Chicas rudas.- Jenlisa

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¿Acaba de decir "Lalisa"?. Me quedo pálida a la sóla idea de pensar en que la misma chica a la que molesté en mi pasado, sea L.M..."Lalisa Manoban". ¿Tan estúpida fuí?.

- ¿Ella dijo...Lalisa?.– Preguntó Jisoo a mi lado, igual de sorprendida que yo.

- Si...– La miré con terror. ¿Y si realmente era ella?. ¿Que probabilidades hay de que haya otra Lalisa?. Ninguna..."Lalisa M."

- Que pequeño es el mundo, Jennie.– Reía Jisoo. ¿Cómo puede estar tan tranquila?. Claro, no es su problema.

- J-Jisoo...Hay que cancelar el convenio. No estoy preparada para enfrentarla. ¿Qué le diré?. ¡¿Eh?!. ¡¿Que mierda voy a decirle?!.

- Cálmate, Jen.– Dijo Jisoo poniendo sus manos en mis hombros.– Debes pedirle perdón. Sabes que fuiste tú la culpable.

- Yo no la obligué a declararse.– Dije en voz baja.

- Si sigues así de orgullosa, nunca lograrás deshacerte de esa carga.– Explicó. Ella tiene razón...Aún así es un poco difícil. Pero Lalisa es una chica dulce, y tierna. De seguro me perdonará...Sí, lo hará.

- Bien.– Respondí, y me fuí directamente a mi habitación. ¿Qué diré?. "Lo siento por lo que te hice en el pasado, Lalisa"...No, ella no debe saber que estuve recordando su nombre desde hace seis años. "Olvidemos el pasado, y vivamos el futuro"....¡No!. "Lamento lo que te hice, lo mejor sería que hagamos las pases". Eso está un poco mejor, pero no me convence. ¡¿Por qué me cuesta tanto?!.

Al día siguiente me encontraba muy nerviosa, de hecho ni siquiera pude dormir anoche. Jisoo había decidido quedarse conmigo, y así lo hizo, entonces ahora nos encontramos camino al trabajo. Cada paso me pone más nerviosa.

- Jennie, estás sudando.– Dice Jisoo, mientras entrábamos al edificio.

- Son imaginaciones tuyas, Chu.– Dije. La verdad si lo estaba, pero no quiero admitir lo nerviosa que me encuentro.

- Bueno...Entra a tu oficina, porque Lalisa debe estar llegando.– Dijo, dándome una palmada en el trasero. No miré atrás y caminé hasta mi oficina.

- Okey...Calma, Jennie.– Me dije a mí misma.

Toc, toc...Tocaron la puerta. Si antes estaba nerviosa, ahora soy un manojo de nervios en persona.

- Jennie, soy yo.– Dijo Jisoo. Sentí cómo el alma volvía a mi cuerpo.

- Entra.– Dije suspirando. Mi alma volvió a irse y definitivamente no volvería, al ver a Lalisa entrar.

- Buenos días, señorita Kim. Soy Lalisa Manoban.– Me sonrió. ¿No...Me recuerda?.

- B-buenos días.– Dije.

- Me retiro.– Dijo Jisoo. Se acercó a mí y besó mi mejilla.– Suerte.– Susurró en mi oído. Estaría a solas con Lalisa...

- Siéntate.– Le ofrecí, mientras sacaba los documentos.

- Gracias.– Se sentó. Me miró fijamente. Siento que hasta puede ver mi alma, la cual no ha vuelto, pero ya saben.

- Entonces...¿Vas a firmar?.– Le entregué el contrato. Ella lo tomó y lo leyó.

- Rude Girls, ¿Eh?.– Rió de manera sarcástica.– Te viene completamente.– La miré sorprendida. No me esperaba esa actitud, la verdad. Aunque era muy probable, después de todo lo que hice. Suspiré, intentando mantener la calma. Para mayor sorpresa, firmó el contrato.– Bien. Creo que es todo.– Dijo mientras se levantaba.

