- Percival -

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~ Su gente le atacaba sin cesar, ya había olvidado su querer y su espada está manchada de la sangre de su reino. Tenía ojeras de hace días,dormir está fuera de discusión. No paraban de venir. Los gigantes sonreían con burla, el se los devolvía al descuartizarlos.

Abandonó su esperanza hacía unas pocas horas.

Ellos ya no volverán.

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Tiró con furia todo aquello que se podía romper, enterarse de la traición de dos caballeros lo llevo a castigar a los caballeros que aún no le traicionaban.

— LOS QUIERO CON VIDA, TRAEDLOS.

Cada latigazo tenía más potencia que el anterior; Gawain y Galahad no daban ni una queja.

— NECESITO LA CABEZA DE ESOS DOS, LOS PONDRÉ EN EL MEDIO DEL REINO Y ASÍ NADIE OSARÁ REBELARSE 

El rey se tranquilizó y sonrió con satisfacción, la escena de las cabezas era de lo más excitante. Gawain al ver la sonrisa tuvo ganas de vomitar,mas no lo hizo,le tenía un casi nulo de respeto a la corona. Galahad percibía su espalda húmeda, solo vasto ver la espalda de su compañero para saber como estaría su estado, no sabía si podrían pelear con esas heridas. Ignoró las carcajadas del rey, Percival debía de tener una muy buena razón para traicionar a la corona.

— ¡Vayan mis caballeros!

La voz sonó suave y dulce,a ambos caballeros les causó escalofríos. 

Percival y Nimue miraban el cielo en espera de la carta. El chao real apareció y descendió rápido en busca de la dama, la pureza que rodeaba a la dama es algo que ama el pequeño chao.

La dama leyó la carta, no pudo ocultar la felicidad y purificó a su alrededor sin darse cuenta. El chao se sentó en el hombro de la dama,victorioso del aire sin maldad. Percival pidió una explicación por su actitud. Nimue miró con anhelo el horizonte y volteó con lagrimas de felicidad.

— ¡La ayuda viene...! 

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Se acerco al lugar de entrenamiento acompañada de Galahad, se confundio al no notar ruido de las espadas chocarse, apresuró el paso y Galahad le reclamó por esto. Quedó muda al ver que el herrero y su rey discutían,Galahad rió. 

— Oh, gusto en verles, Sir Percival,Sir Galahad —Blacksmith dejó de discutir al percatarse de la presencia de los caballeros

— ¿Llegó la carta del reino vecino? —exclamó entusiasmado Arthur

— Aún no —Arthur suspiró desanimado

— Bueno ¿Desean pelear conmigo? —Arthur recuperando su ánimo, desenvaino su espada, Galahad se acercó a Blacksmith

— Yo seré el siguiente, ve tú, Sir Percival ¡Derrota y humilla a nuestro rey! 

— ... Lo haré —murmuró Percival

Inició la pelea y terminó sin distracciones,dejando como ganador a Arthur. Percival aceptando su derrota,con un a la próxima, envainó su espada. Galahad se levantó y chocó palmas con Percival.

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