Babysitting ⸺hyunbin。2021 Ver.

#01 Hwang's House

Changbin condujo por dos horas, dando vueltas y vueltas por todo Seúl en busca de la casa Hwang. Según el GPS debería de estar cerca pero no podía encontrar ninguna vivienda por la calle que conducía. Estaba sorprendido de que siquiera alguien viviera por esos lares de la ciudad, pensando seriamente por primera vez adónde lo había mandado su padre.

Changbin debió preguntar primero.

Suspirando agobiado, cansado y con el culo entumecido, Changbin dio un par de vueltas más hasta que, harto de su inutilidad, vio a un transeúnte.

El muchacho siquiera se veía sobrio, pero Changbin estaba cansado de dar tantas vueltas sin sentido.

―¡Hey! Discúlpeme. ―Llamó Seo, bajando la ventanilla finalmente―. Estoy perdido, ¿sabría dónde se encuentra la casa Hwang?

El muchacho le miró desde su sitio por segundos enteros, donde Changbin estaba comenzando a sentirse incómodo, cuando creía que no obtendría ayuda suya, él se acercó al auto y, no es que Changbin juzgara a las personas, pero estuvo mucho más incómodo ante la presencia ajena. El chico aún con la capucha y tambaleándose casi imperceptiblemente, se apoyó en el automóvil y se agachó a la altura de la ventanilla.

Eran cerca de la una de la tarde así que el sol pegaba de lleno en la cara de Changbin, haciéndole muy difícil ver el rostro del contrario.

―¿Casa qué? ―rio el chico, mirando hacia los alrededores antes de posar los ojos sobre él nuevamente―. ¿Estás buscando hacer caridad, niñito rico?

Changbin se apartó un poco y subió más la ventanilla, pero antes de lograrlo por completo, la mano del chico entró por ella. Apretó su garganta con fuerza, mientras reía levemente.

―No me gustan los chicos como tú ―rio con más fuerza, soltando una voz más gruesa―. Huelen a marica.

Changbin cerró los ojos y apretó el acelerador con potencia, el chico lo soltó y se quedó parado en medio de la calle.

Cuando Changbin creyó que estaba lo suficientemente lejos, frenó y tosió. Abrió el espejo y revisó su cuello, unas marcas rojizas se comenzaron a formar en él rápidamente en su piel pálida.

―Mierda, papi se sentirá tan culpable por esto. ―Changbin rio para no llorar―. Se lo diré la próxima vez que se enfade conmigo.

Miró por última vez hacia atrás, pero el chico ya se había marchado; al menos estaba bien.

Changbin siguió conduciendo, dándose cuenta tal vez de que el GPS tenía la dirección equivocada. Eso debía ser porque no tenía ninguna otra explicación.

Un par de personas pasaron por la calle en el momento en que Changbin se rindió y estaba apunto de irse a casa.

―Debería llamarlos… ¿y si están tan locos como el anterior? Este distrito es un asco. Todos asustan, quiero a mi papi.

Changbin lloriqueó.

Suspiró con fuerza y se colocó un pañuelo de seda para cubrir las marcas, chillando por el dolor y la irritación. Cuando estuvo listo, siguió a los peatones y frenó a un lado suyo. Esta vez no cometería el error de bajar tanto la ventanilla.

―¡Hey! ―llamó Seo, menos seguro que antes―. ¿Saben dónde queda la casa Hwang? Debo ir a cuidar a unos niños y sinceramente estoy dando vueltas hace horas.

El chico frunció el ceño, mirándole con curiosidad, analizándole completamente. Le echó un vistazo a su auto y rio sin gracia.

A Changbin se le paró el corazón y preparó su pie para huir otra vez. ¡Todo el mundo estaba demente!