- Espera.– Dije levantandome igualmente.– Y-yo...Quiero disculparme por todo lo que hice en el pasado.– Bajé la mirada. Es difícil pedir perdón cuando eres una persona orgullosa y terca.– Realmente me arrepiento.

- ¿Es cierto?.– Me miró tan fría. No me había dado cuenta de lo hermosa que se veía, quizás por los nervios, pero realmente se ha vuelto atractiva.

- Si.– Dije, sin dejar de apreciar tal belleza.

- Bueno...¿Y si digo que no te perdono?.– Dijo seria. No había pensado en esa opción. ¿Que haría en ese caso?.

- Y-yo...Eh...– No sabía que decir, y sólo salían tartamudeos y muletillas.

- ¡Ya, Kim!.– Comenzó a reir.– No te preocupes, todo está en el pasado.

- Genial.– Dije suspirando en una sonrisa.

- Bueno. Ahora si me voy.– Me sonrió sinceramente.

- Espera.– Dije nuevamente.

- ¿De nuevo, Kim?.– Rió.

- ¿T-te gustaría salir a cenar, hoy en la noche?.– Dije nerviosa.

- ¿Jennie, bravucona, Kim me está invitando a salir?.– Se acercó lentamente a mí. Yo retrocedía a medida que ella avanzaba, haciendo el maldito cliché en donde me topaba con algo, ésta vez fue el escritorio.

- N-no bromees.– Reí nerviosamente.

- No bromeo.– Ahora su rostro se tornó serio. Ella estaba muy cerca. Podía sentir el olor de su pelo, y su cuerpo. Tan dulce...– ¿Me deseas?.– Se  acercó aún más. Sus labios se veían tan apetecibles. No podía dejar de verlos. Eras gruesos y muy bien formados. Se veían suaves.

- N-no.– Dije, tomando sus hombros y tirándola un poco hacia atrás, con delicadeza.

- Es broma.– Rió.– Bueno, es hora de irme.– Me sonrió. Me lanzó un beso en el aire, que sentí mi corazón estremecerse.– Nos vemos en la noche, a las 9:30 p.m.– Me guiñó un ojo y salió. Corrí tras de ella, y la tomé de la mano.– ¿Ahora qué?.– Rió nuevamente.– ¿No puedes dejarme ir?.– Me miró coqueta.

- ¿Me esperas en tu casa?.– Le sonreí. Ella asintió, y se soltó de mi agarre.– N-necesito tu número de celular.– Me sonrojé un poco. Hasta parece que quiero ligar.

- Está en el contrato, Kim.– Besó la comisura de mis labios y se fue.

- ¿Ligando?.– Se acercó Jisoo. La miré sonriendo.– Wow...La mujer cara de mamona sonriendo, ¿Quién lo diría?.– Comenzó a reír.

- Jisoo, ella me ha perdonado.– Le sonreí.

- Eso es bueno.– Me sonrió igualmente.

Pov Lisa.

Me subí a la camioneta, en donde me esperaba Rosie.

- ¿Ya terminaste?.– Le sonreí y asentí.

- Nos vamos. Hoy en la noche tengo que salir.

- ¿Tan rápido y ya empiezas tu venganza?.– Rió.

- Sabes que llevo esperando ésto desde hace años.– Me recosté en el respaldo.

- No creo que sea la mejor opción y lo sabes. Pero te apoyo cómo una amiga.– Condujo hasta mi departamento.– Te aconsejo que no sigas con ésto. No te hará mejor persona de lo que ella fue contigo.

- No me interesa rebajarme a su nivel, si de lastimarla se trata.– Dije seriamente.– Se lo merece.

- Aún tienes sentimientos por ella, y se nota, Lisa.– Respondió. Me quedé callada un momento.

- Es cierto, quizás los tenga. Pero eso no significa que voy a perdonarla tan fácilmente.– Reí de manera cínica.– "Todo está en el pasado". ¡Sí, claro!.– Seguí riendo.– No sabes lo que te espera, Jennie Kim.– Dije finalmente.

- Pareces vieja loca.– Rió Rosé.

Jennie Kim no se saldrá con la suya.