Alyson, una adolescente común y corriente, se ve envuelta en una situación extraordinaria cuando un día despierta transformada en un chico sin explicación alguna y acompañada por su mejor amiga Melisa, ambas se enfrentan a este inesperado problema m...
Mientras que mi amiga se encontraba recostada ahora en mi cama buscando en internet algo relacionado con lo que me había sucedido, yo me la pasaba jugando un poco mi nuevo cuerpo pero no de la manera que piensan, simplemente me la pasaba tocando mis brazos notando como es que tenía ahora más vello corporal, flexionando mis músculos y tocando mi pecho plano y así, cosas tan mínimas me causaban algo de curiosidad pero al parecer para Melisa esto le resultaba algo incómodo.
Melisa: Ya deja de hacer eso, te ves como una pervertida.
Daniel: ¿Te pongo nerviosa?
Melisa: S-Si...
Daniel: Estoy segura que si un chico despertara siendo una chica no pararía de jugar con su cuerpo y de maneras más extremas que yo Melisa...
Melisa: Es un buen punto pero...
Daniel: ¿Habrán más personas a las que les pasó esto?
Melisa: No estoy segura, he buscado en internet y lo más cercano que encontré fueron historias muy fantasiosas...
Daniel: Bueno... Tal vez esto sea como una gripe de unos cuantos días ¿No crees?
Melisa: Tal vez... Más te vale que no sea contagioso.
Luego de haberme reído un poco tras la idea de que esto pudiera sucederle también a Melisa, ambas cogimos mi laptop para seguir buscando alguna cosa que nos pudiera ayudar a descifrar este misterio y aparte de las historias ya mencionadas por mi amiga, encontramos algunas leyendas de hace cientos de años pero como dije, eran leyendas y esto que me estaba sucediendo era algo bastante real.
Melisa: Pues... Ya me aburrí de leer tanto, ¿No quieres ponerte mejor algo de tu ropa para así no seguir usando la de tu hermano?
Daniel: Supongo que lo haré...
Cogí una de las bolsas que había traído de las compras y saque algunas camisetas para ver cuál podría usar pero sin pensarlo demasiado cogí la que más me llamó la atención para seguidamente hacer lo mismo con la bolsa de los jeans de donde igualmente cogí algo al azar.
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Teniendo mi atuendo para el resto del día empecé a quitarme lo que traía justo en el momento y pude notar como es que inmediatamente Melisa se cubrió los ojos con sus manos así que antes de preguntarle cuál era el motivo de esto me puse el jean escogido y un par de mis zapatillas nuevas.
Daniel: ¿Qué sucede Meli?
Melisa: ¿Ya te pusiste algo encima?
Daniel: Si...
Melisa retiró sus manos de los ojos lentamente para ver en la dirección que me encontraba y darse cuenta de que no llevaba puesta ninguna camiseta, obviamente esto le enojó ya que le había mentido y antes de volverse a tapar los ojos me arrojó otra almohada tal y como había hecho hace unas horas.
