Después de haber terminado nuestras bebidas, nos retiramos de la cafetería y empezamos a caminar por al menos 10 minutos antes de llegar a la tienda de disfraces en la cual estando ya adentro empezamos a caminar por los pasillos viendo la gran variedad de opciones que habían para elegir, desde clásicos monstruos hasta personajes más recientes.
Daniel: ¿Ya has pensado en que usar?
Melisa: No, siento como si cada año fuera más dificil escoger un disfraz.
Daniel: Lo sé...
Melisa: ¿Y que hay de ti? ¿Alguna idea?
Daniel: Nada...
Melisa: Entonces vayamos a ver los disfraces, de seguro alguno nos llama la atención.
Melisa rápidamente me tomó de la mano y empezamos a recorrer rápidamente muchos pasillos donde habían cosas de decoración, accesorios para los disfraces como pintura y sangre falsa hasta que llegamos a la sección en la que se encontraban los disfraces para adolescentes donde esperábamos encontrar algo que pudiera gustarnos para mí y también para ella.
Melisa: Bien... Hay muchos...
Daniel: Si... ¿Que dices de la vampiro?
Melisa: No me gustan los vampiros...
Daniel: ¿Caperucita roja?
Melisa: Puede ser...
Daniel: Espera, ¿Recuerdas cuando en 6to de primaria hubo esa obra de teatro?
Melisa: ¿La Cenicienta? Si, lo recuerdo.
Daniel: ¿Y recuerdas que papel tenías?
Melisa: El de un ratón...
Daniel: Ajá, ¿No te gusta la idea de revivir viejos recuerdos?
Melisa: De hecho... Creo que estaría bien.
Así que con el disfraz elegido para Melisa, ambas empezamos a buscar entre todos los estantes que habían hasta que elevando la mirada, nos dimos cuenta de que el disfraz de Melisa se encontraba casi en lo más alto, como a dos metros de altura y por más que saltara no lograba alcanzarlo por muy poco así que tuve una idea, iba a tomar a Melisa por la cintura e intentaría alzarla, con suerte ella lograría alcanzar el disfraz.
Melisa: Mas te vale no dejarme caer...
Daniel: Tranquila, estás en mis manos... Literalmente.
Con algo de dificultad logré cargar a Melisa lo suficientemente como para que pudiera tomar el disfraz y una vez estando este en sus manos la bajé hasta el suelo sana y salva por lo que seguía buscar el disfraz que yo iba a usar aunque de hecho con todo esto se me ocurrió una idea.
Melisa: Genial, ¿Ahora que podrías usar tu?
Daniel: Se me ocurrió el zorro.
Melisa: ¿El zorro? Hostia tío me mola la idea.
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Aprendiendo a ser un chico... (Pt. II)
SonstigesAlyson, una adolescente común y corriente, se ve envuelta en una situación extraordinaria cuando un día despierta transformada en un chico sin explicación alguna y acompañada por su mejor amiga Melisa, ambas se enfrentan a este inesperado problema m...