8

11.4K 1K 233
                                    

La idea de dormir con Lisa me hace sentir muy nerviosa. No sé que estupidez podría hacer, o decir.

- ¿Te sientes bien?.– Preguntó mientras me miraba.

- S-si, completamente.– Dije nerviosa. Parezco una adolescente enamorada...¿Enamorada?. ¡Ya estoy pensando estupideces!.

- Bien...– Tomó su playera desde los  extremos y la tiró hacia arriba, quedando solo en brasier.

- ¡¿Qué haces tan de repente?!.– Me dí vuelta para no mirarla, y por si acaso, tapé mis ojos.

- ¿Porqué te pones tan nerviosa, Kim, si ambas somos mujeres?.– Rió con burla.

- ¡Tú y yo sabemos el problema!.– Dije sin moverme de mi lugar.

- Estás muy tensa...– Sentí como su mano tocaba mi hombro, y recorría hasta llegar a mi codo. Sentí un escalofrío por mi espalda.– Deberías relajarte un poco.– Tomó mi playera y me la sacó de un jalón.

- ¡Hey!.– Intenté tomarla para taparme, pero ella la lanzó lejos, y se apegó a mí.

El contacto de su piel cálida me hizo sentir sensaciones un poco desconocidas, y es realmente tentador...

- ¿No...No te gustaría dormir más cómoda?.– Preguntó, volviendo a recorrer mi brazo, pero esta vez lo tocaba directamente. Algo que lo hacía bastante excitante.

- S-si me devolvieras la playera, sería mucho mejor.– Me alejé, y recogí mi prenda.

- Que aburrida estas, Kim.– Rodó los ojos y luego sonrió de una forma bastante extraña. Da miedo.– Yo prefiero dormir cómoda.– Dijo antes de sacarse los zapatos y los pantalones. Quedé bastante asombrada al ver sus bragas blancas, que por cierto combinaban con su brasier. Eran tan pequeñas, y se podía ver un poco marcada la V en el borde. Esta vez no podía despegar la mirada de su excelente cuerpo.– ¿Tengo algo, o qué?.– Sé que se está burlando de mí, pero aún así es demasiado para mí.

- Voy a tomar agua.– Dije antes de salir casi corriendo a la cocina.– Dios...Eso ha estado cerca.– Dije suspirando.

- ¿Qué cosa?.– La voz de Jisoo detrás de mí, me ha hecho dar un brinco.

- ¡No me asustes de esa manera!.– Dije con el ceño fruncido, y tratando de calmar mis latidos.

- Es que tú te asustas con todo.– Rió de manera burlesca.– ¿Puedo hacerte una pregunta?.– Me miró con una sonrisa que definitivamente no me gusta.

- ¿Qué?.– Pregunté.

- ¿Porqué tienes la playera en la mano en vez de llevarla puesta?.– Rió a carcajadas. Yo me sonrojé y me la puse.– Que bien te ha ido con Manoban, ¿Eh?.– Siguió riendo.

- ¡Ya cállate!.– Dije pegandole en el hombro.

- Vamos...– Sonrió con aún más picardía.– Sé que te atrae, Jen.– Movió las cejas, bromeando.

- Debes tener fiebre que tanta pendejada hablas.– Le toqué la frente, dramatizando.

- Y tú debes tener sueño que te quitas la playera enfrente de Manoban.– Rió.

- ¡Yo no me la quité!.– Reclamé, sonrojandome otra vez.

- Creo que el que ella te quitara la playera es aún peor.– Se rió con más fuerza.– Bueno, bueno. Me voy a dormir, porque yo sí duermo.– Se fue riendo.

- Algún día la mataré.– Dije entre dientes.

- ¡Te escuché!.– Sentí desde la otra habitación.

Realmente no quiero volver con Lisa, porque de seguro se burlará de mí, pero tampoco quiero quedarme en la cocina.

- Creo que voy a ver una peli en la sala.– Dije para mí misma, mientras caminaba hacia ella.

- ¿Siempre tienes la manía de hablar sola, Kim?.– Apareció Lisa, aún en ropa interior. Su aparición sorpresiva me hizo chillar de miedo.– No soy tan fea.– Dijo con fingida ofensa.

- ¡¿Por qué todos aparecen de la nada, en la noche?!.– Dije un poco irritada.

- ¿Todos?.– Alzó un ceja con su sonrisa arrogante.

- Olvídalo.– Rodé los ojos, evitando el tema.

- ¿Por qué lo te vas a acostar?. Ya es tarde.– Dijo, sentándose en el sillón, en donde yo me iba a sentar. Se estiró y se acomodó.

- ¿No tienes modales?. Sal de ahí.– Dije con los brazos cruzados.

- Ven a mi lado, y así podemos estar las dos.– Sonrió.

- Quiero ver una película.– Dije, intentado hacer que se fuera.

- También yo.– Aun no quitaba la estúpida sonrisa de su rostro.

- Puedes verla.– Sonreí.– Creo que mejor me iré a dormir.– Dije con un falso bostezo.

- También yo.– Bostezó igualmente.

- ¡¿Quieres molestarme?!.– Dije irritada por su comportamiento.

- Tal vez...– Sonrió.

Nuevamente se acercaba a mí con lentitud. Yo retrocedía a medida que ella amenazaba con la poca distancia que iba quedando entre nosotras. El roce de su piel comenzaba a quemar la mía.

- ¿Q-que haces?.– Dije, sin poder despegar la mirada de sus hermosos ojos. Su mirada me incitaba a seguir explorando el universo que se encontraba en ella.

- No estoy haciendo nada, Kim.– Su sonrisa se fue disipando, y sus gruesos labios se iban acercando a los míos.

Comenzaba a sentir su respiración, y mi corazón, podría jurar que se comenzaba a escuchar.

El deseo de besarla me está matando, y mi piel ardía al contacto de sus manos.

El sonido de mi celular en la habitación me sacó de mi trance. Corrí hasta ella, sin mirar atrás.

Tomé el celular y contesté.

- ¿Si?.– Dije agitada.

- Jennie.– Esa voz...Dios mío, espero no estar alucinando.

- ¿Dean?.– Pregunté con un poco de nerviosismo.

- El mismo.– Escuché del otro lado de la línea. Mi corazón comenzó a acelerarce aún más.– Tanto tiempo. Sé que no debería de llamarte a estas alturas, pero me gustaría verte. Te extraño mucho.– Dijo.

- D-Dean...Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que nos vimos.– Dije riendo con nerviosismo. Escuché unos pasos y miré. Era Lisa, y me miraba seria. Ella solo se apoyó en la puerta con los brazos cruzados, simplemente observándome.

- Lo sé, JenJen. ¿Tú no me extrañas?.– Dijo con ternura.

- No sé como responder eso...– Dije sin quitar la mirada de los ojos de Lisa.

- Eso es un sí, para mí.– Rió del otro lado.– ¿Te gustaría salir conmigo mañana?. Tengo un poco de tiempo libre.– Dijo.

- N-no lo sé. He estado bastante ocupada últimamente.– Respondí. Lisa ahora se acercó a mí, pero en vez de hablarme o algo, se acostó dándome la espalda.

- Vamos. Será divertido.– Insistió.

- Esta bien. Mañana a las 9:30 p.m podría ser.– Dije finalmente.

- ¡Muy bien!. Hasta mañana, hermosa.– Antes de que pudiera decir algo, cortó.

- ¿Hermosa?.– Dijo Lisa. No puede ser...¿Ha escuchado?.

- Es de mala educación escuchar conversaciones ajenas.– Dije, dandole la espalda, mientras me acostaba a su lado.

- No se puede evitar, y lo sabes.– Rió.

Sentí como se movía, y luego pude sentir su respiración en mi cuello.

- ¿Seguirás molestando?.– Dije con el ceño fruncido. La iba a enfrentar cara a cara, pero no calculé bien la distancia y rocé sus labios con los míos. Ambas nos sorprendimos bastante, y yo lo hice aún más cuando ella comenzó a besarme.

Chicas rudas.- JenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora