¿Serás capaz de soportar una realidad muy diferente a la de los demás?
Tu corazón puede soportar muchas cosas, así como enamorarte perdidamente de una alma que te ha visto crecer, que ha cuidado de ti, que se ha enamorado de ti, como hizo que lo hic...
Me siento aliviada y a la vez tan pesada, y no precisamente por cargar cosas, este sentimiento tan fuerte por alguien que solo yo puedo ver me consume más. Si, hoy salía del hospital después de varios estudios con muchos medicamentos para casa, Hoseok llevaba en sus manos una mochila y una botella de agua, como de costumbre Tan saludable a pesar de todo.
¿Lista para empezar la vida?–. Me miro Tan sonriente como si alguien le hubiera apretado un botón de reinicio, listo para comenzar–. Lista Hoseok.
¿Me dejarías, Taehyung? Empezar un capituló de mi vida sin ti....
Una brisa Tan suave y cálida recorrían nuestros rostros mientras caminábamos hacia el auto, sentía como si no existiría y viviera en un mundo tan mío, sentí una mirada y era Hoseok, me mirara fijamente como si yo fuese la salvación a algún problema.
¿Tengo algo en la cara?–. Lleve mis manos a mi rostro tocando varias partes de él, no entendía el porqué me miraba así, sin más, se acercó a mi mientras que sus manos pasaron a mi espalda y me acerco a él Tan despacio, Tan suave, su otra mano quitó mis cabellos que yo misma me había alborotado al buscar el defecto en mi rostro–. Me asuste, pensé que te irías sin decirme nada, sin poder disfrutarte como quiero, no quiero vivir un día sin ti–. Susurro con su voz gruesa, esa voz que a cualquier chica derretiría, sentía su respiración, su corazón apunto de explotar, tenía tantas cosas que decirle con respecto a este sentimiento que me causa.
–No te voy a dejar tontito, a quien voy a molestar en el cielo?–. Sonrió y su sonrisa seguida de un beso en la frente, de protección, de alivio pero sobre todo... de amor. Sentía que Hoseok era el antídoto a todo lo que Taehyung causaba en mi ser, ese dolor y amor que me hacía pasar tan amargo, Hoseok lo aliviaba con su dulzura y frescura. Lo abrazase por un par de minutos, su rico aroma tan dulce me volvía a la vida, abrazar esa espalda ancha y Bien trabajada me hacía sentir tan afortunada de tener un amigo como el, un muy buen amigo.
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Flores amarillas, más que amistad reflejan un sentimiento puro de amor, sin temores ni malas intenciones, ni mucho menos intereses, solo amor entregado de una persona pura como tal. Hoseok las había traído para mi, ya habíamos llegado a casa y veo un ramo de flores amarillas en una de las mesas, con una pequeña carta... Hoseok, ya no hagas esto por favor.
Mi niña. He estado en vela por ti desde el día en por primera vez te vi, has captado mi atención y te has robado mi corazón, tú eres la flor más bella de todo un jardín así que para ti son estas flores que brillan sin fin. Bienvenida a casa, linda. -Hoseok.
Te amo Taehyung, pero Hoseok te está quitando tu lugar tan justamente. Sonreí a más no poder, corrí a los brazos nuevamente de Hoseok con toda la fuerza que tenía.
Eres la cura a mi dolor siempre–. Felizmente le decía al oído sin despegarme de él, aveces siento que no es real, que es solo un producto de mi imaginación Tan perfecto hombre. Pasaron unos cuantos segundos, aleje mi rostro con suavidad quedando tan cerca de sus labios, nuestras narices se tocaban, nuestras respiraciones se mezclaban, cerré mis ojos rindiéndome a lo próximo a pasar.
Me beso.
Me beso como nunca, sus labios se movían con agilidad mezclado con deseo, tome de su nuca acariciando sus cabellos sedosos percibiendo cómo se desprendían su aroma, sus manos tomaban mi cintura con seguridad. Pasó tras paso topamos con el sofá acostándonos sin despegar nuestros labios que parecían ya conocerse a la perfección, su mano pasó abajo de mi blusa tocando al fin piel, se sentía diferente, sentía ganas de huir pero jamás parar, no quería parar; mi mano bajo despacio sin hacer mucho alboroto a su pecho, tocando cada parte de él con atención, me estaba perdiendo en Hoseok, en sus palabras, en sus besos, en su cuerpo, quería ser suya pero yo soy de alguien más, sus besos desesperados se adueñaron de mi cuello besándolo a total antojo, cosquillas en mis senos sentí, estaban siendo visitados por unas manos curiosas listas para conocer hasta el más mínimo rincón de mi cuerpo, no me imagino cuánto esperaron por este momento, Tan perdidos los dos en nuestro pequeño mundo, Hoseok ya hazme tuya...
