12

32 6 2
                                    

—Bueno, tenés para elegir. Filete, sopa sin condimentos fuertes y arroz con pollo. ¿Qué querés?

Él me mira ansioso agitando la cola y dando una vuelta. Me río y selecciono su favorito.

Tanto drama para esto...

¡Sí, por fin!

Gracias Dios... esto de los papeles eternos y de las idas y vueltas me tenía loca.

Mientras él goza de su plato yo disfruto un té para eliminar definitivamente los restos de nervios que quedaban deambulando dentro de mí.

Termina el trozo de carne y me pide más. Yo sonrio contagiandome de su entusiasmo y buen humor y le doy el último.

Podría haberlo dejado en casa y yo venía a divertirme sola. Pero lo quiero tanto que no podría hacerle eso.

A fin de cuentas retrasé casi un año la invitación de un "muy buen amigo" para organizar el viaje con él incluido. Y qué mejor que llegar para el día de los enamorados, quizá hasta vuelva a considerar su oferta.

—Espero que te des cuenta que te elegí antes que a Matteo. Me acuerdo que tenía una boca... lo que debe besar ese chico.

Él me mira, se sube a mi regazo y comienza a lamerme la cara. No puedo evitar reírme y descansar la mano en su cabeza.

—Creo que prefiero tus besos de hocico.

BESOS DE HOCICODonde viven las historias. Descúbrelo ahora