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Pov Lisa.

Prácticamente salí huyendo después de la confesión de Jennie. Me aterraba el hecho de tener el corazón demasiado acelerado. No puedo permitirme sentir cosas otra vez...No de nuevo.

Al llegar a mi casa, ví que Rosé estaba viendo unas películas, pero no le presté atención y fuí directamente a mi habitación.

- Dios mío...– Aún me encontraba sonrojada. ¿Y si Jennie decía la verdad?. No puedo creer que yo lo esté considerando. Han pasado tantos años, y sigue causando el mismo efecto en mí. Pasé las manos por mi pelo, frustrada. Jennie no tenía el derecho de decirme esas cosas, y hacerme confundir. ¿Por qué lo estaba permitiendo?. Ella aún tiene un control sobre mí del que no se debe enterar...– Pero es tan...¡Agh!.– Dije furiosa. ¿Con unas simples palabras pudo confundirme?. No consigo calmarme aún, y ella ni siquiera debe estar pensando en mí...¡¿Por qué mierda me afecta eso?!.– Dios...Debo tomar medidas drásticas.

Pov Jennie.

No entendía el hecho de por qué no he sabido nada de Lisa, desde la cena, y eso que han pasado tres días. Aunque llamé a Rosé, ella no me dijo nada prácticamente. Contestó un "Lo lamento, hemos estado ocupadas.". Algo que sin dudas, es una evasión.

Por suerte, hoy tenemos una reunión, y es crucial para el convenio, así que no tiene otra alternativa más que venir.

Esperé con ansias verla de nuevo. Ella había causado algo en mí, otra vez...Necesitaba verla.

- JenJen.– Se acercó Jisoo con una linda sonrisa.– Viene Jing-ji a tu oficina después de la reunión.– Mi sonrisa desapareció al escuchar su nombre.– ¿Qué pasa?. Hasta parece que te molesta que venga...Es raro en tí.– Jisoo alzó una ceja.

- Sólo estoy muy cansada cómo para recibirlo, Chu.– Mentí, masajeando mi sien.

- Entonces le diré a Rosé que cancele la reunión, para que descan--

- ¡No!. Es una reunión importante, Chu. No podemos cancelarla.– Dije un poco alterada.

- Cómo lo sospechaba. Estás así por Lalisa, ¿No?.– Rió Jisoo, cruzándose de brazos. Yo sabía que era verdad, pero no podía aceptarlo.

- No. ¡Agh!. Está bien, dile a Jing-ji que venga después de la reunión.– Dije, tratando de que no se notara mucho que en realidad era mentira.

- Bien.– Sonrió satisfecha. Sé que sólo quiere que me olvide de Lisa, y por eso hace ésto.

Tocaron la puerta y Jisoo saludó a Rosé con un coqueto beso en la comisura del labio, y se fue.

- ¿Ya está lista?.– Pregunté refiriéndome a Lisa.

- Si, viene enseguida.– Dijo con una sonrisa.

- Gracias.– Le devolví la sonrisa. Fue en ese momento en que quedé paralizada con la belleza que había entrado a mi oficina. Lisa estaba vistiendo un vestido rojo, ajustado. Sus labios eran igual de rojos que el vestido, y tenía el pelo amarrado en una coleta. Se veía tan sexy, que yo rogaba para que Rosé no nos dejara a solas. Pero Dios parece no haberme escuchado, ya que en ese instante se retiró. Tragué saliva y le sonreí cómo pude. Intenté no mirar su escote, ni sus voluptuosas caderas, pero me era demasiado difícil.

- H-hola...– Lamenté que mi voz haya sonado tan insegura.

- Hola.– Sonrió y se sentó en la silla frente al escritorio, mientras cruzaba las piernas. Podía ver una pequeña parte de su lencería por un pequeño hueco que se había formado al levantar la pierna. Comencé a sudar frío, y traté de no empezar a imaginar estupideces.

- ¿Comenzamos?.– Dije, mientras bebía un poco del agua que tenía en la oficina.– ¿Porqué tenemos tan poca agua?.– Dije irritada. La boca se me había secado, y la calor inundaba la sala.

- Tengo poco tiempo, así que sí.– Dijo. Saqué unos documentos y comencé a dictarle mi parte de la "idea". Ella hizo lo mismo con su parte, y sellamos el trato, ya que nos pareció un buen acuerdo.– Entonces ya está listo. Nos vemos.– Se levantó, y antes de que se fuera, tomé su mano. Ella me miró confundida.

- Q-quería pedirte perdón por haberte contado cosas tan raras. Lamento si te hice sentir incómoda.– Dije un poco sonrojada. Ella se soltó de mi agarre, y se acercó a mí. Todo pasaba tan lento, que podía detallar cada parte de su belleza. Sus ojos brillaban, y sus manos eran tan suaves. La posó sobre mi mejilla, acariciándola. No entendía el por qué lo hacía, y menos el por qué yo me entregaba a su tacto.

- No te preocupes por eso, no ha sido nada malo...– Mis ojos se fueron a sus labios. Se veían gruesos, y suaves. Desearía saber que se siente besarlos, y al parecer lo sabría, ya que ella se percató de eso, y yo al mirarla a los ojos, ví que ella miraba los míos. Comenzamos a acercarnos, y esperé el contacto de nuestros labios, pero un golpeteo a la puerta nos hizo reaccionar. Me separé rápidamente de ella, totalmente nerviosa.

- Pase.– Dije intentando mantener la calma.

- ¡Nini!.– Jing-ji entró y se lanzó a mis brazos. Me alzó y me abrazó fuertemente. Es lo malo de él, que es demasiado cariñoso.– Te extrañé tanto.– Besó mi mejilla sonoramente.

- No ha pasado tanto tiempo, Jing.– Reí por su exageración. Él hizo un puchero y me abrazó aún más.

- Para mí fue demasiado.– Dijo mientras se restregaba sobre mi pecho. Una tos falsa me hizo recordar que Lisa aún se encontraba aquí.

- Jing, ella es Lisa.– Le presenté.– Lisa, él es Jing.– Estrecharon sus manos, y Jing le sonrió amablemente, pero a Lisa no parecía agradarle su presencia.

- Tengo que irme.– Dijo, y antes de que yo pudiera pronunciar una palabra siquiera, ella salió.

- ¿Vamos a salir?.– Preguntó Jing, ignorando el extraño comportamiento de Lisa. Yo suspiré y asentí con una  sonrisa.

Después de haber ido a cenar con Jing, me fuí a mi casa. Estaba agotada,y sobre todo confundida. ¿Qué le habrá pasado a Lisa?. Ella se ha comportado raro desde que le conté sobre nuestro pasado.

Me gustaría que fortalecieramos nuestra relación de alguna manera...

- ¿Y si la invitas a quedarse?.– Preguntó Jisoo.

- ¿Estás loca?. Ella jamás aceptaría, y yo no me atrevería siquiera a preguntarle.

- Yo puedo invitar a Rosé, y que ella se encargue de traer a Lalisa.– Sonrió. La verdad, ya no me parecía tan mala idea...

Chicas rudas.- JenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora