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Al ver que Shinichi dudaba, Irene se colocó detrás de él y comenzó a darle empujones impacientes, haciéndole avanzar hacia la puerta.

- Oye... ¿Qué estás haciendo? - le susurró el chico a la pequeña.

- ¿No has oido? Un hombre de negro secuestró a su hermana. Seguro que son ellos. Tenemos que ir.

- Pero... yo no...

- No te preocupes. Has actuado muchas veces con tu madre. Y me has visto a mí en muchos casos. Sabrás como fingir ser uno.

Asami levantó la cabeza y miró a Shinichi con expresión esperanzada.

- ¿De verdad... De verdad eres detective, Kudo?

Sus ojos estaban muy rojos como consecuencia del llanto, y sus gestos denotaban agotamiento. A Shinichi le dio mucha lastima. Si podía ayudar en algo, debería intentarlo.

- Si... lo soy... - su voz apenas fue un susurro, pero lo suficientemente audible para que el rostro de Asami se iluminara.

- Oh, te estaré eternamente agradecida. - le dijo mientras se secaba las lágrimas - Podemos ir ahora mismo, tengo el coche aquí abajo.

Dando media vuelta, bajó a paso ligero las escaleras que llevaban a la calle, seguida de Irene y de Shinichi.

Tal y como ella había dicho, un coche de estilo deportivo les esperaba a la entrada de la agencia. Asami se dirigió hacia él.

Solo había un problema

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Solo había un problema.

- ¿Qué sucede? - preguntó Asami al ver que Shinichi se quedaba parado en la acera, y no subía al vehículo.

- Es que solo hay dos asientos, piloto y copiloto... Y nosotros somos 3... ¿Dónde puede ir mi prima?

- ¿Tu prima? - Asami miró a Irene que permanecía al lado de Shinichi.

- Me llamo Irene Kudo - dijo con timidez, mientras se cogía de la pierna de Shinichi.

-  No tengo quien la cuide hoy. - añadiendo en sus pensamientos - "Y ella es la verdadera detective"

- ¡Yo quiero ayudar también a encontrar a la hermana de Asami-neechan!

- Vaya, que pequeña tan decidida. Claro que puedes venir también. Y no hay ningún problema, puedes llevarla sobre tu regazo perfectamente.

- ¿E-en... en... ? - Shinichi notó que un nudo se le hacia en el estómago.

- ¿... Su regazo? - Irene miró a Shinichi y el calor comenzó a calentarle las mejillas.

- Claro, es una niña y familiar tuya además, ¿no?. Adelante, subir.

Aquella situación ni se les había pasado por la cabeza a ninguno de ellos.

La Detective Que Encogió (Hiatus indefinido)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora