¿Lo vale?

- Galahad -

~ Hasta ahora ni un ser llegó a pasar de las dos entradas, el camino al reino vecino enrojecido está. A veces logra sentir el aire caliente, ignora si hay gente del pueblo que no está bajo los efectos de la magia, se engaña pensando que los hace por ellos cuando lo hace para si. Los objetos flotaron a su alrededor y quieren estrellarse contra él. Los esquiva con facilidad, veía la forma del caballero esconderse, solo pocas veces trató de hablarle.

Odiaba estar solo.

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El rey recién le dio la importancia debida, mandó unos cuántos soldados. Gawain se quedó junto al rey.

Galahad cuidaba el norte y Percival el sur, así cuando apareciera la ayuda, ellos los guiarían hacia Nimue y Lancelot. Arthur alzó su espada contra los soldados enviados por el rey y una vez terminado la pelea, la gente salió de sus casas a ver quién era. Hubo susurros callados por la gran sonrisa divertida del joven.

Sin saber como,la gente relacionó la gran sonrisa con la salvación

"¡El elegido está aquí!"

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— Así que... Nimue no puede ingresar al castillo porque aún posee magia oscura —el herrero asintió a lo dicho— ¿Ella no lo puede purificar?

— No, es extraño si soy sincero. Nimue ya intento purificar el castillo en su totalidad, solo pudo hacer que 70% estuviese purificado.

— ¿Entonces hay algo malo? —Galahad posicionó su mano junto a la espada, analizaba la pelea de Arthur contra Percival, así podría ganarle tan siquiera una sola vez

— Puede... Ahora que recuerdo, Nimue mencionó algo, sobre que el lago ya no le decía los sucesos futuros

— ... —Eso último sonó preocupante para el caballero, lo mismo pasó con el anterior rey— ¿Crees que...

— No, Arthur sigue como siempre, nos apoya y ayuda al reino.

— Mmm...

— Veré este tema cuando regresemos al castillo y ¿De verdad no les llegó ni una carta del reino vecino? Es extraño que no respondan, sin mencionar que Lamorak comentó la alianza y hablaría con su rey para hacerlo lo más rápido o eso dijo...

— Es verdad, tampoco hubo cartas de Lamorak

— ¿Será por el chao real? Solo enviamos un mensajero.

— ... ¿Mensajero..?

— Sí —el herrero percatándose del desconcierto del caballero,tragó pesado— Vino el mensajero ¿Verdad?

Negó, se levantó y fue a detener la décima derrota de Percival. Arthur se quejó,pero al ver la seriedad y el nerviosismo de Galahad, dejó de quejarse. El ambiente se tornó pesado.