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Escuché una pequeña carcajada de su parte antes de hablar...Pero sonaba irónica.

- ¿Entonces...Aún sientes algo por mí?.– Preguntó. Yo no sabía que decir, y la verdad era que si sabía la respuesta. Verla después de tantos años, prendió, de nuevo, la chispa que yo traté de apagar en el pasado.

- Tal vez...– Dije sonrojada.– No es cómo si te estuviera diciendo ésto porque quiero que salgamos o algo parecido. Sólo quería que lo supieras.

- ¿Para no sentirte tan culpable?.– Su mirada era acusadora, y no la podía culpar.

- Se puede decir que sí.– Bajé la mirada. El momento de tensión fue interrumpido por la mesera, ya que llegó con los pedidos.– Gracias.– Le sonreí. A lo que ella se sonrojó. La chica hizo una reverencia y se retiró.

- Robando los corazones de las chicas aún, ¿Eh?.– Dijo Lisa. Yo me encogí de hombros.

- Aunque intenté ser lo más fría con los chicos y chicas, no funcionó de nada, e inclusive parecía atraerles más, así que preferí dejar de esforzarme.– Dije con un poco de desinterés.

- Ya veo...Eres muy hermosa, y de atractiva personalidad.– Me sonrió. Su mirada se veía coqueta, lo que provocó un sonrojo en mí.

- Tú eres muy hermosa también. Antes lo eras, pero más tierna. Y de hecho, eso era lo que mme gustó de tí en un principio.– Sonreí no midiendo mis palabras.

- ¿Ya no lo soy?.– Preguntó.

- No lo sé. Has cambiado bastante, así que no estoy segura.– Sonreí.– Pero sigues siendo igual de hermosa que la primera vez que te ví.

- Gracias.– Contestó. Nos quedamos en silencio por varios minutos. Se estaba volviendo incómodo, así que decidí romper el hielo.

- ¿Rosé está soltera?.– Ya lo sabía, ella nos lo dijo, pero quería hablar sobre algo. Ella me miró con el ceño fruncido, pero rápidamente cambió a una sonrisa.

- Si.– Respondió.– ¿Por qué?.

- Nada...Sólo preguntaba.– Dije. Volvimos al mismo silencio, pero ésta vez ella lo rompió.

- ¿Y tú?.– Preguntó aún con su sonrisa.

- ¿Yo qué?.– Dije, no entendiendo a lo que se refería. A veces puedo ser bien tonta.

- ¿Estás soltera?.– Preguntó.

- Si, lo estoy. No encuentro que una relación deba ser para mí.– Dije riendo un poco incómoda.

- ¿Por qué?.– Se veía curiosa por el tema, y si eso ayudaba a conseguir una conversación fluída, aunque esté incómoda, podría hablar sobre ésto.

- Bueno...No soy muy buena en el romance, y cada vez que alguien me ha gustado o atraído, a esa persona sólo le importa el físico. No es lo que yo busco. Si quiero una relación, tiene que ser seria.– Dije con total seguridad. Ella puso sus labios en forma de "O", mientras alzaba, un poco, ambas cejas.

-  ¿Entonces, te ha gustado alguien más desde que pasó todo el asunto de nosotras?.– Preguntó. No me esperaba esa pregunta para nada, así que me quedé procesándolo un poco antes de responder.

- Claro que sí. Han pasado seis años.– Dije con una risita nerviosa. Ella asintió.

- ¿Hombres o mujeres?.– Preguntó. No sabía qué intentaba con esas preguntas, y tampoco quería reprocharle. Ya no quería más problemas, así que opté por responder a todas sus preguntas.

- Ambos.– Dije incómoda.

- Ya veo...– Decidió tomar un sorbo de su copa de vino. Se veía increíblemente sexy al hacer eso. Tuve que tragar saliva, de la cual casi no poseía. Tenía la boca seca, así que también bebí un poco de vino.

- ¿Y tú?. ¿Te ha vuelto a gustar alguien?.– Me atreví a preguntar. Tenía la curiosidad de saber qué había pasado con su vida.

- Claro. Han pasado seis años.– Sonrió. Ella había dicho lo mismo que yo.

- Si...– Dije, mientras bebía un poco más de vino, que era lo único que me mantenía fuerte para seguir la conversación, que a éste punto parecíamos estar debatiendo nuestro pasado.– ¿Hombres o mujeres?.– Decidí preguntar lo mismo que ella me había preguntado.

- No me gustan los hombres.– Respondió.– Pero si estuve con uno, una vez. No fue agradable, así que me dije a mí misma no volver a estar con uno.

- No creo que todos sean iguales.– Dije, intentando no sonar maleducada.

- No lo son en el sentido que piensas. Y no hablaba de eso.– Rió. Al entender a lo que se refería, me sonrojé.– Veo que ya has entendido.– Soltó una carcajada. Con ese gesto hizo que mi corazón diera un pequeño vuelco.– ¿Te has enamorado alguna vez, Jennie?.– Preguntó. Se veía seria al hacer esa pregunta. Yo sabía la respuesta...Me enamoré de . Más era obvio que no podía decirle eso.

- Si.– Respondí sin dar más detalle.

- ¿De quién?.– Preguntó. Yo comenzaba a ponerme nerviosa.

- De una chica.– Respondí. Esperaba que ella no preguntara más, pero no parece ser el tipo de chica que se queda con una respuesta incompleta.

- Quiero saber el nombre.– Rió.

- Yo...– Bebí todo el contenido de la copa en un sólo jalón, intentando disipar un poco los nervios, y buscando la valentía necesaria. Por suerte, no soy tolerante al alcohol y eso me ayudó bastante. Estaba un poco ebria, pero aún consciente.– Me enamoré hace muchos años...De tí.– Solté. Sentí cómo todo se hizo un poco más tenso. Ella se quedó en silencio, y parecía no creérselo.– Sé que suena difícil de comprender, por todo lo que pasó. Pero es la verdad.– Complementé. Ella aún no decía nada, y parecía haber quedado en shock. Nos quedamos en silencio de nuevo, y ya comenzaba a odiarlo.– ¿Y tú?. ¿Te has enamorado alguna vez?.– Decidí preguntar. Creo que es lo justo. Ella pareció haber despavilado, ya que volvió a pestañar.

- S-si.– Carraspeó.– Si, si lo he hecho.– Contestó. Decidí quedarme con eso. No quería ir más allá de lo que debía. Ella se levantó, y se veía un poco nerviosa.– Bueno...Es muy tarde, y debo irme.– Dijo, sin mirarme. Estaba sonrojada, lo cual me parecía jodidamente tierno.

- Te voy a dejar. Es peligroso a ésta hora.– Dije levantándome con ella.

- ¡No!. Digo...No, no te preocupes, Rosé me vino a buscar. Nos vemos.– Se fue rápidamente. Me quedé en mi lugar, viendo cómo se marchaba...La había cagado. Ella se veía muy incómoda con mi confesión.

Pagué la cena, y me fuí a casa. Creo que hablaré con ella otro día, para disculparme.

Chicas rudas.- JenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora