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El deseo me estaba ganando, y poco a poco comencé a corresponder su beso...

Una tímida mano se posó en mi cintura, y me acercó a ella con posesividad. Pero no me importaba, ya que estaba perdiendo la cabeza con el beso apasionado que nos dábamos. ¡Ni siquiera estábamos usando la lengua!.

Después de unos minutos, nos separamos.

Todo era tan confuso, pero a la vez me sentía cómoda. Como si Lisa hubiese usado algún método de brujería en mí.

- N-no puedo creer lo que hice.– Dije dándome la vuelta. Decidí levantarme, para alejarme lo más posible de ella.

- ¿E-estás bien?.– Preguntó siguiéndome. Estaba apunto de tocarme el hombro, pero fuí más rápida y la aparté de un manotazo.

- ¡No me toques!.– Grité. Ella abrió sus ojos, sorprendida. Al ver que comenzaban a brillar, me acordé de nuestro pasado...

- Bien, Jennie.– Sonrió con amargura.

Solo me quedé observándola en silencio. Aún tengo la deliciosa sensación de sus labios sobre los míos. ¿Tengo algún impedimento para darme en el gusto?. No, no lo tengo.

Ella al parecer aún seguía viéndome, pero no hacía nada.

Me abalancé sobre ella, besándola, cosa que la sorprendió, pero aún así correspondió mi beso. En unos cuantos movimientos, estaba sentada en su regazo, mientras ella se apoyaba en el respaldo de la cama. Me movía lentamente, mientras nos besábamos. Cortamos el beso para que ella pudiera sacarme la parte de arriba de la ropa, así quedarme en brasier, y seguirnos besando.

Me sentía deseada, y tan excitada, que lo único que quería era hacerla mía. Mis manos intentaban desnudarla lo más rápido posible, mientras ella besaba mi cuello.

- Lisa...– Gemí al sentir su muslo en mi intimidad. Al parecer, oír su nombre en un gemido la encendió, ya que me dió vuelta, recostandome en la cama, y ella se ganaba en medio de mis piernas. Ambas nos encontrábamos en ropa interior, y de repente sentí unos pasos que me alertaron. Nos tapé a ambas con el cobertor, y tomé mi celular.

- ¿Jennie?.– Escuché el susurro de Jisoo al otro lado.

- ¿Sí?.– Dije en el mismo tono.

- Hey, Jen, creí haber escuchado crujidos. ¿Estás bien?.– Preguntó, entrando sin permiso.– Wow...¿Y Lisa?.– Dijo con una mirada de sospecha, pero con una sonrisa pícara.

- No lo sé.– Me encogí de hombros.– Me acabo de despertar, y tomé mi celular para pasar el rato.– Dije restándole importancia.

- Ya veo...Bueno, te dejo descansar. Buenas noches.– Se estaba llendo cuando vuelve a mirar.– Y a tí también, bulto gigante entre las piernas de Jennie en ropa interior.– Dijo, y se fue cerrando la puerta detrás.

Me sonrojé a más no poder.

Pronto sentí como Lisa comenzaba a besar mis muslos, bastante cerca de mi vagina, lo que hizo que reaccionara.

- ¿Q-que haces?.– Pregunté, destapándola. Ella solo me miró, y sonrió, lo cual me causó una excitación tremenda. Sentía mi centro humedecer cada vez más. Un calor invadió todo mi cuerpo al sentir su respiración, y un gemido salió de mi boca cuando la punta de su lengua presionó mi intimidad por sobre las bragas.

- Que mojada estás, Jennie.– Dijo, antes de correr la braga, para introducir su lengua en mí.

Me dejé llevar por todo el placer que me envolvía, y tomé a Lisa del pelo, para que me besara. Ella aprovechó para quitarme el brasier, y tocar directamente mis pechos. Mis manos hicieron lo mismo con los suyos, y nos estimulábamos mutuamente.

Al estar desnudas, simplemente nos rozábamos, y nos besábamos. Ni siquiera nos habíamos penetrado y ya siento el orgasmo cerca.

Sus labios gruesos recorrían mi cuerpo, dejando marcas por donde pasaba. Sus manos me apretaban las caderas, las nalgas y los muslos. Me sentía mucho más cerca del orgasmo, y no entendía como tan poco hacía que quisiera correrme.

Cambié las posiciones, y me senté en su regazo, lo cual hizo que mi vagina tocara su pelvis, y me moví contra ella. Ambas lo disfrutábamos, pero no era suficiente. Necesitaba más...

- Ahh...– Gemí al sentir sus manos en mi trasero. Con una, buscó la entrada de mi vagina, e introdujo un dedo, y simplemente lo movía en círculos.

Claramente no era mi primera vez, pero se sentía como si lo fuera. Sentía vergüenza, y demasiado placer, tal como puberta, pero no lo era.

- Jennie...– Ella se sorprendió al sentir mi mano en su entrepierna, pero se dejó llevar.

Ambas nos estimulábamos. Era tan placentero, que llegué a mi orgasmo. Ella se vino junto conmigo, y lo representamos en un gemido.

Me tiré a su lado, agitada. Ella me miraba, pero no me importó. No tenía el valor para mirarla, incluso después de lo que hicimos. Me dí media vuelta y me dormí, esperando a que al día siguiente nos olvidemos de todo esto. Aunque se me va a hacer muy difícil, ya que todo fue tan...Perfecto.

Al día siguiente, desperté con Lisa apegada a mí. Su pierna y su brazo pasaban por sobre mi cuerpo. Me sentí avergonzada, ya que aún estábamos desnudas, y podía sentir perfectamente su entrepierna.

- L-Lisa, muévete.– Intenté correrla, pero fue inútil.

Sentí el sonido del timbre, y me alarmé. Pero me puse aún más nerviosa a lo que dijo Jisoo, al abrir la puerta.

- ¡James!.

Me paré rápidamente, no importando que tan lejos lancé a Lisa, de la cual solo sentí un quejido de dolor.

Me vestí, y me peiné. Intenté maquillarme lo mejor posible, mientras me miraba al espejo.

- ¿Qué te pasa?. ¿Por qué tanta prisa?.– Preguntó Lisa, detrás mío. Por el reflejo pude ver que aún seguía desnuda.

- ¡Vístete rápido!.– Le susurré un grito.

- ¿Por qué?.– Preguntó nuevamente.

- ¡Hazlo!.– Grité.

- ¡¿Jen?!. ¡¿Eres tú?!.– Sentí desde el piso de abajo.– ¡Oh Dios, no sabes cuanto te extrañé!.

- ¿Y ese menso quién es?.– Preguntó Lisa, comenzando a vestirse, pero de manera perezosa.

- No vuelvas a decirle así, Lisa.– Dije con el ceño fruncido. Ella simplemente rodó los ojos.

- ¡Jennie!.– Sentí otra vez la voz de James.

- ¡Ya voy, babe!.– Grité nerviosa.

- ¿Babe?.– Lisa frunció el ceño, al terminar de vestirse.

Sentía la extraña obligación de darle explicaciones, pero sabía que no tenía por qué, así que ignoré su pregunta. De repente, entró James a mi cuarto con una sonrisa, que rápidamente se transformó en una seriedad absoluta.

- ¿Jen?.– Preguntó confundido. Ahora si que estoy muerta.

Chicas rudas.- JenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora