Declaración

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- el anillo era de mi madre - levantó su mano, seguían en la misma posición de antes - mi padre me lo dio el día de mi cumpleaños, ella iba a darmelo

Leonardo seguía escuchando, analizando. Era increíble cómo tanto podía esconderse tras una mirada. Su padre decía "nunca llegas a conocer realmente a alguien" vaya que tenía razón. 

- esa es la verdad, mi historia - finalizó karai, Leo no podía verla así.

- Ey! Levanta la cabeza, no tienes nada de que avergonzarte. Eres una persona fuerte, debo admitir que nunca lo espere - sonrió

- lamento no haberte dicho esto. Ahora, entenderé si no quieres nad-

- ¿¡estás loca!?- Karai brinco del susto - no voy a dejarte por eso, hicimos una promesa ¿Recuerdas? - ella asintió, con ojos llorosos - no voy a dejarte, Karai eres el amor de mi vida. ¡No te dejaría! No lo haré - afirmó

- te amo - comenzó a llorar está vez no de tristeza

- yo te amo más - se unieron en un beso lleno de amor y alegría.

Se recostaron en la cama de Karai, no sabían la hora que era. Se quedaron dormidos.

*•*•*•* 🌺 *•*•*•*

El celular de Leonardo sonaba una y otra vez.

Abrió los ojos, la habitación estaba a oscuras, no recordaba donde estaba. Poco a poco todo llego a su mente, trato de levantarse pero su mano estaba debajo de un cuerpo, el de karai.

Ella dormía  plácidamente usando el brazo de Leo cómo almohada, le dolería después.
El teléfono comenzó a sonar de nuevo.

Trato de estirarse sin despertar a su novia pero no lo lograba. Karai comenzó a despertar.

- ¿Leo? - pregunto adormilada - ¿Que pasa?

- es mi teléfono - Karai se levantó dejando libre el brazo de Leo.

Al momento de levantarlo no lo sentía.

Tallo sus ojos, el teléfono volvió a sonar.

Leonardo se levantó y busco su celular, encendió la pantalla

- ¡Rayos! - abrió los ojos al ver la cantidad de llamadas perdidas y mensajes.

80 llamadas perdidas
104 mensajes

- ¿Qué hora es? - pregunto Karai

- la 1 a.m - por eso las llamadas y mensajes.

- nos quedamos dormidos, es tarde, temprano, no lo sé. - Karai río - ¿Porque no te quedas? -

- amm no lo sé, sería genial, en cuanto tu padre no me vea creerá que soy una especie de pervertido -

- claro que no - Karai se avalanzo sobre el cayendo en su espalda.

Leo decidió irse a su casa. O su padre lo asesinaria por no avisar.

Bajaba las escaleras, le había pedido a Karai que descansara, así que pasó por la sala cuando la luz se prendió dejándolo helado.

Se giró lentamente.

Oroku Saki lo miraba desde el sofá con la mirada sería.

Leo miraba a todos lados, esperando a que algo o alguien lo salvará. En ese momento sintió terror.

- ¿Ya te vas? - su tono era neutro.

- amm si señor -

- te llevo - se puso de pie.

- si, está bien, gracias -

Salieron de la casa, entraron al auto y el camino fue un poco incomodo

- Gracias - Leo no entendía

- ¿Porque? - levantó la ceja

- por escuchar, por no alejarte de mi hija - después de su respuesta volvió a su semblante serio.

El resto del camino fue aún más incomodo. Minutos después estacionó fuera de la casa.

Murmuró un "gracias".

Entro con sigilo  a su hogar. Paso por la sala haciendo el menor ruido posible, pero nuevamente las luces se encendieron.

Volvió a girar encontrándose con sus hermanos y padre sentados en el sofá.

- ¿Que pasó? -

- donde estabas? -

- ¿Karai está bien? - preguntaban Donnie y Mickey.

- chicos, calma, si está bien. Padre perdona la hora, se me hizo un poquito tarde - paso su mano detrás de su cabeza.

- bien. Estas castigado por no avisar - Leo bajo la cabeza.

- okay - subió a su habitación seguido de sus hermanos.

*•*•*•* 🌺 *•*•*

La puerta era tocada muy fuerte, por suerte era fin de semana, Karai descansaría por lo menos dos días de los problemas de la escuela.

Los golpes en la puerta se escucharon de nuevo.

se paro de la cama y noto que llevaba la misma ropa del día anterior. Salió dispuesta a atender la puerta, bajando las escaleras vio a su padre en dirección a la entrada

Al abrir la puerta, el chico de ojos negros estaba frente a él.

- ¿Que haces aquí ? - su tono ahora era Brusco

- buenos días señor, se que no soy bienvenido pero necesito hablar con su hija - Takeshi se apresuró a hablar  - estuve buscandola por casi tres años, en verdad es importante.

- mi hija no tiene nada que hablar contigo, dijiste lo que tenías que decir hace tiempo. Ahora vete - estaba por cerrar la puerta, el chico se apresuró a entrar a la fuerza.

Karai se había quedado en el pie de la escalera. Takeshi logró entrar. La vio parada y se apresuró a llegar frente a ella ignorando a su ex- suegro.

- Miwa  por favor amor debemos hablar.

- no soy tu amor así que deja de llamarme así - dio una mirada enojada

- por favor, te pido perdón por todo lo que pasó. Pero debes entenderme estaba dolido perdimos a nuestra hija y .... -

- cállate! No te atreves a  mencionarla - hablo con amargura

- también era mi hija. Entiendeme. Me dolió perderla y también hacerte daño, nisiquiera estuve contigo por lo de tu madre, lo lamento tanto - se disculpó

Leonardo pasaba por una situación similar, al parecer no había nadie, el timbre sonaba y nadie se tomaba la molestia de abrir la puerta, se levantó cayendo de dormido, abrió la puerta.

- hola. Leo - saludó

- ¿Molli? - le pareció extraño la repentina visita de la chica.

- hola - saludo tímida - ¿Puedo pasar?

- si, claro - balbuceo

- Leo vine hasta aquí por qué no podía esperar más tiempo - Leo la miraba desde el otro sofá - yo te amo Leo, te amo y quiero que me des una oportunidad de demostrartelo -

- espera, espera, Molli eres una chica genial y todo - Molli sonrio - pero estoy con Karai y la amo

La sonrisa de Molli se transformo en una mueca enojada.

- ella está con su ex en este instante - soltó como veneno

- ¿Que? - se puso de pie.

- si, pase por su casa camino aquí y los vi - reviso sus uñas.





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Por Siempre -Leorai- Donde viven las historias. Descúbrelo ahora