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El estruendo de los cohetes que anunciaban el comienzo del desfile, resonó y se propagó por el aire, llegando hasta el último lugar del parque de atracciones de Tropical Land.

Era un día soleado y el cielo se pintaba de claros tonos. Ran permanecía sentada en un banco, en espera de Shinichi que se había acercado a buscar unas bebidas.

De forma distraída, su mirada comenzó a pasearse por la gente que allí se encontraba. Habían acudido muchísimas personas de todo tipo: familias con niños, parejas jóvenes, extranjeros...

En eso, unas voces cerca de ella atrajeron su atención, y giró la cabeza curiosa.

- ¡Espera, Kaito!. ¿Porque tienes que hacer siempre el idiota? - estaba diciendo una chica de pelo castaño y revuelto.

- Ahora si - la contestó el chico que iba con ella - Ésta es la Aoko que me gusta.

Con una risita, Ran vio como la chica se ponía colorada, y tras pegar al chico, los dos se perseguían y se alejaban corriendo.

- "Vaya dos - pensó para ella - Seguramente eran novios. Ahora que lo pienso, quien nos vea a Shinichi y a mi juntos y no nos conozca, puede pensar que somos novios también..."

Ante ese pensamiento, su cara empezó a enrojecer.

Una repentina sensación de frío contra su mejilla la sobresaltó, y la sacó de sus pensamientos. Se volvió rápidamente y miró a Shinichi que se hallaba a su lado. Sujetaba una lata de refresco en la mano y al ver que Ran no reaccionaba, le dio otro golpecito con ella en la mejilla.

- ¿Qué ocurre? - preguntó Shinichi - ¿Tienes calor? Porque estás toda colorada.

-N-no estoy bien - contestó cogiendo rápidamente la lata.

- Genial - Shinichi miró su reloj y exclamó - ¡Vaya, esta a punto de empezar, tenemos que correr!

Tomó a Ran de la mano, y con un brusco tirón, la hizo correr por medio parque. Sin comprender qué sucedía, Ran estaba pendiente de no chocar con ningún otro visitante, lo cual no era tarea fácil. Mientras, Shinichi murmuraba para sí:

- 10... 9... 8... 7... 6... 5... 4... 3... 2... 1... ¡Lo conseguimos! - exclamó cuando por fin dejaron de correr.

La Detective miro a su alrededor, pero sólo era una plaza vacía, ¿por algo así se emocionaba tanto su amigo?

De pronto, y surgiendo de la nada con gran fuerza, el agua de una fuente les rodeó por completo, dejándoles aislados. Ran miró hacia arriba, y vio que se formaba un pequeño arco iris. Su corazón latió con fuerza, y sus labios se curvaron en una sonrisa.

Había estado deseando que llegara el domingo, y ahora que se encontraba allí con su amigo, se sentía feliz. No pensaba preocuparse por nada, ni por la muerte de su padre, ni por ningún tipo de misterio.

El día pasó muy rápido para los chicos. Se divirtieron muchísimo. Subieron a las atracciones, se sentaron en un café a tomar algo... Hubo un momento que Ran creyó que se moría de la risa, cuando una de las mascotas del parque atrapó a Shinichi por la espalda. La cara de su amigo era demasiado graciosa.

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Caía ya el sol por el horizonte, mientras Ran y Shinichi subían a la torre del castillo. Habían leido en el folleto que les repartieron a la entrada, que desde el mirador que allí se encontraba podían ver todo el parque y el espectáculo de fuegos artificiales nocturno.

Mientras subían las escaleras, Shinichi continuó su charla sobre su jugador favorito, Ray Curtis. Llevaba ya un rato hablando de él, por lo que Ran empezaba a estar cansada del mismo tema de conversación, y es que su amigo era muy friki del fútbol y no perdía oportunidad para sacar el tema en cuanto podía.

-... Y por eso a Ray le llaman "La Pared de Hierro de Europa".

- ¡Ya vale, Shinichi! Sé que eres un gran admirador de él, pero ¿puedes olvidarte del fútbol por un día? Yo quería realmente venir hoy y estar a solas contigo, ¿sabes?... - la voz de Ran se quebró.

- Ey, ey, tranquila... -Shinichi sintió que se le hacia un nudo en la garganta al verla en ese estado.

- Jajajaja.... Te lo has creído. Que inocente eres a veces. - se burló Ran mientras le sacaba la lengua.

- Eso no ha tenido gracia - el chico se sintió molesto por la broma. Realmente se había sentido egoísta por solo pensar en él, y resultaba que a Ran le daba igual.

Con una tierna sonrisa, Ran le tomó de la mano y le arrastró corriendo el último tramo de escalones que faltaban.

- Pero si es verdad que deseaba con fuerza venir hoy - susurró la chica antes de soltarle y centrar su atención en lo que la rodeaba.

Shinichi notó como sus mejillas ardían.

El mirador de la torre consistía en un espacio circular, con grandes ventanales que daban al exterior y en los que había colocados telescopios de gran alcance, que permitían ver cualquier punto de Tropical Land.

Un grupo de personas se habían reunido ya allí arriba, a la espera de los fuegos artificiales

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Un grupo de personas se habían reunido ya allí arriba, a la espera de los fuegos artificiales.

Ran se dirigió a uno de los telescopios, pero apenas llevaba unos segundos mirando, cuando un hombre la apartó de un empujón.

- Es mi turno - le dijo de forma brusca.

La muchacha protestó, pero el hombre la ignoró y empezó a mirar de forma ansiosa. Mientras se alejaba para reunirse con Shinichi, Ran le observó pues algo en ella le dijo que aquel tipo era sospechoso. Vestía ropa negra, llevaba sombrero también negro y gafas de cristales oscuros. Un atuendo muy raro para estar en un parque de atracciones.

- ¿Qué sucede? - le preguntó Shinichi cuando se puso a su lado, cerca de una de las ventanas.

- No lo sé...

En eso, las luces se apagaron y todos los presentes lanzaron grititos de emoción.

Los fuegos artificiales fueron magníficos. Grandes explosiones de rojo, verde y dorado iluminaron el cielo, haciendo dibujos de lo más elaborados. Los dos amigos lo disfrutaron realmente.

Al acabar, las luces volvieron a encenderse y la gente se dispuso a bajar de nuevo al parque.

- ¿Te apetece tomar algo? - le preguntó Shinichi a Ran.

- Si... - Ran se calló de pronto.

Miró a su alrededor con gesto preocupado y corrió hacia una esquina. Con energía apartó a la gente que se encontraba allí amontonada.

Shinichi corrió tras ella. Cuando llegó a su lado, la vio agachada sobre un hombre que se encontraba caído en el suelo y que presentaba una gran mancha de sangre en el abdomen.

- Shinichi, llama a la policía. Ha sido asesinado.

La Detective Que Encogió (Hiatus indefinido)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora