Capítulo 1. ¡No soy gay!

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—¿Luzco bien? —preguntó repentinamente Tony Stark, viéndose el reflejo propio en uno de los cristales del laboratorio.

Al otro extremo de la misma ubicación, se situaba el doctor Bruce Banner, quien trabajaba arduamente en una inútil cura que controlaría el enojo...si es que el otro sujeto no lo rechazaba.

—Me parece que sí —contestó Bruce, sin siquiera dirigirle la mirada ni de reojo—. ¿Cuál es la ocasión especial? ¿Para qué preocuparse tanto por el aspecto? No lo entiendo —añadió difícilmente al querer concentrarse más en su propio labor.

—Um, cosas de gente egocéntrica, tal vez —se encogió de hombros el multimillonario, viéndose fijamente, cada parte de su traje y cabello.

En ese mismo instante, la puerta se deslizó pudiendo dejar entrar a la agente Romanoff y a Capitán América.

—¿Algún resultado? —preguntó ella, acercándose curiosa al doctor Banner, seguida del Capitán.

—Aún sigo en el procedimiento —respondió a penas Bruce, pues aquella mirada de la pelirroja le provocaba enrojecimiento. Steve Rogers podía notarlo, mas no quería arruinar ese momento.

—¿Y en qué trabaja Tony? —preguntó Rogers, viendo al hombre de hierro quien no paraba de verse en el cristal.

—Haciendo algunas —acomodó su cabello hacia atrás y después volteó a con el súper soldado—...observaciones. No creo que lo entiendas, en tus tiempos solo se tomaban una ducha.

—¿Y para qué tomaría una ducha si no es para estar limpio?

Un miembro más del equipo vengador se adentró al laboratorio, se trataba de Barton, quien traía una bebida tibia para gusto de Romanoff y propio.

—Tony tiene una cita —dijo Natasha con una pícara sonrisa, dirigiéndose a Stark, contestándole a Rogers.

—Esa sí es una buena observación, Romanoff —halagó Tony, metiéndose las manos en los bolsillos de su pantalón de vestir negro.

—¿Y quién es el afortunado? —preguntó Clint, provocó que Natasha se colocara cabizbaja, Bruce ni enterado del tema que se volvió principal y Rogers se extrañó por aquella cuestión, mas no se extrañó ni se incomodó como Tony.

—¿Disculpa? —soltó Tony, quitándose los lentes de sol de color morado que traía puestos.

—Solo digo, cualquiera de nosotros podría ser amante de su propio sexo.

—Ah, ¿y asumes que sea yo? —planteó Stark en tan indignación, señalándose a sí mismo.

—Y también podría ser el Capitán América —Romanoff trató de musitar, mas no pudo hacerlo a tan 'tenso' ambiente. Rogers le vio rápidamente, cruzándose de brazos.

—Podría entenderlo de Rogers, ¿pero de mí? —Tony seguía apuntándose a sí mismo.

Ahora, Steve miraba al multimillonario ya perdiendo un poco la paciencia. Continuaba cruzado de brazos. No entendía lo que sus amigos suponían.

—Ohh, por favor —expresó Barton con tono de obviedad—. ¿Vas a decir que nunca sentiste nada por un hombre en tu vida?

—O el hechicero supremo —añadió Romanoff cabizbaja, quería reír burlona, pero no podía ni alzar la vista.

—Es curioso porque he escuchado que a Doctor Strange sí le gustan las personas de su mismo sexo —comentó sorpresivamente Banner, robándose la atención de todos. Incluso de Capitán América que estaba indignado en silencio—. Pero dudo mucho que Tony esté a su altura —añadió, tomándose de las manos casi formando un triángulo con los dedos.

—¿Estás diciéndome que no puedo conseguirme un Stephen Strange?

—¿Quieres decir que eres gay, Tony? —preguntó Nat—. ¿Como Rogers?

—Romanoff —dijo el segundo nombrado—, no sé de dónde sacas esas afirmaciones. Podré aceptar la sexualidad de otros pero la mía me pertenece y no dudaré en defenderla.

—Solo digo —respondió la pelirroja con jugueteo, cruzándose de brazos también. La mujer era astuta y, sabía con creces que el súper soldado no visitaba Wakanda solo por cortesía profesional a Bucky Barnes.

—Dejemos en claro esto —habló Tony, tomando cercanía a las puertas deslizantes. Tenía la atención de todos—. Yo no sé qué sucede con Rogers —dijo, y el nombrado rodó sus ojos en descontento—, pero yo no soy gay. Estoy a punto de salir con una mujer que...

—Es una pena —interceptó Barton, hablándole a Natasha, pero todos en el laboratorio podían oír—, porque haría una bonita pareja con Doctor Strange.

—Es una pena que esté fuera de su alcance —concordó Romanoff, asintiendo. Bruce sonreía cabizbajo por lo que oía, le causaba gracia.

—¡Si quiero puedo conseguirme un Doctor Strange! —exclamó Tony, sobresaltando a los demás—. No hay nada que me detenga, soy el invencible Iron Man —añadió extendiendo sus brazos, caminando hacia atrás, pudiendo salir una vez las puertas de habían deslizado.

Romanoff y Barton sonreían burlones ante aquello.

Las puertas se cerraron, dejando un silencio mas no incómodo. Clint y Nat cruzaban miradas cómplices, regalándose sonrisas llenas de diversión comprimida.

—Romanoff —habló Rogers, captando su atención total. Banner a esta altura había vuelto a su labor—, ¿puede decirme de dónde sacó esas historias fascinantes sobre mi sexualidad?

—Rogers, ¿no es obvio? —dijo ella, tomando el tono serio al igual de quien le preguntaba—. No accediste a salir con ninguna chica que te sugería, así que pensé que Barnes y tú, bueno... —se encogió de hombros.

Steve frunció el ceño y Barton desviaba la mirada. Si bien Clint degustaba de molestar a Tony, mas lo de Rogers y sus escapes a Wakanda no lo tenía contemplado.

—¿Adónde iremos, señor? —preguntó Happy Hogans al volante, encendiendo el automóvil.

Tony en la parte trasera del coche, miró su reloj en la muñeca, iba tarde un par de minutos. Bajó el brazo, suspiró y se dirigió a Happy:

—Llévame al edificio mágico del hechicero supremo.

—¿Doctor Strange? —dudó Happy, viéndole por el retrovisor.

—Sí —afirmó rápidamente el hombre de hierro.

—¿Él es su cita, señor? —cuestionó nuevamente Hogans, con tal asombro al voltear hacia su jefe.

—No, solo voy de visita a un viejo amigo de batalla —respondió Stark con inteligencia, sin querer levantar ninguna sospecha.

Y la verdad es que solo iba por mera curiosidad. ¿Doctor Strange era homosexual y no se había dado cuenta? Bueno, tampoco era como que Stark tuviera un radar para ese tipo de personas. Aún así, le visitaría.

—Oh, bueno —se encogió de hombros, regresando su vista al frente—. De todos modos Doctor Strange está fuera de su alcance —comentó Happy, andando el coche.

Provocó que Tony empuñara sus manos con tanta fuerza que casi encajaba sus cortas uñas en su propia piel. ¿Por qué todo el mundo le retaba? Mejor dicho: ¿por qué todo el mundo le decía que era gay? Simplemente no lo entendía, y mucho menos ¡porque no era gay!

I'M NOT GAY! | IRONSTRANGE, MARVEL (YAOI) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora