Cobarde

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Si a principios de año le hubieran dicho a Jaemin lo que pasaría, quizás se hubiera reído y no creería. La última mañana del año estaba ahí, el de cabellos rosas reposaba sobre su cama mirando al techo mientras el único ruido audible eran los ronquidos de YoonOh.

Jaemin se levantó y camino hasta la puerta del cuarto para salir e ir hasta la sala, en esta estaba Nugget dormido bajo el árbol de Navidad, solo basto que su dueño se acercara un poco y el perro fue hasta él. Una rara sensación reposaba en el pecho de Jaemin, una combinación agridulce, ya que por una parte estaba emocionado y feliz pero por otro tenía miedo, Jaemin estaba seguro de sí mismo, de hecho el siempre había sido así. Decidió lanzar por la borda todos esos pensamientos negativos y estar feliz, después de todo es año nuevo.

—Oh, buenos días cielo, no esperaba verte despierto temprano —Su madre entro a la sala provocando que el menor diera un leve salto.

—Es un día que debe aprovecharse —Le sonrió.

Así el día se paso volando, su familia estaba de aquí para allá debido a la cena, Jaemin y YoonOh irían a la fiesta de Taeyong pero tenían que estar de regreso antes de las doce.

—¿Crees que es demasiado formal? —Jaemin le pregunto a su primo mientras se veía en el espejo.

—No, Jae —YoonOh miraba su celular—Te ves bien por quinta vez.

—Esta bien, ¿Tú ya estás listo? —Le miró de reojo.

—Sí, solo déjame hablar con Wendy antes de irnos, tenemos tiempo —Sin más salió de la habitación.

Jaemin se sentó sobre su cama, sus manos temblaban y su corazón estaba acelerado, pero respiró hondo para después salir, hoy era el día.

El reloj de muñeca de YoonOh marcaba las diez en punto, habían llegado hasta la dirección que le mando Taeyong a Jaemin, era un departamento dentro de un edificio de tres pisos, la puerta de la vivienda estaba abierta dejando ver luces de colores, aromas desconocidos y sobre todo muchos chicos bailando y haciendo otras cosas.

—¿Y ahora qué? —Dijo YoonOh.

—¡Jaemin! —Taeyong llegó junto a Yuta— Ah, y YoonOh también.

Ambos chicos les respondieron con una sonrisa.

—Me alegra que estén aquí —Mencionó el dueño de la casa, pero Jaemin seguía buscando a alguien a quien fuera más cercano.

—Si buscas a tus amigos —Dijo Yuta de repente— Están por allá —Señalo hacia la mesa con bebidas.

—¿Estarás bien? —Jaemin miro a su primo y el mayor asintió.

El de cabellos rosas camino hacia donde le señalaron y efectivamente, ahí estaba Renjun junto a Chenle, quien tenía cara de pocos amigos.

—Hola —Les sonrió al llegar a ellos.

—Jaemin, me alegras la existencia llegando, ayudame por favor —Chenle  jalo del brazo a el recién llegado.

—¿Pasa algo? —Levantó su ceja izquierda.

—Aquí tu amigo el bipolar no deja de hablar del chico que le gusta, me tiene harto y para colmo Jisung no vino para fastidiarlo a él también —Bebió del vaso que tenía en la mano.

Efectivamente, Renjun estaba mirando a una sola dirección o mejor dicho a una sola persona. No decía nada pero sus ojos brillaban y eso decía más que mil palabras. Hace poco el chino le había dicho algo sobre un chico al que había conocido en la escuela, no lo conocía en persona ni mucho menos en fotos, ya que su amigo era especial para eso, pero sabía que a Renjun le gustaba bastante porque de alguna u otra forma salía en la conversación, los ojos de Renjun brillaban y sonreía enseñando sus perfectos dientes, definitivamente ese chico lo traía mal.

Wrong number || Nomin (Chats) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora