NIFLHEIM: El Gélido Reino que Corroe las Raíces del Mundo

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Después de estar en el mundo del calor decidimos aclimatarnos al frío para no enfermarnos ni nada, al cabo de unos minutos salimos y las ventiscas aparentemente no eran tan fuertes sin embargo eran capaces de movernos con facilidad, el terreno estaba vacío, el piso era blanco y de un tono celeste o quizás más traslúcidos, los lagos congelados parecían verdaderos témpanos, buques de hielo varados en inmensos páramos de nieve sufriendo un eterno letargo hasta que los firmes campos se quiebren liberando la vida de aquellos barcos junto a él espíritu de libertad de los inexistentes tripulantes de ese etéreo navío, nos aventuramos en Niflheim buscando el refugio del último gigante de la escarcha, a Belgemir, múltiples cuevas son las que hemos explorado hasta ahora pero sin éxito alguno, no había vida en ellas, solo hielo, escarcha y soledad simplemente varados en la misma nada, explorar y explorar así pasaban semanas y semanas, cada vez íbamos más profundo, el ambiente se calentaba cada día más, eso en realidad era indiferente lo que de verdad era relevante eran los perturbadores sonidos que se emitían desde el fondo de la interminable cueva, rugidos, cánticos, voces retumbando que cada vez resonaban con mayor energía, según Thor llevábamos mes y medio caminando, en el trayecto nos dio tiempo para conocernos mejor con el Dios del trueno, nunca estuvo de acuerdo con su Padre, realmente no quería dañar a gente injustamente, el solo acata las ordenanzas de su progenitor, también me contaba historias tales como porque Odín perdió su ojo y muchas más, yo en lo personal no tenía mucho que contar tras conversación y conversación la oscuridad empezaba a menguar salía olor a madera, los cantos se intensificaban además se escuchaba un crujir de madera junto a rugidos y de fondo la voz de un hombre sabio hablando con mujeres al parecer eran las que propiciaban los cánticos que por sus líricas eran una especie de ritual de curación según Thor, si bien la luz se propagó en la salida de la cueva quedamos pasmados con la vista, acabamos de llegar a la base de los mundos, la raíz del Yggdrasil estaba todo lo que los cuentos míticos hablaban las tres fuentes que lo alimentan, las diosas que habitan las raíces incluso el mismísimo dragón Nídhöggr quién corroe la raíz del fresno perenne, el mismo árbol del mundo, era imponente pero no sé a cuál le tenía más respeto en aquel momento si al mortífero dragón o al árbol, cómo decía antes las diosas cantaban para sanar aunque ¿A qué específicamente? El árbol se veía sano y no creo que al dragón así que me acerqué para apreciar más de cerca a las mujeres allí presentes conforme me aproximaba a la fuente donde estaban y para mí sorpresa aunque sinceramente me siento algo ilusa después de ver todas las cosas que los dioses hacen me sorprendió ver la cabeza de Mimir el Dios de la sabiduría aún con viva y hablando con normalidad, yo supuse que era para mantenerlo vivo pero como si me leyera la mente me dijo «Hola viajera, soy Mimir el Dios de la sabiduría, sé que al ver una cabeza tendrás muchas dudas así que comenzaré por decirte que ellas no rezan para mantenerme vivo sino por el fresno ya que se acerca el Ragnarök el árbol está por caer solo esperamos a que ocurra pero sé que es mucho pedir a alguien que conozco hace poco pero sé mucho sobre ti, asesina de dioses, ya has cambiado la historia, hazlo una vez más, libra al árbol de Nídhöggr y te entregaré la misma sabiduría que le di al mismísimo Odín a cambio de su ojo yo haré que las guardias detengan a los cuervos de Odín para que no se entere de esto, si lo haces estaré eternamente agradecido» la verdad fue rápido y conciso, le consulté a Thor al principio se mostró reacio con el tema pero en el fondo me quería lo suficiente para tolerarlo, luego de unos minutos de meditación sellamos el trato con la deidad del charco y encaramos al dragón. Nídhöggr era majestuoso incluso siendo un agente malo para la misma vida, pero iba a contemplarlo todo el día, así que Thor le lanzó un rayo y aturdió al dragón entonces tomé a mi sobrino por el mango y corrí hacia la bestia cuando logré aproximarme lo suficiente para dañarlo, él emprende vuelo dejando las raíces de lado, respire profundo, me centré y con el Cincel de la Tormenta al Amanecer rasgué en mi propia piel « Teiwaz, la Runa de la Victoria, Gebo, la Runa de la Generosidad, Eiwhaz, la Runa de la Defensa y Mannus, la Runa del Mundo, "El Triunfo del Defensor Cósmico"» y con toda mi fuerza lancé a Hati, el cual ascendió, se personificó pero con una forma más poderosa a la normal, materializó la misma lanza que atrapa a su cuerpo humano y descargo una flama gélida sobre el dragón desgastando de manera constante, bueno, eso hasta que la bestia vociferó: "¿Quién osa enfrentarse a mí?... ¿Tú simple mortal o Tú Dios del Trueno? Da igual ni juntos pueden hacerme frente, vamos, morirán no importa que tan buenos crean ser" después de que terminó de alardear, monté en cólera, olvidé todo, empuñé a Sköll y simplemente me desplace a gran velocidad, la criatura que ya no me parecía para nada majestuosa creía que no le haría daño esa pequeña guadaña pero el "Triunfo del Defensor Cósmico" debilitó su fuerte piel, ya que, al ser un reptil de sangre fría perdió movilidad y empezaba a congelarse, y en un vano intento de evitarlo lanzó fuego hacia arriba esperando que al caer la bola por obra de la gravedad, está lo descongelara, pero no funcionaba, fue cuando se me ocurrió algo, tomé a Fenrir y lo pasé por mi pierna cortándome un poco, lo suficiente para que él se materializara, pero ya no era necesario, la bestia estaba congelada, por eso, fuimos con Mimir y me dijo: "Todavía no completas el trato, pero te daré una pista, cada Dios que matas te da sus habilidades para que "sucedas" al fallecido, sé que puedes hacer con eso" y en efecto, la bola cayó y la criatura aparentemente congelada volvió y con más fuerza: "Ja, buen intento pero solo me dieron escalofríos" dijo él, en nuestro evidente fracaso, Thor lanzó el Mjölnir a la cabeza del dragón, no tuvo efecto alguno, lo intento muchas veces pero cada una con menos éxito que la anterior, cuando ya no podía luchar por la fatiga recordé las palabras de Mimir, y en mi pierna escribí con Hati en mano: « Isa, la Runa del Hielo, Jera, la Runa de la abundancia, Laguz, la Runa de la Muerte, Berkana, la Runa del Crecimiento» clavé la lanza en el piso y nuevamente corrí hacia el Dragón, cuando llegué a estar en un rango de poder golpearlo, salté mientras recité lo que faltaba del hechizo: "Ejecución Escarlata" mi pierna se envolvió con una bruma roja mientras caía hacia la ferocidad del dragón que se come la esperanza del mundo, al impactar un rayo rojo atravesó verticalmente la bestia luego la misma se comenzó a cristalizar, un hermoso hielo de un color escarlata tan hermoso que parecía que fuese una estatua tallada por algún artesano experto o algún Dios, de inmediato el Yggdrasil se restauró gracias a los cantos de las diosas, luego cerramos el trato con Mimir y salimos de la cueva, resulta irónico por Thor tenía un carruaje tirado por 2 cabras, pero no le gustaba usarlo, era un regalo de su Padre y la verdad le desagradaban bastante esos animales, nos demoramos mucho menos en salir de esa cueva, al momento de salir y con la sabiduría completa recibida en un justo trato fuimos al escondite de Belgemir, en ese momento sabía todo sobre cualquier cosa, miré a Thor, quien me correspondió la mirada, se me acercó, me tomó de la cintura, me empujó hacia él hasta que pude sentir su respiración en mi propia piel y suavemente me acarició la cara, me sentí extraña pero en ese momento daba igual, lo importante era lo que pasaría ahora...

La viajera del Alba: A través de YggdrasilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora