Capítulo 10. El Olvido de Tony Stark

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Después de aquella despedida tan triste, a Strange le tocó quedarse con el olvido de Stark...literalmente.

—¿Entonces eres un experimento?

—Así es, amigo mágico —respondió Bats tan amigable como caracterizaba, a la pregunta de Doctor Strange.

El perro estaba en los brazos de Wong, quien había llevado a Bats a la cocina, servirle comida mientras los otros dos platicaban.

—...Pero de todas maneras tengo dueño, ¿no lo viste? Me dejó con Wong y ya no vino por mí. Creo que a fin de cuentas sí planeaba abandonarme.

—Probablemente estás mejor con nosotros que con el señor Stark —le dijo Wong, sonriendo levemente.

A Strange le extrañaba aquella sonrisa, no se veía todos los días.

—En efecto —mencionó Stephen—. ¿Te gustaría quedarte con nosotros? Un perro que habla me parece el mejor acompañante de un hechicero —Wong le miró de inmediato, ofendido. Strange notó aquello—...además de otro hechicero —añadió con incomodidad.

—Aquí es más hogareño que la gran casota donde me tenían —dijo Bats, viendo a su alrededor donde su cuello le permitía.

—Wong puede mostrarte el lugar —animó Strange. Algo tenía ese perro que le hacía sentir perfectamente bien—...para convencerte.

—Me parece buena idea —pegó un ladrido inesperado, sobresaltando a los otros dos—. Pero si voy a quedarme, me gustaría despedirme de Nat y mis creadores. Además el doctor Banner es un dulce, quiero decirle que deje de fingir que Nat no es su media naranja.

—Podría ser un lindo gesto el llevarte a la base de los Vengadores para que puedas despedirte de ellos —dijo el Hechicero Supremo, ignorando totalmente las deducciones de Bats sobre el amorío secreto de Banner y Romanoff. Wong también omitió esas palabras—, no obstante, acabo de tener una disputa con uno de sus miembros. Lo más conveniente es que Wong te lleve allí.

—¿Yo? —dudó Wong de inmediato, abriendo aún más sus ojos en asombro.

—Te tocó lo pesado, gordito —respondió Bats, Strange asintió al fiel compañero hechicero y entre tanto, el perro meneaba su cola—. Si no sabes dónde queda yo te puedo llevar, me grabé el camino cuando Stark me trajo aquí.

—Yo supongo que es mejor que usted sea quien lo lleve, Strange.

—Para nada —negó el hechicero más alto, tomando en sus brazos al perro con delicadeza. Bats seguía moviendo la cola en emoción—. Sé que eres muy fuerte para poder quedarte y cuidar del santuario, pero recuerda que tienes acuerdos que firmar en la base Vengadora.

—Ay, caray —dijo Bats en voz baja.

—Ahora, si me permites —dio media vuelta, encaminándose hacia la biblioteca—. Voy a explicarle a Bats de qué se trata todo esto —añadió a su vez se alejaba poco a poco de Wong.

—¿Aparecerás un conejo de alguna parte? ¿O vas a poseerme? —preguntaba Bats al son del movimiento de su cola.

—Afortunadamente, ninguna de las dos —resopló Stephen—. ¿Cuál fue el motivo de tu creación? —cuestionó realmente curioso, a tan solo un par de pasos frente a la entrada de la zona bibliotecaria.

—En realidad, no me crearon —contestó Bats, normalizando los movimientos de su cola pues comenzaba a ponerse serio y poder mantener una correcta conversación con el hechicero que lo tenía en sus brazos—. Solo experimentaron conmigo —concluyó.

A lo que Stephen frunció el ceño, dejó al perro en el suelo y le echó una mirada que no duró mucho tiempo, pues ahora se encontraban dentro de la biblioteca y el Doctor Strange empezaría una búsqueda por libros para la explicación a Bats si iba a quedarse en el santuario.

I'M NOT GAY! | IRONSTRANGE, MARVEL (YAOI) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora