CAPÍTULO UNO

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El paisaje era hermoso contaba con un infinito cielo azul lleno de nubes. Había un gran risco y en los pies de este corrían apuradas las aguas cristalinas de un río. El lugar estaba lleno de árboles que parecían inalcanzables, estos eran el hogar de pájaros que surcaban el cielo y los alrededores llenos de naturaleza. De manera impredecible ante mis ojos aparece un muchacho, sus ojos tan claros como el océano parecen intimidarme y su negro cabello se despeinaba con el viento. Me daba cierta curiosidad y una pisca de temor cuando mi mirada cayó en sus labios de los que resbalaba una intensa sangre roja que contrastaba con su piel pálida y tersa similar a una porcelana nueva. Sus prendas eran negras de un material parecido al cuero y llevaba en el cuello un amuleto de un sol rojo. Su extraña presciencia despertó algo en mí, estoy segura que mi sorpresa era evidente.

Su mirada dejó de dirigirse a mí para elevarse y ver directo al sol que se tornaba de un tono rojo, ante esto el misterioso joven cerró los ojos y tan impredecible como su llegada, despierto. Esa fue la primera vez que soñé con él.

En varias de las siguientes noches su imagen se inmiscuía en mis sueños y soles rojos siempre estaban en ellos, al final de cada sueño el sol se tornaba rojo como si sangrara y él desaparecía con mi despertar. Me dije por meses que quizás vi su rostro en alguna parte y debido a eso apareció en mis sueños y pronto desaparecería, se iría para siempre. Pero no fue así, él seguía siendo un intruso en mi mente. No se lo eh contado a nadie o pensaran que me estoy volviendo loca o algo así. He llegado a dibujarlo y a intentar descubrir si existe y quién es el misterioso "chico de mis sueños", literalmente. Pero para mí mala suerte no encontré nada, pienso que soñaré repentinamente con él hasta que sea una abuela. Esos ojos celestes nadie me los arrancará de la cabeza...

FoscorllumDonde viven las historias. Descúbrelo ahora