Narra Jessica
No me di cuenta en qué momento me quedé dormida, solo sabía que había sido después de haber llorado durante horas, cosa que no pasaba desde que mis padres fallecieron. Tengo que admitir que los brazos de Sunny fueron de gran ayuda, se quedó despierta durante horas hasta que se me pasara el maldito ataque de llanto.
Toda la noche mientras estuve despierta me sentí una mierda, la peor persona que pisa la tierra, tenía ganas de salir corriendo y meterme a la cabaña de Yuri por la ventana, lanzarme sobre ella, besar cada centímetro de su rostro y rogarle que me perdonara y sí, por ella era capaz de rogar, de suplicar, de implorar que me perdonara porque por alguna extrañara razón que desconozco esa chica de 19 años en pocas semanas había colocado mi mundo de cabeza. Le había dado la adrenalina que no tenía, me había devuelto las ganas de vivir, de sentir, de inspeccionar otros rasgos de mí que desconocía. En poco menos de un mes ella había logrado tenerme a sus pies, era dueña de mis pensamientos y hasta de mis sueños, de mis deseos mas profundos y desconocidos, todo alrededor de mí decía Yuri Kwon y me estaba matando.
— ¿Estas despierta?— Sunny susurró.
— Sí, creo que no puedo seguir durmiendo.— dije colocándome de espaldas y mirando hacia el techo.
— Tampoco es como si hubieras dormido mucho.
— No puedo dormir, Sunny.— la miré y las lágrimas volvieron a surgir.— Oh no, de nuevo no.— llevé mis manos a mis ojos y comencé a llorar.
— Amiga, tienes que dejar de llorar.
— No puedo.— dije poniéndome de pie y comencé a caminar por cada rincón de la cabaña.— Es algo que no soporto, no soporto saber que le hice daño, verla llorar ayer... verla llorar ayer me hizo añicos Sunny. Las ganas de abrazarla, de besar su frente y decirle que siempre, siempre podrá contar conmigo eran indescriptibles y ahora... ahora estoy acá sola, sin ella...
— Hablas como... como si lo que tuvieran fuera más que solo sexo y buena compañía.— solo me le quedé viendo.
— Eso era lo que le temía, ella ha botado una por una todas mis barreras y ahora... ahora las cagué Sunny, las cagué.— me lancé a la cama y acomodé mi cabeza en sus piernas mientras que ella me acariciaba el cabello. Mientras lo hacía el sueño se volvió a apoderar nuevamente de mi, mientras mis ojos se cerraban comencé a recordar como nos conocimos, cómo lograba ponerme nerviosa, su sonrisa, la primera vez que la escuché reírse, el constante coqueteo, nuestro primer beso.— Creo que la quie...— antes de terminar la frase tocaron la puerta.
— ¿Quién es?— preguntó Sunny.
— Sooyoung.— Mierda, ¿le habrá pasado algo a Yuri? Me levanté lo mas rápido que pude y abrí la puerta.
— ¿Qué pasó? Se fue, ¿verdad? Lo sabía, lo jodí Sunny, lo jodí.— me senté en la cama con las manos en el rostro a llorar.
— No, no se fue.— dijo Soo.— Solo es que ayer llegó muy mal después de hablar contigo, no podía dormir y decidió ir a trotar, la esperé toda la noche y no llego.
— OH DIOS MÍO.— sentí como mi corazón estaba a punto de salirse.
— Volvió hoy en la mañana completamente empapada, con fiebre, con tos y temblaba demasiado, creo que se resfrió y creo que tiene algo en la garganta porque no puede hablar. Necesitamos un médico.
— Acá hay uno, deja y yo me encargo.— dije secándome las lágrimas.— A todo esto, quiero que todos vayan a la excursión.— miré a Soo.— Incluso tú, Sooyoung.
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Sessions Of Love (Adap. YulSic)
أدب الهواةNo importa cuánto lo intentes ni cuánto esfuerzo le coloques a no sentir, no importa cuántos obstáculos tú misma te coloques, ni cuántas historias fantásticas inventes en tu cabeza porque siempre habrá alguien en el mundo que te haga ver y entender...