Rosas.

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"Aunque esté al borde de un precipicio
Siempre serás tú"
Love Still Goes On, SHINee


El médico tomó una bocanada de aire antes de entrar al centro médico, sería un día duro para él, la prensa seguía lanzando cosas sobre su relación con Taemin, sobre todo quería proteger al químico, porque sabía que a pesar de esa fachada de "chico malo" existía alguien frágil.

Al entrar en la recepción saludo cordialmente como siempre y se sintió emocionado al ver como lo saludaban como siempre, aunque estaba un poco preocupado por Jung So Min, su secretaria no había respondido a sus llamadas por lo que quizás ella era de los que le había abandonado, pero al llegar a su consultorio vio a la mujer allí y para su sorpresa también tenían un montón de pacientes.

ㅡBuenos días.ㅡsaludó con cuidado.

ㅡAl fin llega doctor Choi.ㅡdijo La secretaria con más emoción que nunca.ㅡ¿Puede creerlo? La consulta está llena y tuve que rechazar un sin número de pacientes, pero se quedaron aquí.ㅡella los señaló.

Minho se rasco la cabeza sin saber que decir o hacer, porque conocía muchos de esos rostros y otros no, aquello jamás había pasado, una señora de algunos sesenta años se levantó del asiento y arreglo sus lentes.

ㅡBuenos días Minho. ¿Cómo estás muchacho?.

Minho reconoció a la señora y sonrió, había atendido al esposo de ella.

ㅡSeñora Cho, un placer volver a verla ¿Cómo está su esposo?

ㅡFallecio hace un año querido, ahora está descansando, pero mientras fue tu paciente le diste el mejor trato que pudo recibir, nos diste esperanza cuando nadie lo hizo, y por eso y más hoy yo estoy aquí para apoyarte mi doctor.ㅡla señora Cho se acercó con pasos lentos y  abrazo a Minho y le entregó una rosa.

Una mujer de unos treinta se acercó a Minho y también le entregó una rosa.

ㅡSoy nueva paciente,  cuente con mi apoyo doctor.

ㅡGracias a usted mi hijo tiene confianza en sí mismo y hace unos meses se casó y es feliz, le aseguró que mientras mi familia y yo respiramos le vamos a apoyar, porque al final elegimos ser felices.ㅡcomentó un hombre adulto quitándose su sombrero y dándole otra rosa a Minho.

Los labios de Minho temblaron, porque una sensación inexplicable recorrió su cuerpo, se sintió amado por los demás, y es que en un principio pensó todos le abandonarían, y una parte de él no le importó, porque amaba a Taemin, otra se preocupó, y allí estaba recibiendo un apoyo inmenso.

ㅡMuchas gracias, jamás pensé que esto pasaría...

ㅡ¿Amas a ese chico?ㅡle preguntó alguien interrumpiendolo.

La mirada de Minho se iluminó y una sonrisa apareció en sus labios.

ㅡMás que a nada, lo amo demasiado.ㅡconfesó Minho.

ㅡEntonces que no le importe nada doctor, sea feliz y nada más, soy abogado y si necesita que alguien le ayude, aquí estaré para usted.ㅡel abogado se acercó y le tendió una hoja.ㅡLe invitó a leer el poema llamado Desiderata, lea con su chico, espero sean felices hoy y siempre.

Y sin más que decir el abogado palmeo el hombro del doctor y se retiró, al igual que las personas que habían estado allí sólo para mostrarle su apoyo. Estaba feliz y sorprendido, porque sus propios pacientes le habían dado una terapia y una lección a él,  una que jamás en su vida olvidaría, y allí contaba con cincuenta rosas que le recordarían ese momento, porque ese día el llevaría cada una de esas rosas a ponerlas en un marco y colgarla al lado de los tantos diplomas que tenía en su consultorio, porque ese mérito no se leía en papel, era un sentimiento que había salido de la relación con cada uno de sus pacientes.

Terapia LetalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora