Capítulo 6

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PDV Arthur

Día 35

¿Recuerdan lo que pasó hace unos días?

Bueno, hace dos semanas me enteré de que mis ex vecinos no son los únicos parientes de Martina en Londres, también hay un existente primo llamado Sebastián...

Que nombre tan cliché, tal vez lo haga mi mayordomo.

-Mi primo no es mayordomo, es uruguayo- dijo ella tomando un trago de agua para pasar el medicamento.

-¿Te pregunté? Estaba pensando en voz alta- respondí mirándola de arriba hacia abajo y viceversa.

-Ya volviste Arthur, tan cariñoso estabas que pensé que te había agarrado la chiripioca

-No me agarró nadie, lo que sea que hayas dicho- muchas veces no entendía lo que decía, preparé mis cosas para ir a mi aburrido y solitario trabajo, ahora que podía concentrarme me iría mucho mejor y hasta podrían ascenderme de puesto, ¿verdad?- ya me voy, ¿necesitas algo más?

-NO, de vos nada- dijo ella cruzándose de brazos y dándome la espalda, sabía que se estaba haciendo la enojada así que no tardé en tomar mis cosas e irme como si nada estuviese pasado. Tomé el subterráneo como acostumbraba a hacer y llegué finalmente a la estación de policía, en una gran ciudad siempre pasa algo, la verdad es estresante a veces, solo hay que estar acostumbrado.

Pero curiosamente, hoy era un día distinto. En el antiguo lugar de Francis había una chica, no quise molestarla pues parecía que estaba trabajando, me senté en mi lugar y me saqué el abrigo para dejarlo sobre el respaldar de mi silla, me senté y comencé mi rutina.

-¿Usted es Arthur Kirkland, verdad?- escuché a mi lado, volteé a verla y traté de sonreír, me daba cierto rechazo el que haya tomado el lugar de Francis así de rápido, es más, ni siquiera sabía si el barbudo iba a regresar algún día. Sus ojos eran claramente verdes y su pelo de un color rubio algo confuso, no era ni rubio, ni castaño, ni pelirrojo. Hasta me hacía acordar al rubio oscuro de Martina pero este era un color más saturado, ¡ya deja de ver su pelo!

-Sí, ese soy yo, supongo que el jefe te habló de mi para que te de indicaciones, ¿verdad?- pregunté rascando mi nuca a la vez que apartaba la mirada de ella.

-Así es, me llamo Emma, es un gusto- me extendió la mano, yo la estreché con gusto y casi inmediatamente la solté- si quieres puedo tutearte o te sentirás viejo... ¡quiero decir, no es que seas viejo pero pareces demasiado joven como para tratarte de "usted".

-La verdad sí, pero no me hace problema- ugh, sonó muy tonto. Ahora voy a parecer el aburrido y callado compañero que no le gusta hacer nada... a pesar de serlo no quiero parecerlo pero si no pareciera alguien aburrido y no quisiera ir a ningún lado sería bastante extraño.

Es decir, imaginen a una persona tan extrovertida y sociable como lo es Martina, siempre sonriendo pero rechazando tus invitaciones a salir y cosas así. Una de dos, eres un falso o un demente. Pero me gustaría parecer aburrido y por dentro ser un tipo más extrovertido... ¿qué me gustaría? Claro que lo soy, solo que necesito amistarme con las personas.

Eso es, tampoco es como que esta chica Emma vaya a invitarme tan pronto a salir... bueno tal vez ni me invite o me dirija la palabra, pero parece una chica muy sociable como lo es Martina.

Solo que Emma no parece chiflada.

Supongo que eso es lo que diferencia a Martina del resto de las chicas divertidas y sociables, ella está loca de remate.

Esquizofrenia|UkArg AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora