en mi mejilla—Hay que empezar a fingir desde ahora para que la gente no sospeche.—asentí.

Tampoco era un secreto que su padre la tenía vigilando como un halcón a su presa.

Seguimos comiendo sin decir nada hasta que yo rompí el silencio.

—¿Por cuánto tiempo será? Mi estadía en Italia será un poco corta.

—Seguro es más por una chica.—tenía una sonrisa burlona.—No es un secreto para nadie lo que llevar con Hades Athens.

—Sabes que quiero algo con alguien y aún así me llamaste para este favor ridiculo.

—Ustedes ni siquiera tiene algo serio, he visto los chismes y todo el mundo se siente mal por una cosita hermosa que tenga que soportar tu mierda.

Bufé.

El único que aguantaba mierdas era yo.

—Deberían sentirse mal por mi, que soy quien soporta sus caprichos.

—Pero te gusta.—me señaló con el tenedor.

—Claro que no.—lo negué demasiado rápido—Hades solo es una persona molesta, no me gusta para nada. Mínimo puedo decir que me atrae, no más.

—No lo niegues, da vergüenza ver cómo intentas mentir tan mal.

Rodeé los ojos.

Dulce VenenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora