SÓLO POR UN MES ➳ JOERICK [EN EDICIÓN]

Día 9.

Maratón 2/3

16 de Diciembre de 2022.

"—¿No es impresionante como casi todas las líneas de nuestras manos se alinean cuanto tu mano está sobre la mía?"

Día 9.

Cuando Erick despierta y se dirige a la cocina no espera encontrarse con Joel ahí, es por eso que casi da un saltito al verlo en el comedor.

—¿Tan horrible soy por las mañanas? —pregunta el rizado, alzando una ceja mientras toma de su café.

—Es raro que aún no te hayas ido a trabajar, sólo eso.

—Es porqué me desperté tarde —comenta—. También tengo mis noches de insomnio, ¿Sabes?

Erick asiente y coge una taza para servirse café.

—Tania ya está vistiéndose así que no creo que sea necesario que vayas a despertarla —Erick asiente una vez más a lo que el rizado suelta un bufido—, ¿A caso te comieron la lengua, Erick? Si te hablo tú tienes que responder.

—¿Quién dice?

—No intentes hacerte el gracioso —advierte, serio.

—Joel, lo que menos quiero ahora es discutir contigo, ¿bien? Estoy intentando empezar bien mi día y tú no estás ayudando mucho.

—Lo que digas —el mayor gira los ojos y ese simple gesto le ha parecido demasiado infantil a Erick.

Erick comienza a desayunar con rapidez porque no quiere estar más tiempo a solas junto a su esposo, sabe que en cualquier momento una pequeña discusión empezará y terminará detonando y él no quiere que Tania vea eso.

Los minutos transcurren realmente lentos para él y es cuando está lavando sus trastes, la puerta es tocada. Joel le dirige una mirada antes de ir a abrir.

—Oh... Hola —Johann sonríe con amabilidad en cuanto ve a Joel pero este no le devuelve el gesto.

—¿Qué haces tú aquí?

—Vine por Erick —responde, sintiéndose incómodo ante la mirada reprobable del rizado—. Voy a llevarlo al trabajo.

—Yo puedo llevarlo al trabajo —dice, la molestia recorriendo sobre su pecho le indica que la presencia de este chico le molesta.

—Bueno, sí, pero tú puedes llevar a tu amante al trabajo —Joel se cruza de brazos.

—¿Te gusta meterte en la vida de los demás, no?

—No, pero estoy intentando hacer las cosas bien con él ahora, no quiero fallarle de nuevo.

—Lárgate —advierte sin interés en lo que el chico dice.

—¿Dónde está Erick? —pregunta, estirando un poco su cabeza para intentar ver dentro de la casa ya que el cuerpo del moreno le cubre la vista en entrada.

—No está aquí, idiota. Lárgate.

—¿Joel, quién es? —la voz de Erick desde adentro hace que Johann suelte un suspiro.

—Vamos, Joel, solamente lo llevaré al trabajo.

—Para eso estoy yo. Lárgate —repite una vez más, comenzando a cansarse de Johann.

—¡Erick, soy yo! —grita en dirección al interior de la casa mientras que Joel lo observa con indignación.

—¡Lárgate! —Joel lo agarra del brazo intentando que se vaya pero se detiene cuando Erick está mirándolo desde la puerta con el ceño fruncido.