─ ¡hyung! ─ exclamo un emocionado xiumin mientras jalaba una de las mangas de la camisa del mayor.
─ ¿que sucede pequeño? ─ pregunto posando su mirada en el.
─ uhm, olvidalo, no esnada. ─ contesto mientras su vista era dirigida hasta un peluche que se encontraba en un estante de la tienda en donde estaban, a lo que el mayor entendió perfectamente que era lo que este quería.
─ ¿seguro? sabes que si quieres algo me lo puedes pedir. ─ insistió en preguntar de nuevo.
para chen no era ningún problema comprarle lo que quisiera a su gatito, después de todo a el le encantaba consentirlo en todo lo que quisiera, ver sonreír a su pequeño era de las cosas que más le gustaba y también era una de sus prioridades, verlo siempre feliz.
el sabia que xiumin era muy tímido y que seguiría negando que no quería nada, así que cuando este se distrajo fue rápidamente a la tienda dispuesto a comprar el peluche y así lo hizo.
─ ¡jongdae! ¿donde estabas? desapareciste así de la nada. ─
─ perdón por preocuparte, pero necesitaba comprar algo para ti. ─ sonrió y le entrego el peluche que traía escondido tras su espalda, a lo que el menor agradeció y se abalanzó sobre el y lo abrazo para luego llenar su cara de muchos besos.
─ enserio muchas gracias, no te hubieras molestado. ─ agradeció una vez más con una sonrisa tímida en su rostro.
─ no me tienes que agradecer tanto bebé, sabes que con verte así de feliz me basta. ─ acaricio el cabello de este de una manera dulce, mientras una sonrisa en su rostro se formaba.
─ chen, te puedo pedir una cosa más... ─ pregunto mientras jugaba con sus manitas torpemente.
─ claro, dime que es lo que quieres. ─
─ ¿podemos comprar helado y al llegar a casa ver una película? si no quieres esta bien, no hay ningún problema. ─ dijo con un poco de vergüenza.
─ ¡sí! obviamente que quiero. ─ exclamo. ─ vamos a comprar mucho helado y veremos todas las películas que tú quieras. ─ afirmó cariñosamente y tomo una de sus manos para así continuar caminando.
luego de comprar el helado se dirigieron hacía casa y el pequeño no paraba de abrazar y jugar con su ahora nuevo peluche, no podía dejar de sonreír, en todo el camino se mantuvo así, pues el hecho de tener a un chico tan magnifico como lo es chen, lo hacía el gatito más feliz.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
