En la oscuridad

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La semana transcurrió sin ningún evento de relevancia, el trabajo fue igual, la universidad igual y la soledad nocturna en mi piso...igual. El viernes cuando ya me dirigía a casa, escuché que Inés me llamaba.

-Marisol, cariño no te marchéis tan rápido. El jefe os está buscando, necesita hablar contigo.

Regresé y me encontré al jefe en la cocina.

-Marisol, necesito que cuides de Andrii mañana en la tarde y parte de la noche, ya que mi familia está de viaje e Inés tiene el día libre y la madre de Andrii está fuera del país ¿puedes?

-Si claro.

-Excelente, te espero al medio día.

Sábado me encontraba en La Moraleja justo a la hora que el jefe me había indicado, Inés estaba libre ya que iría a la boda de una de sus sobrinas en Bilbao.

El señor Lunin jugaba hoy un partido de liga en el Bernabéu, por lo que no podía cuidar de su hijo. Así que el crío y yo nos quedamos completamente solos. Desde que había ingresado a trabajar eso significaba una mayor responsabilidad y más confianza hacia mi persona.

Durante la tarde ayudé a Andrii a hacer sus deberes escolares, miramos el partido de su padre, el cual ganó el Real Madrid 1 a 0 contra el Atlético de Madrid, con gol de Valverde. La tarde se puso oscura dándole paso a un fuerte aguacero, así que jugamos y le enseñé a Andrii algunos juegos tradicionales de mi país, hasta que Andrii más dormido que despierto me pidió que le leyera un cuento y cayó rendido del sueño en mis brazos.

La lluvia pronto se convirtió en tormenta, una ensordecedora, que acompañada de rayos hizo que me asustara un poco. Como Andrii dormía encendí la televisión, aunque no escuchaba nada por lo menos me sentía un poco acompañada.

Una luz inundó la casa acompañada de un estruendo que me paralizó, e hizo brincar al pequeñito para que segundos después todo quedará en tinieblas, sentí mucho pánico. Nos habíamos quedado sin luz. Gracias a dios unos segundos después pude ver las luces del automóvil del jefe y el rugir de su motor, así que sentí tranquilidad.

-¿Marisol? ¿Andrii? ¿Están aquí? Gritó desde la cocina

-Si estamos acá, Andrii está dormido.

El jefe se acercó con la luz de su móvil.

-Al parecer ha caído un rayo cerca de acá, el estruendo fue muy fuerte-, dijo el jefe que venía mojado de los pies a la cabeza. Me cambiaré y llamaré a ver qué sucedió.

Cuando el jefe se fue de nuevo todo quedó sumido en la oscuridad. Yo debía regresar a mi apartamento pero no tenía ni la menor idea de cómo iba a regresar. El jefazo llegó de nuevo y se sentó junto a mí, la luz de su móvil quedaba justo en el medio de los dos, podía ver su rostro gracias a la tenue luz, estaba guapísimo.

-Marisol me temo que no podrás regresar a tu casa hoy, al parecer el rayo cayó cerca de la planta eléctrica, los del equipo de mantenimiento venían para acá, pero hubo un atasco así que no podrán llegar.

-Ohhh, pero como me quedaré aquí no quiero incomodar.

-¿Incomodar? ¿A quién? A mí no me incomoda y estoy seguro que a mi hijo mucho menos. Pero si te quieres marchar algo podemos hacer.

- No, está bien me quedaré.

-Y cuéntame, ¿qué hicieron hoy? ¿Cómo se comportó Andrii? -preguntó el jefe de forma relajada como no lo había visto.

-Se comportó súper bien como siempre. Realizamos los deberes, jugamos, miramos el partido. Hasta que quedó rendido.

-Gracias por cuidar de él. ehh ¿Marisol tienes familia acá en Madrid?

-No a nadie, toda mi familia está en mi país. No los veo desde que me vine para acá.

-Lamento eso, imagino que ha sido muy difícil para ti. Lo se por que la mayoría de mi familia permanece en Ucrania ¿Y no tienes novio o alguien que te acompañe? Disculpa la pregunta.

- No se preocupe. Si, ha sido muy difícil estar lejos de ellos. Y no, no a nadie formal. (Moría por preguntarle si él también estaba solo)

-Comprendo, ¿y tienes mucha familia?

-En mi casa vivía con mis padres y mis dos hermanos menores. No sabes cuánto los extraño.

-Lo imagino, y sé que ellos te deben extrañar también. Marisol es mejor que ya nos vayamos a dormir, ya es muy tarde. Dormiré con Andrii. Te llevaré a la que será tu habitación esta noche.

El jefe se acercó a mí y tomó a Andrii en sus brazos.

Me dirigí hacia una de las tantas habitaciones de la casa.

–Puedes hacer algún cambio si necesitas o si la oscuridad te lo permite. Si necesitas algo me llamas, que tengas buenas noches.

-Gracias señor, buenas noches. El jefazo se retiró y entró a la habitación, no pude observar bien, pero se veía acogedora. Me lave los dientes y me acosté.

Sin embargo, no me podía dormir de solo pensar en dónde estaba. Me había sorprendido mucho que el jefe me preguntara de mi vida privada, hasta el día de hoy no se había acercado a hablarme. Ni yo misma lo podía creer estaba sola en la casa de uno de los hombres más deseados del fútbol, mi JEFE. Sin poder asimilar las cosas y con la fuerte lluvia de fondo me dormí hasta la madrugada.

La Niñera de los Lunin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora