Me levanté de un salto y llegué a la puerta, mi corazón latía fuertísimo, tanto que seguramente el jefe lo escuchaba al otro lado.
Abrí la puerta y el jefe entró rápido. En cuanto cerró la puerta, me tomó en sus brazos y me plantó un beso.
Caminamos despacito hacia la pared mientras nos besábamos, él jefe me apoyó a la pared. Las manos del jefe se colocaron en mi cintura y después en mi trasero, para levantarme y colocarme a su altura. Yo recorría sus brazos.
Su aroma era delicioso, era refrescante y varonil. Sus labios eran magistrales, el jefe no solo tenía magia con el balón. Madre mía, vaya beso.
-Eso, eso era justo lo quería hacer cuando te vi, dijo respirando con dificultad.
-Vaya, entiendo porque no lo hiciste enfrente de los demás.
Él asintió
-¿Y cómo ha estado tu viaje? Dijo corriendo un mechón de mi cara.
-Espectacular, verlos de nuevo ha sido de las mejores experiencias. Gracias de nuevo por ese reglazo, dije dándole un beso nuevamente.
-Ha sido un completo placer, lo mejor ha sido mirar esta carita feliz.
Yo sonreí. Cuando Andriy decía esas cosas con tanta dulzura me derretia.Caminamos hacia la cama. El jefe se sentó a mi lado.
-¿Y cómo está tu familia? ¿Cómo va la situación económica? Dijo colocando su mano en mi muslo derecho mientras una corriente eléctrica me subía repentinamente.
-Muy bien, mis padres y mis hermanos están fenomenal, felices de verme y yo de verle a ellos. Y pues lo económico ha mejorado, ya están más estables.
-Me alegro muchísimo que estén bien. Cuanta falta me has hecho Marisol, dijo mirándome a los ojos.
-Y tú a mí.
Andriy sonrió.
- ¿Y tú? ¿Cómo has estado? Pregunté
-Aparte de extrañarte un mogollón, he estado bien, regresando a los entrenos y liándola.
-Pronto estarás a tope.
-Lo sé, y que te juró que el primer gol que marqué mi equipo será para ti, no lo marcare yo obviamente pero será tuyo, dijo mirándome divertido.
-Pues lo esperaré, dije mientras tomaba su mano y la encajaba con la mía.
-¿Te quieres acostar? Dijo mientras miraba la parte superior de la cama
-Vale, dije con sinceridad ya que estaba cansada.
Andriy se acostó primero, colocó unas almohadas y se recostó sobre ellas. Yo me disponía a colocarme a su lado, pero con su brazo me arrastró hacia él. Así que me dejé caer sobre su pecho.
No era la primera vez que estaba con un chico, pero me sentía nerviosa, no estaba con cualquiera, estaba con mi jefe y menudo jefe que tenia.
-Sol, que voy a hacer contigo, me tienes con la cabeza en las nubes, dijo pasando su mano por mi espalda.
-Y tu a mí, pero creo que tenemos que llevarlo con calma.
Andriy suspiró de forma pesada.
-Lo sé, no quiero forzar nada, ni que te apresures, pero te quiero cerca de mi , así, como ahora, dijo besando mi cabeza.
-Pues solo tenemos que dejarnos llevar. Encontraremos la forma.
-¿Y si te vienes a vivir acá? Podría venir todas las noches como hoy, dijo con una chispa de ilusión.
¿Vivir con él? Dios mío a Andriy se le ocurría cada cosa.
-No lo creo, si debemos ir calma, vivir acá no creo que sea lo más factible.
-Ya, ya pero es que no se me ocurre nada. Creo que tendremos que buscar la forma de cómo vernos. Acá en casa en pleno día, no se podrá. Yo no podré ir a tu piso, que si me pilla la prensa, es muy probable que tu privacidad se acabe y créeme yo no quiero eso, mucho menos ahora que estas por acabar la carrera.
