Tuya - 2 Parte

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Mi corazón se detuvo por un micro segundo. Me encontraba muy nerviosa, no era la primera vez que estaba con un chico, pero si era la primera vez que estaba con un hombre como él. Jamás imaginé que aquel día,  que ingresé a trabajar a la misteriosa casa en la Moraleja iba a terminar en esto.

Andriy corrió mi cabello con delicadeza y comenzó a besar mi cuello, mientras que sus manos se deshacían de mi suéter. Cuando mis hombros estuvieron descubiertos, sus besos se apoderaron de ellos, yo solamente cerraba los ojos y me permitía sentir el sin fin de emociones que me embargaban en el momento.

Poco a poco mi vestido cayó al suelo dejándome en ropa interior. Lo miré y él me sonrió. Me acerqué aún más a él y le besé. Quité su camisa desabrochando uno a uno los botones. Mi corazón estaba desenfrenado. Su fuerte cuerpo me hizo temblar,y su aroma me inundó. Con una delicadeza casi quirúrgica, me tomó en sus brazos llevándome hasta la cama, colocándome en ella con cuidado.

-Marisol, te haré mía, pero lo haré con calma, con amor. Quiero que lo recuerdes siempre, dijo con la voz entrecortada.

Yo asentí, ya que el jefazo me comenzó a llenar de besos.

Pronto nos encontrábamos unidos piel con piel, disfrutando del tacto de dos cuerpos que anhelaban la unión. La habitación se llenó de besos, de suaves gemidos y de muchos suspiros. El jefazo besó cada parte de mí, sus caricias me llenaron de ternura y me hizo sentir cosas que jamás había sentido. Andriy me llevó hasta el cielo, juntos tocamos la gloria. La palabra "perfecto" se quedó corta para comparar lo que Andriy, había hecho conmigo.

Al finalizar de hacerme el amor, besó mi frente, y yo me acurruqué entre sus brazo,  mientras los espasmos en mi cuerpo disminuían. Solo quería besarle, y así lo hice.

-Gracias por tanto, le dije mientras le miraba a los ojos.

-No hay nada que agradecer, gracias a ti, por devolverme las ganas de sentir de nuevo, me ha encantado, dijo mientras me besaba de nuevo. ¿Tienes hambre?

-Un poco, si, dije recordando que de los nervios no había cenado nada.

-De hecho la cena esta lista, se suponía que primero íbamos a cenar pero no me podía esperar más, dijo sonrojado.

-Valió la pena, ha sido increíble, contesté mientras le besaba de nuevo.

Nos pusimos en pie para ir a cenar. Para no volverme a colocar el vestido, solo me coloqué la camisa que el jefe había llevado. Mientras que él se colocó solo los bóxers. ¡Madre mía! viéndole así quizá no podría yo ni dar un bocado. Cenamos en una pequeña mesa que estaba en la cocina, la cena estaba deliciosa.

-Cariño, ¿Qué voy a hacer contigo? ¿Cómo me voy a conformar a tenerte lejos de mí? ¿Cómo me voy a hacer a la idea de no estar a tu lado?, dijo mientras acariciaba mi mano

-No lo sé, dije con angustia. Te prometí que pensaría en algo pero se me ha hecho imposible encontrar un plan adecuado.

- Lo sé, lo sé, a mi me pasa lo mismo. De verdad que si yo no tuviera a la prensa sobre mí, no me importaría que me vieran contigo, pero no te quiero exponer. No ahora, imagínate tú tratando de graduarte y culminar tu carrera y la prensa persiguiéndote. No es que te quiera esconder, si no que estar bajo la luz pública es muy complicado.

- Sé que si, y te lo agradezco, no estaría preparada para poder lidiar con todo eso.

-Nadie lo está. Cariño, yo creo que lo primero es que lo sepa mi familia, decírselo a Andrii, él es quien debe saberlo de primero.

Cuando Andriy menciono que su familia tenía que saberlo, mi corazón se aceleró. Me imaginé a su Madre mirándome con desagrado como lo hacía la mayoría del tiempo. No me quería ni imaginar la reacción de su padre y su hermano ¿y si pensaban que lo hacía por buscar fama o dinero? ¿O si no me aceptaban? ¿Si causaba lío en su familia?

Yo solo asentí. Mientras esos pensamientos me carcomían la mente.

-En cuanto mi familia lo sepa, será más fácil, podremos estar en casa sin tener que escondernos, sería nuestro refugio. Lastimosamente  no podremos hacer las cosas normales de una pareja, salir a comer o alguna disco. No mientras podamos hacerlo oficial, dijo con la mirada llena de tristeza.

Suspiré de forma profunda.

-Eso lo comprendo, y mientras pueda estar contigo algún tiempo está bien, dije acariciando su pierna desnuda con la mía. ¿Y si no le gusta a Andrii? ¿Y si tu familia no lo acepta? dije de golpe.

-Ehhh, no pienses eso. Cariño mi hijo te adora, eres importante en su vid, sé que eso no le molestará. Y mi familia también lo hará, no tienes de qué preocuparte, créeme la opinión de ellos es muy importante y yo no hubiera dado este paso de acercarme a ti si no supiera que ellos estarían de mi lado. Igual es mi decisión y ellos deben respetarla.

-Está bien, dije dudando.

-Cariño, quiero estar todo el tiempo posible contigo. ¿Cuáles son tus planes después de graduarte?

-Encontrar un buen empleo.

-¿Acá o en tu país? Dijo esta última palabra con un poco de molestia.

-No lo sé. En mi país la situación laboral no es la mejor, si puedo quedarme acá lo haré sin dudar,  pero tendría que viajar a menudo para ver a mi familia.

-Te comprendo, pero tengo miedo que te marches, dijo besando suavemente mi mano.

- Tratare de no hacerlo, dije sonriéndole.

- Cariño, tengo que decirte algo... dijo un poco confundido. ¿Alguna vez te comenté o escuchaste el por qué Andrii vive conmigo y no con su madre?

-No, dije mientras negaba con mi cabeza.

-Ana y yo nos separamos después de estar mucho tiempo juntos, desde que éramos unos adolescente. Ella es una excelente persona y la cuál le guardo cariño y respeto, pero ya como pareja no nos entendíamos, así que decidimos encontrar la felicidad cada uno por su lado. Como es natural Andrii se marchó con su madre, hasta que ella decidió volver a terminar sus estudios, pues cuando mi fama comenzó a crecer ella fue víctima de la prensa y tuvo que detener sus estudios. Fue un sacrificio muy grande que hizo por mí, y después nació nuestro hijo por lo que no pudo continuar su carrera para dedicarse a él.

Así que cuando nos separamos ella retomó los estudios, pero se le complicaba cuidar de Andrii, así que acordamos que yo lo cuidaría mientras ella terminaba su carrera. A Ana le quedan unos cuantos meses para finalizar, así que cuando eso suceda, mi hijo no estará todos los días en casa, y tu dejaras de ser su niñera.

-Eres encantador, por hacer eso por ella, creo que ningún hombre lo haría dije mirándolo a los ojos. Por ese gran corazón me encantas. Está bien, sé que no seré más la niñera de Andrii, pero siempre le dedicaré mi tiempo, cariño y atención como si lo fuera.

-Se que sí. Cariño, ¿Te ha gustado la cena?

-Muchísimo, dije mostrando mi plato casi limpio.

-¿Y tienes más hambre? Preguntó mirándome a los ojos

-De comida no, dije mirándolo de forma pícara.

-Sol, que pilla me has salido. Pues si de eso se trata yo sé cómo remediar esa hambre, dijo alzándome y llevándome a la habitación de nuevo mientras me llenaba de besos.

La Niñera de los Lunin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora