Sentí que mi estómago se apretaba, tenía ganas de llorar y gritar.
Rápidamente las lágrimas comenzaron a salir desesperadamente de mis ojos, aún seguía al lado de la puerta de Peter sin moverme, no podía creer lo que había escuchado.
Peter sale de su habitación y me ve llorando, se acerca a mí y me abraza muy fuerte. Luego de estar unos segundos en los brazos de Peter lo aparté bruscamente de mí, y corrí a mi habitación. Me acosté e intenté dormir, cosa que fue imposible hasta las cuatro de la madrugada.
***
Desperté con rastros de humedad en mis ojos y mejillas, me refregué los ojos para poder acostumbrarme a la luz que entraba por mi ventana.
Agarré dos toallas y fui al baño para darme una relajante ducha.
Salí del baño y me puse ropa cómoda ya que no tenía planes de salir, hoy sería uno de esos días en los que estás encerrada en tu habitación comiendo chocolates, helado etc. Y viendo de esas películas que te hacen llorar.
Si, muy masoquista.
Estaba terminando de ver una película cuando Peter entra a mi habitación con la mirada gacha.
—Jessy tenemos que habla —dice avanzando hacia mí.
—Lo sé, tienes mucho que explicarme—Le hago una seña para que se siente al lado mío.
—No sé por dónde empezar—dice con la mirada triste.
—¡Peter ya sé todo!—dije de golpe.
—¿Qué quieres decir con eso?—dijo.
—Se que tú no eres.... mi padre—dije finalmente.
—¿Qué?, ¿Cómo? Pero... Jessy lo siento—me da una mirada de culpabilidad.
—Hace un tiempo yo estaba haciendo el aseo en tu pieza y... no pude evitar revisar tu mesita de noche... y vi el examen de ADN —confesé casi llorando.
—Jessy, ¿por qué hiciste eso?—dijo un poco molesto.
—¡¡Si no lo hubiese hecho no me lo hubieras dicho!!—alcé un poco la voz, las lagrimas salían y salían sin parar.
—¡Sabes que no es así!—dice con la voz más elevada.
— ¡Si claro!—digo sarcástica—¿Tienes alguna otra cosa que decirme?—si miente otra vez juro que voy a explotar.
—No Jessy, eso era todo lo quería decirte, que yo no era... tu padre—mierda, ¿todavía se atreve a ocultarme cosas? Si hay algo que me molesta es que me mientan.
—¿¡Acaso no piensas decirme que esa señora que dice ser mi madre quiere separarme de ti y llevarme a otro lugar con ella!?—Juro que en estos momentos quiero ahorcar a Peter, bueno no, pero odio que siga mintiéndome.
—¡Eso no va a pasar!—su mandíbula se tensa y sus puños se aprietan.
—¿Cómo sabes eso? En los tribunales siempre le dan prioridad a las madres para que tengan la custodia de sus hijos!—eso lo aprendí en caso cerrado, reí internamente por eso.
—Sí, eso pasa generalmente, pero ahora no ocurrirá si tengo las pruebas necesarias para demostrar que ella no es una buena madre para ti— ¿A qué se refería? ¿Abría otra cosa que me estaba ocultando?
—¿Qué pruebas tienes tú?, ¿Hay algo más que me estés ocultando? —digo irritada. Peter agacha la mirada.
—Sí, hay algo más que debes saber—¡oh no!, he tenido mucho por hoy, pero si no me lo dice ahora no lo hará nunca.
—Dime —digo con temor y ansias a la vez
—Está bien, te diré todo —dice, se aclara la garganta y pone su mano encima de la mía.
— Hace muchos años, yo conocí a tu madre en el colegio, ella me gustó la primera vez que la vi, ella era súper tímida, para mí era la mujer más bella que había visto en mi vida, siempre nos mirábamos pero nunca hablábamos. Hasta que un día en la cual todos estaban en clases menos yo porque el profesor me había echado de clases. Me quedé solo dando vueltas por el colegio. Pasé por fuera de los baños y es escuché que alguien lloraba, el llanto venía de el baño de damas, sin pensarlo dos veces entré y vi a tú mamá tirada en el piso llena de moretones, yo quise ayudarla pero ella no me dejó y se fue corriendo hacia la enfermería, yo por supuesto la seguí. Cuando ella estaba más calmada me contó que las chicas más populares del colegio le habían pegado porque ella no le había llevado la tarea de matemáticas.
Desde ese día nosotros empezamos a hablar luego a salir y finalmente le pedí que fuera mi novia, ella acepto muy contenta, éramos las personas más felices que existían en el mundo estábamos muy enamorados, todo era de color rosa. Pasaron 5 hermosos años y todo cambió con tu llegada... ella comenzó a drogarse y emborracharse, decía que no te quería tener porque era muy joven y porque sus padres nunca la apoyarían, incluso casi... no naces por su culpa... pasó el tiempo y tú naciste. Tú eras mi felicidad, mi razón de vivir, tú eras mi vida, yo te amaba más que a mi propia vida, pero tu madre no, ella nunca te quiso, pasaron 3 años de sufrimiento y luego ella se marchó dejándome contigo, yo comencé a trabajar para darte lo mejor, luego de todos estos años llega ella diciéndome que te quiere recuperar y que va a hacer hasta lo imposible por lograrlo.
Yo no quiero que me alejen de ti yo soy muy feliz a tú lado, te prometo que te cuidaré, te protegeré, y te haré feliz hasta el último de mis días —Peter pone su mano en mi mejilla secando mis lagrimas.
— Jessy yo... Yo te amo —lagrimas corrieron por sus mejillas.
Peter se acercó a mí y depositó un suave beso justo al lado de mis labios, quedé realmente en shock con la historia y con el beso de Peter, sinceramente no se qué pensar, me afecta mucho enterarme de todo esto después de tantos años, saber que mí propia madre nunca me quiso, esto es muy fuerte para mí.
Abracé a Peter muy fuerte y casi en un susurro dije:
—Nada ni nadie nos va a separar.