Punto a favor del jefe. En eso tenía razón en su casa con Inés, Pablo, y su familia no podría ser, y en mi piso menos. Ya me imaginaba yo a la dueña del edificio la señora Maru, atenta día y noche a su ventana vigilando quien salía y quien entraba, nuestra privacidad no duraría.
-Tienes razón, pero sé que la podremos librar de alguna forma, déjame pensarlo y encontraré la forma, dije alzando la vista y mirándolo. Él me sonrió, joder que guapo lucía.
-Se que si mi sol, dijo besándome nuevamente.
Dios su aroma era tan delicioso que me lo comería enterito.
-¿Te puedo pedir algo? Dije mirándole con ternura
-Lo que quieras, cariño dijo con su acento sexy.
-¿Te quedarías a Dormir conmigo hoy?
-Hoy y las noches que quieras.
Andriy colocó las almohadas de nuevo y se recostó a mi lado, yo me volví hacia él y le abracé, el hizo lo mismo.
-Descansa guapa, dijo dándome un nuevo beso. Dulces sueños.
-Igual para ti, dije casi completamente vencida por el sueño, quisiera haber soportado mas para disfrutar más tiempo con él, pero el viaje me había agotado. Le abracé más fuerte y me rendí ante Morfeo.
Al despertar al día siguiente, ya Andriy no se encontraba a mi lado. Probablemente se habia marchado antes de que alguien supiera que estaba conmigo. A tientas encontré el móvil y miré la hora
Hostia que era tardísimo. Tenía un mensaje del jefe
Cariño, he dormido espectacular, espero que tu también, aunque sé que así fue. Me he llevado a Andrii al colegio, puedes ir por él, y te veo en la casa, ya sabes seguiremos como el jefe y la niñera, aunque te quiera comer a besos.
Sonreí al leer ese mensaje. Me levanté de un salto y corrí a ducharme. Madre mía si era difícil mantener una vida secreta ante los demás, ahora seguir con otro secreto dentro de casa de los Lunin si que me iba a poner las cosas difíciles. Bajé al comedor a desayunar y a hablar con Inés, que esta vez si me exprimió completamente sobre los pormenores del viaje, de mi familia y lo demás.
-Tía, pero que yo imaginaba que hoy ibas a amanecer toda marchita y triste por extrañar a tu familia. Y tú que amaneces más radiante que nunca.
El efecto del jefe, pensé.
-Pues la verdad es que si me siento muy bien hoy, dije riendo con malicia de mi chiste privado.
Cuando fue la hora de ir por Andrii, Pablo fue por mí a la cocina para irnos cuanto antes, según él si no iba por mí, Inés no me dejaría salir de ahí.
Mi pequeño nos esperaba ansioso.
-Sol, Sol. Papá me lo ha contado todo, ¿era una sorpresa no? dijo dando pequeños saltitos.
Mi corazón se detuvo. Joder, que le habría dicho el jefe, si seria todo en secreto.
-Ahhh si, ¿y qué te dijo?, pregunté mientras miraba si Pablo estaba escuchando.
-Que hoy vendrá Jude a casa, a jugar conmigo como me lo ha prometido.
Sentí un alivio tremendo. Era eso
-Genial, eh, jugaras con Jude.
Madre mía, recordar todo el lío con Jude me hizo arder las mejillas.
Llegamos a casa, e Andrii quería hacer los deberes cuanto antes, quería estar listo en cuanto llegaran a casa.
Minutos después Jude y el Jefe llegaban a casa. Al verlos sentí un hoyo abriéndose paso en mi estómago. Estaban guapísimos. Algo dentro de mi me gritaba que Jude ya sabia toda la verdad.
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La Niñera de los Lunin.
FanfictionNovela 100% original ¿Es una Locura enamorarte de tu jefe? ¿ Es una locura aún más grande si tu jefe es un jugador mediático?. Eran las preguntas que recorrían la mente de Marisol a diaro. Marisol llegó a Madrid en busca de sus sueños, de un mejo...