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Segunda cita con el veterinario. Dos vacunas menos para libreta sanitaria.

El doctor dijo que hay que cortar las uñas, por eso compré el alicate extraño.

Días después se le engancharon dos uñas bajo la puerta y se rompieron. Corté una y salió corriendo. Por eso ahora lo estoy buscando hasta en el espacio detrás de la heladera para cortar las otras siete delanteras. No quiero tocar las pulgares por miedo a romperlas.

No se donde puede estar. El baño es el único lugar que me falta. Además, ni que el departamento fuera tan grande.

Frente a la puerta del baño escucho el sonido metálico del cesto de basura. Definitivamente está ahí.
Abro la puerta y lo veo escondido detrás del inodoro con papel higiénico usado enganchado en la segunda uña rota. Escondo el alicate en la espalda y me acerco a él. Se pega al cesto sin escapatoria permitiéndome cazarlo y llevarlo a la habitación. Libero los restos de papel y sigo cortando sus uñas. Llora un poco por cada una.

Perdón angelito, pero duele más una uña enganchada. Mejor prevenir que curar.

BESOS DE HOCICODonde viven las historias. Descúbrelo ahora