Me desperté con mal humor. Anoche me llamó Jisoo, diciendo que debía parar con lo que sea que estaba pensando hacerle a Jennie, y tuvimos una discusión. No hemos hecho las pases.
Me levanté, me bañé, me aseé, me vestí y salí al trabajo. Una rutina de todos los días. Realmente es aburrido.
- Buenos días, señorita Lisa.- Saludó Irene.
- Buenos días.- Respondí automáticamente.
- La señorita Jennie quiere hablar con usted.- Dijo. Yo la miré, y lo pensé un momento.
- Dile que estoy ocupada, y que venga otro día.- Respondí. Ella hizo un asentimiento y yo seguí mi camino.
Llegué a mi oficina y descansé sobre la silla. Me dispuse a observar el panorama desde arriba.
Rechacé a Jennie porque no me encuentro de humor, y probablemente termine hablándole mal.
- Siento interrumpir, señorita Lisa. Pero la señorita Jennie dice que es importante.- Di un largo suspiro al escuchar lo que Irene me acaba de decir. En el fondo sabía que Jennie era terca.
Me relajé y finalmente hablé.
- Dile que entre.- Respondí.
- Adelante.- Dijo Irene. Se escucharon unos pasos y cerraron la puerta. Me dí vuelta para mirarla.
- ¿Harás eso cada vez que venga a tu oficina?.- Dijo, refiriéndose al movimiento con la silla.
- ¿Qué necesitas?.- Dije sin paciencia. Ella me miró con el ceño un poco fruncido, pero luego suspiró.
- Vengo a darte mi respuesta.- Dijo, y miraba al suelo. Por fin algo interesante en el día.
- Bien...Habla.- Sonreí y me paré.
- Después de pensarlo mucho tiempo...O al menos el que tenía.- Me acercaba lentamente a ella.- Decidí que éste trabajo es muy importante para mí.- Dos pasos para llegar.- No sé si es la mejor opción que pude tomar.- Ella retrocedía, y se quedó atrapada entre mí y la pared. Sonreí por su nerviosismo.- Y-yo...- Estaba tan cerca de sus labios, que podría besarlos en cualquier momento.- Decidí que no quiero ser eso.- Me quedé estática. ¿Había escuchado bien?.
- ¿Qué?.- Pregunté para corroborar cualquier error. Me hice un poco para atrás, dándole espacio.
- No quiero ser tu prostituta, Lisa.- Me quedé mirándola unos diez segundos, sin aceptar lo que estaba escuchando. Aunque tengo mi propia empresa, por mi inteligencia, y astucia. Así que no se quedaría así. Sabía en dónde apuntar en personas cómo ella, su ego.
- Bien.- Contesté con una sonrisa. Ella me miró confundida.- Bueno, puedes retirarte.- Le dije, volviendo a mi puesto. Tomé unos papeles, y comencé a firmar. Ella no se movía de su lugar. Eso es muy buena señal.
La miré al ver que no salía cómo le dije.
- ¿Eso es todo?.- Preguntó con el ceño fruncido. Asentí con mi sonrisa aún.- ¿Estoy despedida, entonces?.- Sonreí aún más.
- No. No lo estás.- Respondí.- Eres muy buena en lo que haces.
- ¿Y para qué me dijiste todo eso?.- Preguntó enfadada.
- Tengo necesidades, Jennie.- Dije sonriendo.- Pero al ver que no quieres, no puedo hacer nada.- Expliqué.- Puedo buscar a otra, y ya. Probablemente hasta lo haga sin tener que presionarla. Y hasta mejor.- Ví cómo frunció aún más el ceño. Le había dado en el clavo.- Ahora que lo pienso, hay una joven muy linda en tu prostíbulo. Es muy sexy, la verdad. Lástima que la conocí cuando ya te había contratado.- Hice cara de niña inocente.- Se veía que sabe lo que hace.- Sonreí.
