Prologue#00 Are you ok?

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―¡Seo Changbin!

Un grito gutural se oyó desde el primer piso, a primera hora de la mañana. Incluso las aves que lograban visualizarse a través de la ventana volaron despavoridos hacia la dirección contraria debido a ello.

Changbin se sobresaltó en la cama precipitando contra el duro suelo, casi jurando que ese grito podría haberse escuchado en toda la casa. No tuvo la flexibilidad o fuerza suficiente para levantarse del suelo así que decidió quedarse ahí, sobre su cómoda alfombra, aun cuando la puerta de la habitación se abrió dejando entrar una fría brisa.

―Uno espera escuchar pajaritos o el canto de los ángeles por la mañana, ¿sabes, daddy?

Los pasos de su padre alertaron a Changbin de su presencia.

―Y yo espero no tener un recibo millorario en mi mano cada dos meses, ¿sabes, cielito?

―¿Cuánto esta vez, huh? ―Changbin alzó la cabeza del suelo, sonriendo de manera burlesca―. Un chico como yo tiene necesidades.

Youngkwang bufó con molestia.

―A este paso, tus hijos serán pobres. Tú habrás gastado todo mi dinero. ―El hombre alzó a su hijo y lo sentó en la cama con cuidado, este podía ser un desastre con sus piernas a veces―. Vamos a tener una seria charla justo ahora, niño.

―¿Desde cuándo nosotros tenemos una charla? ―Changbin se cruzó de piernas y alzó la ceja―. Si vas a hablarme de dinero, ahórratelo. Tengo que salir con Wonhee hoy.

―No saldrás con Wonhee hoy. ―Seo Youngkwang casi aplastó la cara de su hijo con ambas manos, excediendo la fuerza con la que sostenía su rostro.

―¿Y eso por qué? ―preguntó el muchacho, soltándose bruscamente debido a la molestia.

Changbin comenzó a quitarse la pijama sin importarle que su padre estuviera allí, se peinó pacientemente con los dedos en espera a que el Seo mayor continuara con su charla. Si este planeaba no dejarle salir con su mejor amiga, tendría que estar en serios problemas.

―Hijo, por favor, ya eres mayor. ―El señor Seo se tapó los ojos―. No puedes estar desnudo delante de las personas.

―Técnicamente no estoy desnudo, ni eres cualquier persona. Ahora, ¿por qué no puedo salir con ella?

El señor Seo suspiró como si la conversación se le fuera de las manos. Definitivamente no era fácil tratar con su hijo, pero sabía que tenía que ponerle un hasta aquí o todo su dinero se desperdiciaría vilmente.

―Seré franco. ―Youngkwang suspiró una última vez―. Te conseguí un trabajo.

Changbin sacó su cabeza de la camiseta que se estaba colocando, y miró a su padre sin entender una sola palabra.

―¿Un qué, qué?

―Trabajo. Trabajarás todo este verano, bueno, lo que queda de él. Así sabrás qué se siente conseguir tu propio dinero y valorarlo, tener más cuidado en qué lo gastas y ahorrar.

―Espera, espera. ¡Más lento! ―Changbin tropezó con sus propios pies, cayéndose sobre su padre cuando intentó acercarse―. Tú, tú me estás diciendo que yo...

El señor Seo apartó la cara de su hijo con una mano antes de recibir un mordisco posiblemente letal. Lo conocía bastante bien como para prevenirse al respecto.

―Así es, Seo Changbin.

―¡No! ―Changbin se apartó bruscamente de su padre―. No voy a trabajar. Además, este es mi último verano antes de la cárcel a la que me quieres mandar ―gruñó, repitiendo enojado―. No lo haré.

―Lo harás. ―Youngkwang se tomó el tabique―. Ya conseguí el trabajo para ti. Será sencillo.

―¿¡Cuántas veces tengo que decir que no!? ―Changbin tiró de sus cabellos con fuerza―. No puedes obligarme, tengo diecisiete años.

Youngkwang caminó en círculos al rededor de la habitación, si no quería lastimar a su irritable hijo tenía que usar toda su fuerza para controlarse.

―Está bien.

Changbin sonrió en grande, creyendo que había ganado la discusión.

―No puedo obligarte, pero no puedes decirme que no puedo tomar medidas. Congelaré todas tus tarjetas, te quedas sin auto, sin salón de belleza, sin Wonhee, sin Jisung o Chan, tampoco habrá Seonghwa para ti.

Ante la mención de sus amigos y de todas las cosas que le quitaría, Changbin gruñó como un animal.

―¿Por qué me estás haciendo esto? ―Changbin se colocó los pantalones con brusquedad―. No es justo.

―Claro que lo es, hijo.

―Puedo vivir sin ello. ―Changbin se alzó de brazos cruzados frente a su padre―. Sé caminar y también tengo mis propias cremas, Seonghwa y los demás no me extrañarán si desaparezco un rato.

―¿Sobrevivirás durante seis meses? En dos comienzan las clases, ¿caminarás cinco kilómetros todos los días? ―Seo preguntó con burla―. Espera, ¿eres capaz de usar el transporte público?

―¡¿Tr... transporte público?! ―chilló Changbin, aterrorizado ante aquella mención―. Ni loco.

Sólo una vez en su vida se había subido a un autobus, y había sido manoseado por un tipo de treinta años que luego terminó con la cara morada y sin uno de sus dientes.

―¿Aceptas el trabajo?

Changbin se sentó en la cama y alzó una ceja en dirección a su padre.

―¿Eres serio, viejo?

―Más que nunca. ―Youngkwang se cruzó de brazos, frunciendo el ceño con molestia―. Y no me digas viejo.

Changbin se lo pensó durante un largo rato, seriamente analizando las palabras que su padre estaba diciendo.

Trabajar sería una tormenta, una tortura.

―¿Tú estás bien, daddy? ―El señor Seo alzó una ceja y Changbin suspiró―. No tengo opción. Acepto. ―Changbin se arrastró al baño, sin ganas―. ¡Pero quiero mi auto!

―¡Es lo único que tendrás, bebé! ―gritó su padre saliendo de su habitación, una sonrisa naciendo en su rostro.

Changbin se vio al espejo y suspiró antes de golpear su frente contra el vidrio.

―Esto es un desastre.

Changbin creía que lo peor en la tierra sería ser privado de todos sus lujos.

Oh, él no tenía idea.

Babysitting ⸺hyunbin。2021 Ver.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora