- Necesitamos que confiese señorita Karkaroff – dijo el oficial mientras resonaba los dedos contra la mesada - ¿Por qué le disparó a Molly Smith?
Levanté la vista con brusquedad, mirándolo a los ojos sin parpadear.
- Yo no le he disparado a nadie – respondí por décima vez.
- ¿Y por qué entonces ella afirma que ha sido usted? – preguntó con voz grave.
- No lo sé…
- ¿No lo sabe?
Negué con la cabeza.
- ¿Está segura?
- Segurísima.
Su voz tranquila me estaba sacando de quicio.
- Traigan a la víctima – ordenó el hombre.
Enseguida entró Molly con cara de sufrimiento, acompañada de su hermano Jordan y tres oficiales más. Los ojos se concentraron en mí.
- La señorita Karkaroff niega rotundamente haberla lastimado – dijo mi interrogador.
Uno de los policías cerró la puerta de la habitación.
- ¿Y cómo no va a hacerlo? – rugió este mismo – Nunca dicen la verdad hasta que se la sacas a la fuerza…
- Ey, ey, ey , tranquilo Robert – dijo el tipo que yacía sentado frente a mí, cuyo apellido, según la placa que colgaba mal cosida de su camisa, era Stone – No tenemos por qué recurrir a la violencia, ¿no es cierto, Emma?
- ¿El policía malo y el bueno? – contesté en forma de pregunta.
Robert sonrió.
- Puede verlo como quiera, Karkaroff – dijo.
- Sé que hay cámaras, debe haberlas – comencé a decir – ¿Por qué no se fijan allí y confirman de una vez que yo no he sido?
- ¿Qué tan idiota se cree que somos? – inquirió Robert.
Me obligué a no responder.
- Por supuesto que pensamos en ello – siguió – Pero revelar las cintas llevará varios días.
“Vaya vigilancia” pensé.
- Molly, ¿estás absolutamente segura? – preguntó Jordan – Tal vez estaba oscuro y no hayas podido ver bien.
- Sé que fue ella – dijo la víctima – Tiene los mismos ojos.
Comencé a reír.
- ¿Esto es una especia de broma o algo así? – quise saber - ¿Me acusan de asesina porque tengo los “mismos ojos”?– imité la voz de idiota que había hecho Molly – Debo admitir que idealicé demasiado a la policía, pensaba que tras una acusación había algún argumento creíble o fotos que me incriminasen…
Robert me fulminó con los ojos.
- Emma – comentó Stone – Soy consciente de lo injusto que es citarte a un interrogatorio sin pruebas, pero debes entender que por algo Molly te acusó.
- ¿Porque tengo los ojos claros?
- Tienes la voz igual, además – agregó la señorita Smith.
- ¿Sí? Yo te veo cara de secuestradora maniática, sin embargo no lo he dicho.
Comenzaba a agotárseme la paciencia.
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Instituto para Delincuentes Juveniles
Romance“Instituto para Delincuentes Juveniles”, mejor llamado “I.D.J”. Este es mi hogar desde hace casi un mes. No, no soy una asesina ni nada parecido. De hecho, estoy en este lugar por culpa de mi padre (…) Existen rumores que dicen que los de aquí suele...