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- Muy bien, niños - decía en ese momento la maestra Sumiko Kobayashi, mientras se sentaba al piano - Ahora vamos a cantar todos juntos la canción que hemos aprendido hoy.

- ¡Si! - exclamaron todos los menores felices, mientras se levantaban de sus asientos.

Al compás de las notas del piano, el coro de voces infantiles cantaron alegremente aquella bonita melodía. Bueno, no todos se hallaban alegres.

Aquella situación para Ran era bastante deprimente. Ella era una adolescente de 17 años al fin y al cabo. Tenía que estar en su último año de secundaria, no fingiendo ser una escolar que no sabe la tabla de multiplicar del 9.

Pero era una de las condiciones que había impuesto su amigo para aceptar convertirse en un detective.

*Flashback*

Después de firmar algunos papeles que faltaban para terminar de oficializar la matricula en la escuela primaria Teitan para Irene, Shinichi la llevaba cogida de la mano, como haría con una niña pequeña, mientras recorrían el camino hasta su nueva clase.

La detective encogida no estaba de acuerdo con tener que acudir a partir de ese momento a primaria, y prácticamente desde que habían dejado el despacho del director, no había hecho más que suspirar resignada. Shinichi sabía que le iba a costar adaptarse a la situación.

- Ey - Shinichi se paró, agachándose para ponerse a su altura y mirarla a los ojos - Te he prometido que seré un buen detective y daré con esos hombres. Tú has prometido, a cambio, comportarte como una niña pequeña normal. Y vamos a cumplir los dos éste pacto, ¿verdad?

- Síii - Irene sabía que Shinichi tenía razón.

- Así me gusta - el nuevo detective le regaló una sonrisa tierna que hizo ruborizar a la niña - Antes de que se me olvide, el profesor Agasa me dio esto para tí anoche. Vino después de que te fueras a dormir.

De su mochila, Shinichi sacó un pequeño objeto que le mostró a Irene. Era un reloj de pulsera. Tanto la correa como la esfera presentaba un tono rosado. Tenía un pequeño dibujo de un corazón.

- Es... Es muy bonito - Irene lo cogió y lo observó - pero no necesito otro reloj.

- Éste no es un reloj normal. Si aprietas éste botón lateral se levanta parte del cristal de la esfera y se convierte en una diana, y con éste otro de debajo dispara un dardo anestesiante que puede ayudarte a defenderte o a atacar. Además, si aprietas dos veces seguidas el botón del otro lado, se convierte en linterna.

- Wow, eso es genial.

La pequeña se puso el nuevo reloj y lo estuvo observando.

- El profesor ya lleva dos inventos que funcionan... Parece que esté en racha - comento en voz alta mientras presionaba el botón que hacía levantarse el cristal.

- Si. Mira, a mi me ha dado otro.

Shinichi le enseñó a Ran su reloj. Era parecido al de ella, solo que en tonos azules y con el dibujo de una pipa, del estilo de Sherlock Holmes.

 Era parecido al de ella, solo que en tonos azules y con el dibujo de una pipa, del estilo de Sherlock Holmes

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La Detective Que Encogió (Hiatus indefinido)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora