JUNTOS

Y ESTE SOY YO (CAPITULO .83.)

(CONTADO POR GARFIO)

Sabía que a Emma no le hacía gracia que yo fuese en busca de Regina pero no podía hacer otra cosa, ella era mi amiga y no la iba a dejar tirada así que allí estaba, vistiéndome tal como me vestía antes, armándome con una espada que había elegido cuidadosamente ya que la mia propia estaba bajo llave en mi casa, mientras me arreglaban mi caballo Blanca llegó con Nova.

• Quiero ir contigo -ME DIJO NOVA-

• Prefiero que te quedes aquí.

• Pero Killian, yo tengo magia, te puedo ser útil.

• Por eso encanto, tienes magia y prefiero que te quedes cuidando a mi hija y mi esposa.

• Killian, al menos lleva a La Guardia Real.

• No, llamaría demasiado la atención.

• Pero...

• Que no Blanca, esto lo voy hacer solo.

• No tienes nada que demostrar.

• Lo sé pero voy hacerlo solo.

• La Reina está cabreada y ya sabemos como es cuando lo está.

• Entonces va siendo hora de sacar al pirata de antaño.

• Killian...

• Voy a salvar a Regina y ella a Robin, sea como sea.

• Por favor, lleva dos nombres, al menos para que te acompañen en el camino.

• Mejor solo, es más fácil.

• Killian...

• Amor, ¿por qué te levantaste?

• Por favor Killian.

• Ya lo hemos hablado amor y ahora vuelve a la cama, Blackblood dijo que tenías que descansar.

• El sangrado ya desapareció, así que estoy mejor.

• Pero aún estás débil.

• Estoy mejor Killian.

• Vayamos a la habitación -LE DIJE AGARRANDO SU BRAZO –

Cuando íbamos por la mitad del camino noté como sus piernas empezaron a temblar, sabía que mi mujer estaba débil y que me necesitaba pero tenía claro que su madre la sabría cuidar en mi ausencia.

• Me gusta que me cojas así -ME DIJO CUANDO LA TENÍA EN BRAZOS –

• La primera vez que te cogí así fue cuando te quedaste atrapada con Elsa en aquella montaña de hielo que construyó.

• Es cierto, pero ahora peso más.

• Eso no es verdad, es más creo que pesas menos que antes de quedarte embarazada.

• Killian...

• Voy a regresar sano y salvo, te lo prometo amor.

• Te quiero.

• Y yo a ti.

• No puedo volverte a perder.

• No lo harás, estaré aquí antes de que te dé tiempo a extrañarme.

• Eso es imposible porque no te has ido y ya te extraño.

• Voy a rescatar a Regina, piensa que seré un héroe.

• Ya lo eras hace tiempo.

• Ella se lo merece.

• Cuídate por favor – ME DIJO CUANDO LA DEJÉ SOBRE LA CAMA-

• Lo haré, tranquila -LE CONTESTÉ ANTES DE DARLE UN BESO DE DESPEDIDA – Descansa amor.

(EN EL CAMINO)

Cabalgaba lo más deprisa posible, quería llegar cuanto antes a la entrada de unos de los pasadizos secretos que conocía para entrar en el castillo de la Raeina Malvada, sabía por Regina que esa entrada era la única que no necesitaba una prueba de sangre para acceder, ella misma la había construido para escapar algún día si se encontraba sin magia, Regina me había hablado de ese acceso cuando habíamos vuelto al bosque encantado tras mi matrimonio, pero sabía que solo me había hablado a mi de él, lo que esperaba era que su majestad y su marido no supiesen que era el único acceso sin protección.

• Si llegas a ir más deprisa, pienso que vuelas.

• ¡Ey! – DIJE DETENIENDO MI CABALLO – No esperaba verte por aquí.

• Vengo de encargar viandas para mi taberna, pero lo raro es verte a ti por aquí.

• Voy...

• Te ves muy recuperado, me alegro Capitán, la verdad es que cuando te Vila última vez aún no lo estabas.

• Regina ayudó con mi acelerada recuperación.

• ¿Regina?

• Ella recuperó sus poderes.

• ¡Ah!, ¿Qué tal la princesa?

• Recuperándose.

• ¿Recuperandose?

• Ella dio a luz a mi hija hace unos días.

• Ya eres padre Capitán, eso se merece una celebración.

• La merece pero ahora no es el momento.

• ¿Por qué?

• Tengo algo importante que hacer.

• La última vez que te vi tan apresurado luego te secuestraron.

• Ahora no lo harán, el mal nacido que lo hizo está encerrado en una celda.

• Pero hay más gente peligrosa en los caminos, sobre todo desde ayer.

• ¿Cómo qué desde ayer?

• Si, ayer cuando iba a encargar las viandas vi a un grupo de hombres armados dirección al castillo de la Reina Malvada.

• ¿Cuántos hombres eran?

• Pues no me paré a contarlos, intenté que no me viesen así que me escondí, ya sabes que a veces esos grupos de hombres....

• Se aprovechan de las mujeres.

• Pues si, asi que mejor esconderse pero aún así creo que podrían ser una veintena.

• ¿Te fijaste si eran soldados?

• No llevaban uniforme de la guardia.

• Veinte hombres, no son pocos.

• Capitán, ¿por qué tengo la sensacion de que vas a cometer una imprudencia?

• Porque la voy a cometer pero no puedo dejar de hacerlo.

• Por favor, desconozco lo que vayas hacer pero te imploro que no lo hagas.

• No implores Alícia, sobre todo porque no voy a poder complacerte.

• Entonces apego a la razón, eres padre Garfio, no puedes arriesgarte a hacer algo malo.

• No es malo lo que en mi mente ahí por hacer.

• Vas solo, eres príncipe de este reino, si no fuese algo malo lo que vas hacer, la Guardia Real te acompañaría.

• Lo que voy a llevar a cabo tengo que hacerlo solo, pero tranquila voy en plan héroe no villano.

• Ya sé que no eres un villano, pero...

• Alícia, ni mi esposa consiguió divagar mi idea, así que no intentes convencerme de que no haga lo que tengo que hacer.

• Al menos cuéntame de que se trata, porque tiene que ser algo importante si has dejado a tu esposa y a tu hija recién nacida por hacerlo.

• Regina fue al castillo de su Majestad y no volvió.

• Pero ella es...

• Ella es mi amiga y este soy yo, si un amigo me necesita, ahí estaré....