- ¿Estás diciendo que ella es mejor que yo?.- Dijo con su ceño fruncido. Estaba resultando.
- Supongo.- Contesté levantando los hombros.
- ¿Cómo puedes saberlo?. Ni siquiera has estado con ella.- Reprochó.
- ¿Qué te hace pensar que no?.- Reí. Obviamente estaba mintiendo, pero ella no tiene porqué saberlo.
- Yo no dí todo mi potencial ese día.- Dijo, recordando la "estafa" que me hizo.
- Con lo que me diste a probar, fue suficiente. Aunque, no tienes por qué preocuparte. No le diré a nadie que eres mala dando mamadas.- Susurré lo último.- Ahora, si me disculpas, tengo trabajo que hacer.- Dije sonriendo. Ella se veía roja de furia.
- Soy muy buena.- Dijo mientras apretaba los dientes.- Sólo no quería hacerlo bien.
- No tienes cómo probarlo.- Me encogí de hombros. Se quedó en silencio unos minutos. Se veía cómo si debatiera con ella misma. Ha caído.
- Si tengo.- Dijo acercándose a mí. Me posicioné cómodamente, mientras ella se arrodillaba frente a mí.- Más te vale que ésto quede entre nosotras, Lisa.- Habló seria. Asentí sonriendo.- Y que te quede claro, que es sólo para darte tu merecido.- ¡Y qué merecido!.
Desabrochó mi pantalón, y sacó mi erecto miembro de él. Lo miró por unos segundos, y puso su lengua sobre la punta. La sensación me hizo gemir un poco, pero lo ahogé de inmediato, para que ella no se diera cuenta.
Introdujo lo máximo que pudo dentro de su boca, llegando sólo a la mitad. Era increíble el placer que se sentía. Estaba a punto de correrme.
- ¿Puedo correrme en tu boca?.- Pregunté. Ella me miró, y fue la escena más excitante que pude tener. Asintió, volviendo a lo suyo. Me corrí, y ella bebió todo lo que yo expulsé. Se levantó, y miró mi miembro, que aún seguía erecto. Aproveché eso cómo una oportunidad para presionarla.- Vaya... Definitivamente no sirvió.- Dije mientras me abrochaba el pantalón.- No te preocupes, lo arreglo yo.- Sonreí. Ella me miraba impresionada. Cogí el teléfono y fingí marcar.- ¿Elena, puedes venir a arreglar un asunto?. Sí, el de siempre. Claro. Obvio que lo intentó, pero no lo logró. ¿Puedes?. ¡Gen--.- Jennie tomó el teléfono y colgó. Se veía furiosa. Sonreí pícaramente.- ¿Por qué haz hecho eso?.- Pregunté.
- Es mi trabajo, y yo debo terminarlo.- Se ve furiosa.
- ¿Perdón?.- Reí.- Lo que yo escuché fue que rechazaste la oferta.- La miré desafiante.- Ya te dije que no te preocuparas. No le diré a nadie.- Tomé nuevamente el teléfono, pero ella puso una mano sobre la mía, impidendo cualquier acción. Sonreí mientras veía cómo ella se sonrojaba.
- Cambié de opinión.- Dijo. Yo sonreí. Siempre logro lo que quiero.
- Ya no puedes retractarte.- Acaricié su mejilla.
- No lo haré.- Me miró seria.
- ¿Sabes que es lo más loco?.- Le pregunté.
- ¿Qué?.- Preguntó confundida.
- Que no conozco ninguna Elena.- Reí a carcajadas.
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Prostituta.- Jenlisa [G!P]
Fiksi PenggemarLalisa Manoban, es una mujer de 22 años que maneja la empresa "L&M" que, con mucho esfuerzo, había levantado, siendo una de las más exitosas del mundo. Pero un día, después de que su mejor amiga Jisoo, la convence de ir a un prostíbulo, definitivame...