—Vaya, cuánto estilo —comentó Bats en el asiento copiloto, al lado de Tony.
Bats miraba cómo el científico en robótica se ponía sus lentes oscuros, admiraba la chaqueta de cuero que combinaban a la perfección con los pantalones mezclilla y, de fondo, el estéreo del automóvil deportivo Tesla Roadster dejaba sonar Whole Lotta Rosie junto con el motor encendido.
—Bats —nombró Tony, viéndole. No se incómodo por el audible comentario, muy en sus adentros le engrandecía el egocentrismo—, antes de marcharnos, quisiera decirte que...
—Lo prometo, Tony —interceptó el perro, sentándose en dirección a él—. No voy a vomitar estos asientos —empezó a olerlos, moviendo notablemente su nariz—. Son de cuero, no me puedo permitir vomitar, o defecar.
Stark suspiró un poco impaciente. Ni siquiera había dicho algo y Bats ya sacaría conclusiones al instante. El multimillonario puso su mano derecha sobre la cabeza del perro y acarició levemente.
—Qué bueno que lo dices pero eso no era lo que iba a decirte —Su mano volvió al volante y entonces echó a andar el automóvil naranja, en lenta velocidad por ahora.
—¿No? ¿Entonces? ¿Vas a abandonarme como mis antiguos dueños? Espero que no porque, según mis deducciones, soy un exitoso experimento.
—Y lo eres —dijo Tony, con los ojos al frente, aumentando la velocidad poco a poco. Bats no dejaba de verlo a él—. Pero no voy a abandonarte, más bien, iremos a la cabaña de un par de magos. Yo visitaré a uno y tú visitarás al otro.
—¿Y por qué no los invitamos al mismo tiempo a los dos?
—Porque tengo algo importante que decirle a uno de ellos —contestó Stark, humedeciendo sus labios. De tan solo pensar que iría a enfrentarse al hechicero supremo le ponía nervioso—...maldito —murmuró al ver cómo una camioneta trataba de arrebasarlo.
—¿Y yo de qué voy a hablar con el otro? ¿Crees que sea inadecuado decir chistes sobre magos? Digo, no me sé ninguno pero algo se me puede ocurrir.
—De hecho, a quien vas a visitar le gustan mucho los chistes —fingió una sonrisa que provocó un ladrido de Bats, frenó de golpe por el susto pero pudo continuar manejando entonces con normalidad.
—Me parece perfecto mientras no me convierta en una cosa horrible —dijo Bats con emoción. De inmediato se dirigió a la ventana de su lado, asomándose por la misma, sus orejas ondeaban.
Stark asentía lentamente, preocupándose internamente. ¿Siquiera le dejarán pasar al santuario? Aunque eso no le importaba demasiado, no como la estabilidad emocional del Hechicero Supremo. ¿Qué podría estar haciendo él...?
Esa pregunta también se la pensaba Doctor Strange al situarse al fondo de la biblioteca y, aniquilaba cualquier cuestión sobre el hombre de hierro al hundirse con la lectura de sus libros de aprendizaje de las artes místicas.
Strange era muy atento a sus deberes, dedicado y pretendiente en demasía con su tarea, su nueva profesión. Aún así, siempre había momentos en que su mente le recordaba ese preciso instante en la discusión con Stark, lesionando su sentimiento romántico hacia el hombre de hierro. Sintiéndose entristecido y desganado, pero qué iba a hacerle, probablemente Wong siempre tuvo la razón aunque poco después cambió su pensar.
Más valía que el fiel sirviente de Dr. Strange no se enterara del roto corazón del hechicero.
En la biblioteca del santuario se encontraba el hechicero supremo, en su característica posición de loto junto a su capa de levitación, con un libro frente suyo que ante un ligero señalamiento de su mano derecha la página cambiaba.
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I'M NOT GAY! | IRONSTRANGE, MARVEL (YAOI)
FanfictionEl hecho de que Tony Stark no fuera gay, podía no afectar a nadie...o a muchos. Marzo, 2019.