Boda entré extraños (1° Parte.)

21: mi lugar

- largo.

Dice quitando nuestras manos estrechada. Lo mira por unos instantes y se van dándole un guiño, algo que me sorprende verdaderamente y que no pasa desapercibido.

Caminamos por los jardines del patio trasero de la gran casa alejándonos de la multitud, me siento en un banco de mármol.

-tienes que saber que ahora que de ahora en adelante harás lo que yo diga sin rechistar, ¿No querrás verme enfadado?

Dice con amargura en su voz .

- no puedo negarme se muy bien lo que tengo que hacer.

Digo bajando la mirada, Lucan aun de pie se pasa las manos por el pelo y dice.

- tampoco vivirás conmigo.

Eso hace que lo mire incrédula.

- no por ahora.

Saca un encendedor junto con un cigarro,Dudo unos segundo en responder.

-—¿Hablas enserio?

Echa el humo por la nariz mirándome de lado.

—no eres mi mate, nunca estarías a mi altura tan siquiera.

Suelta  con de tranquilidad, me levanto como resorte sorprendida.

—¿Que...?

Digo con un hilo de voz, inconsciente llevo una mano a su marca.

—hoy pasarás la noche en mi casa después veré qué hago Contigo.

Abro la boca sorprendida y  doy una paso atrás.

Esto no me puede estar pasando...

—por que lo hiciste... ¿¡porqué!?

Me refiero a la marca  mis ojos pican por las lágrimas contenidas.

—por que así lo quise .

Da una última calada y la tira al piso a  la vez que pasa por mi lado.

—tienes 20 minutos para que te reconpongas y entres. No es un aviso es una orden.

Dicho esto veo como se aleja con sus manos metidas en el traje de pantalón.

Una vez sola me caigo de rodillas sollozando, golpeo el suelo logrando que me dañe pero no me importa ahora la ira, odio y vergüenza me invaden como un balde de agua fría.

Quisiera irme lejos desaparecer y no volver nunca, pero ahora es imposible. La marca que llevo conmigo es mi condena para toda la eternidad... Limpio mis mejillas y me pongo de pie  acomodando el vestido, no sé cómo me veo y es lo que menos me trae sin cuidado.

Vuelvo dentro del salón donde ahora todos bailan alegres, algunas personas ya están algo ebrias mientras otras están hablando en pequeños grupos, cuando reparan su vista en mi dejan lo que están haciendo y un ritmo de música suena más lento.

Escondo mis manos detrás de mí espalda y veo a Lucan venir de frente, con un movimiento de cabeza me acerco desganada, hace una reverencia al igual que yo.
Alza una mano y sin tocarlo alzó la mía y comenzamos a bailar el lento vals.

Cuando acabamos la pieza se da por concluida la boda, casi todos los invitados nos das la enhorabuena alega que fue una boda hermosa.