Capítulo 4

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Día 11

La rutina continuaba su rumbo. A veces lograba hacerse algo aburrido, especialmente para Martina. A pesar del incidente del otro día, el inglés no la dejó quedarse con él cuando llegara del trabajo, todo seguía como lo había planeado desde el principio y, es que Arthur, era un hombre al que le gustaba planear. Siempre se renombraba a Churchill diciendo "planear es esencial", un hombre al que admiraba desde que se le fue mencionado por primera vez en esas clases de historia.

Si, ¿ya mencioné que una de sus materias favoritas era historia?, hechos concretos y curiosidades que lo hacían emocionar de tanto conocimiento que guardaba en su memoria, tantas razones que le daban al contexto actual de su país y de su cultura, pero como la historia de Inglaterra era demasiado extensa, debía ir a la biblioteca a buscar libros y libros, no inútiles, pero innecesarios para la escuela.

Pero siempre vio con esa perspectiva de vivir en un país que dominaba, que conquistaba, y aunque hubiese perdido algunas veces, seguía teniendo una fuerte influencia y un fuerte poder, un orgullo que cualquier humillación podría destrozar. ¿Qué hay de los países que no eran así? Aquellos que no dominaban, que no conquistaban, que a veces ganaban, pero seguían teniendo poca influencia y un poder desconocido para abastecer a los más grandes, un orgullo que las humillaciones no podrían destrozar.

Argentina era un país así, ¿verdad? Entonces...ella debería saber algo sobre su país, y a su vez, saber que se siente vivir en un país así ¿no? Inconscientemente Arthur se la había quedado mirando.

-¿Qué pasa cejas?- preguntó una vez que se percató de la pesada mirada del inglés-

-No pasa nada, ¿por qué preguntas?

-Me estabas mirando, ¿acaso te gusto?- preguntó divertida, nunca faltaba molestarlo un poco.

-Mientes- volvió a mirar al frente con el ceño fruncido y una mueca en los labios- te he mirado justo cuando me miraste

-Vos sos el mentiroso acá-Y en verdad lo único que quería hacer el inglés era evitar hablar en el subterráneo, era costumbre ser silencioso en transportes públicos.

-Solo quería preguntarte algo, pero me sacaste las ganas

-¿Eh?, no digás eso, es ofensivo- ella dio unos leves golpes en el brazo ajeno antes de quedarse callada y cruzada de brazos de forma caprichosa.

-En la próxima parada nos bajamos, ¿está bien?- Sin esperar respuesta esperó unos minutos más, tomando la mano de Martina cuando estaban lo suficientemente cerca porque sabía que iba a entrar mucha gente y ella podía perderse, una buena razón era porque estaban cerca del centro.

-¿Después decís que no gustás de mí?- pregunta divertida mientras mira las manos entrelazadas y casi de inmediato sintiendo un tirón que entre la presión de tanta gente la sacó del tren rápidamente, de pronto se sentía libre, incluso el agarre en su mano había cedido.

-Después voy a decir "me debes una"- el inglés acomodó elegantemente su abrigo y le hizo señas de que lo siguiera- no puedo creer que no tengas el número de tus padres.

-¡Estás mintiendo otra vez!, te dije que tengo el número de mamá y papá pero mi celular se quedó sin batería, me dejé el cargador en casa y no me acuerdo que número era...

-... ¿Cuándo te refieres a tu casa... es la casa de tus tíos, no?

- Casa en Argentina

Esquizofrenia|UkArg AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora